Sexto Capitulo

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Perspectiva de Alexis Gómez.

Veo la puerta cerrarse e irse con ello la única posibilidad de salvación que tenía para este tema tan incómodo en el que alguien malvadamente me ha puesto, alguien con nombre y apellido. He hablado de estos temas con Christian, ha sido siempre de lo más normal, lo he hecho sin ningún tipo de problemas para hablar y expresarme correctamente porque es mi amigo pero con Tom, no, lo he visto crecer, me resulta complicado hablar de temas sexuales abiertamente con él que prácticamente le doblo la edad. Además Christian, es Christian me fascina joderlo, creo que es mi hobby favorito joder, de hecho siempre busco la oportunidad perfecta para hacerle pasar momentos incómodos, porque es Christian, mi amigo y me encanta bromear con él, me resulta sencillo hacerlo con él. Si hubiera un trabajo que consista en hacer eso creo que lo cogería sin ningún tipo de problema.

Bien, Alexis deja de pensar tonterías y será mejor que pongas en orden tus pensamientos para hablar correctamente sino quieres quedar en completo ridículo me riñe una voz muy chillona y adormilada que siempre ha permanecido ha permanecido descansando, durmiendo por mucho tiempo. Sí, no tengo conciencia, siempre anda ahí de flojo tirado en la cama durmiendo e ignorándome y justo ahora que no lo necesito se le ocurre hacer su aparición, de hecho me gustaría estar ahora como él, tirado en mi cama, de vacaciones. Sí, necesito unas vacaciones definitivamente para poder relajarme.

ORDEN, me vuelve a reñir.

Pero me es imposible poder pensar algo lógico, mi día ha sido terrible empezando por tener que acompañar en el insomnio de mi hija viendo con ella a la estúpida puerquita Peppa cuya voz no deja de repetirse en mi cabeza como un maldito eco, la próxima vez debería ponerle silencio al televisor o ponerme unos audífonos. Bueno no me serviría mucho porque igual la voy a ver y de igual manera ahora estaría viendo a Tom con cara del hermano de la estúpida puerquita. Oh, necesito dormir definitivamente. Extraño mucho a Mia, extraño poder tener mis momentos a solas a veces sin tener que estar jugando en la casita de muñecas.

Extraño mi libertad.

Sacudo mi cabeza fingiendo una sonrisa, como dice aquel dibujo es mejor estar bonitos y gorditos. Me pongo de pie alejándome un poco de Tom, dándole la espalda a aquel adolescente hormonado que viene hacer esas preguntas a mí, no puede aprender como lo hice yo viendo vídeos porno en internet y él tiene toda las posibilidades para hacerlo, la juventud de ahora que se busca problemas donde no las hay. Me dirijo al pequeño mini bar que Christian tiene en su oficina en un rincón, un poco alejado de ojos expectantes de adolescentes en busca de respuestas. El aire mueve mi cabello rubio conforme doy un sorbo a mi copa de deliciosos whisky, bueno creo que necesito otro.- ¿Y bien campeón, para que has venido? –

Que pregunta para más estúpida.

Pronuncio terminándome la quinta copa, es mejor dejar de tomar sino haré un papelón en la próxima reunión que tendré. Me doy la vuelta desajustándome un poco la corbata para encontrarme a un Tom mirándome con el ceño fruncido, negando con la cabeza a la par que juega con un lápiz que tiene la marca de la empresa de mi amigo, de mi jodido amigo, de mi idiota amigo.- No me llames campeón, que ya no soy un niño, tío. –

-Créeme que ya lo sé. –y me encantaría que volviera a ser un niño que se conformaba con que le de algún juego, algún celular, dinero. Un niño no me pondría en está situaciones demasiado incomodas a las que no consigo darle una respuesta lógica.- Créeme que lo tengo bien claro. –me acomodo el saco caminando en dirección hacia él, con una sonrisa demasiado fingida.- Y bueno ¿Qué es lo que deseas? –

Las Sombras de Grey IIIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora