Cuarto Capitulo

3.7K 224 18
                                    



Perspectiva de Damian Deorth.

Una gota de sudor desciende de mi frente a la vez que miro el techo recuperando el aliento perdido de tan intenso momento conforme la voz de Adele suena en la estancia que es iluminada por pequeños rayos de sol del inicio del día, mi miembro ya rasposa satisfecho luego de habernos hecho una corrida y Lucas –tan amable como siempre- comienza a secarme el líquido con un papel tolla a la vez que lo hace con su propio abdomen marcado, he sido tan puto que me he acostado con él como un sexo de despedida –todo salió mal-, y yo que pensaba que Piero era el único puto, el más puto de los gay pero ahora está felizmente casado y le es fiel, ósea que yo me llevo la corona de puto.

Me coloco mi bóxer ya con la respiración más recuperad a la vez que Lucas hace lo mismo –luego de lanzar los trozos de papel toalla- privándome de la visión de su miembro flácido c0olgando de entre sus piernas, se recuesta en la cama, su espalda en la cabecera de la cama a la par que yo hago lo mismo, es guapo, guapísimo este hombre con su cabello rebelde negro, tanto por fuera como por dentro es hermoso, no sé cómo lo he podido engañar, no sé cómo lo he podido engañar con Rodrigo, y no sé cómo no puedo dejar de pensar en Rodrigo aunque él sea el que me está guiando a una fantástica liberación, la cual he disfrutado.

Ambos dirigimos nuestras miradas a cualquier parte menos a nosotros mismos, no soy capaz de verlo por vergüenza y entiendo que él no quiera hacer lo mismo, me debe estar odiando, cualquier hombre odiaría que en lugar de decir su nombre uno diga otra cosa... Sí, mientras me corría, mientras me penetraba tan salvajemente en vez de decir un Lucas en un vago gemido se me escapo un jodido Rodrigo. Soy tan idiota de decir aquel nombre.

Adele sigue cantando en su melodiosa voz que >>No pasa nada, encontraré alguien como tú<< pero sé que alguien como Lucas nunca encontraré, él es uno en un millón, alguien que tenga una familia tan amable nunca encontraré aunque busque debajo de las piedras, alguien como él que me ha amado con toda su alma sin importarle el qué dirán, sin ocultarme, sin hacer nuestra relación algo clandestino que no debe estar a la vista del público, nunca encontraré a alguien que me ame sobre todas las cosas. Sé que nunca encontraré a alguien como él. Siempre quise una familia y con él lo estaba teniendo, cuando se lo conté que era mi sueño empezamos a hablar de adopciones luego de casarnos, siempre desee un amor tan puro como el de Christian y Anastasia y lo tuve con él, lo tuve pero lo desprecie, lo perdí como un idiota. Tal vez no estoy hecho para esto del amor y verdaderamente solo pueda ser usado como un objeto, como una puta, joder me encontraba que me digan así.

¿En qué clase de hombre me he convertido?

Rodrigo se tuvo que interponer en mi camino para joder todo, nunca tuve que regresar a vivir a esta ciudad de mierda, nunca tuve que mezclar las cosas, pero no, aunque me cueste aceptarlo... Rodrigo no es el culpable de esto, Rodrigo únicamente propuso algo hace un par de meses mientras hacia ejercicios y él con un amigo miraban mi trasero, me propuso un trío y yo abrí mis piernas para él, abrí mis piernas para él y algunos hombres que llevaba a nuestros encuentros y les fascinaba decirme de puta, perra, era como un animal para ellos, y sí que me gustaba ser tratado así, o me gusta. Hice malditos tríos con él, orgias, sesiones de sadomasoquismo cosas de las que nos soy capaz de contar y no sé si podré algún día o me lo llevaré a la tumba.

Ambos nos detenemos a ver el cuadro donde se nos observa a los dos con nuestras esculturales figuras, únicamente protegidos por un bóxer blanco, abrazado, besándonos y con un simple fondo rojo, pero nosotros como pareja es lo más importante, aquella foto donde aún no me había metido en toda esa locura. Unas sonrisa se nos instala a los dos en el rostro, negamos lentamente con la cabeza ambos reprimiendo un gemido de dolor, mi mano aprieta mi ojo impidiendo que llore, no voy a permitir que sienta pena por mí, no permitiré que se quede por lastima.- ¿Cuándo las cosas se terminaron? ¿Cuándo ya no había más felicidad? ¿Cuándo ya no sentías lo mismo por mí? Te juro que no me he dado cuenta. –me pregunta con una dejo de pena mientras se aleja un poco de mí para no sentir nuestras pieles rozar, me priva de su fantástica piel, de sus finos bellos de su brazo frotándose contra la mía.- ¿Cuándo el amor que nos teníamos se acabó? –

Las Sombras de Grey IIIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora