Perspectiva de Anastasia Grey.
El fin de semana paso más rápido de lo que pensé, sin mucho contratiempos ni problemas, todo estuvo más tranquilo de lo que pensé con esa tensión que había acumulada en ese lugar lo cual agradezco pues no quería sufrir muchas molestias. Y ahora llego el inicio de semana, el lunes un día al cual odio recién porque mi esposo se está poniendo un poco intenso. Sacudo la cabeza a la vez que me mantengo parada en el umbral de la puerta dando la espalda al hermoso paisaje y al auto que ya me espera listo junto a Sawyer mientras Christian con el torso desnudo muy provocativo no deja de sostenerme la cintura de una manera tan característica de él, de una manera posesiva pegándome a su cuerpo un poco sudoroso, una de sus manos sube a mi cara y con la yema de su dedo traza una línea por la ojera cubierta de maquillaje que se me ha formado. No he dormido mucho por unas molestias, Christian ha estado despierto toda la noche conmigo pero él se sigue viendo como todo un modelo de revista con su cabello un poco rebelde.
-Anastasia. –me pongo alerta ante ese tono tan meloso que usa luego de romper con el cálido beso que nos dábamos. Ese tono meloso que solo usa cuando me quiere convencer de algo y ese algo sé que no me va gustar para nada. Sus grises ojos hacen una conexión especial con los míos.- Quédate en casa, tienes que descansar. –
Y ahí está el punto, no pienso y no quiero quedarme en casa, me animaría estar con mis hijos pero también me gusta el trabajo que hago. Intento retirar su mano que aún permanece en mi cintura pero su agarre es demasiado fuerte e irrompible pareciera. Me sonríe levemente, sus labios se curvan sobre los míos y eso hace que me olvide solo por unos instantes de lo que iba a hacer; al sentirme la mujer más afortunada del mundo. Mis manos rodean el hueco de su cintura apretándolo más a mi robándonos un jadeo a ambos cuando nuestros cuerpo se unen por completo en la parte baja de la cintura.
-También tengo una editorial que dirigir. –le riño levemente rompiendo con la unión, alejándome un poco de él pues su cuerpo significa una milagrosa perdición, su cuerpo representa la lujuria encarnada. Con solo verlo con ese pantalón de chándal suelto gris que cae sobre su cintura dejando a ver aquella deliciosa v, despierta un fuego intenso que no disminuye para nada cuando el vuelve a sonreír al darse cuenta que lo estaba devorando con la mirada.
-Damian lo puede hacer perfectamente. –medio gruñe, sus pectorales se elevan mientras suspira y de la nada entierra la mano en su cabello, sé perfectamente que se preocupa por mi seguridad y salud pero no por eso voy a permanecer viviendo acá encerrada. Sacudo la cabeza pues no quiero pedirle que él también se quede si desea que lo haga, lo haría pero no quiero que descuide su trabajo por mí.- Sabes perfectamente que yo con lo que gano puedo mantener a mi familia y a cien más, si es que así lo deseo. –
-Yo también tengo manos para mantenerme, sola. –
Vuelve a soltar un suspiro algo más calmada, me mira fijamente otra vez mientras intenta pensar eso, prácticamente puedo oír como varias ideas dan vuelta en su cabeza y cuando en el mar gris de su mirada aparece un nuevo brillo, un brillo que me encoge las entrañas sé que ha encontrado una forma para que me quede.
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Las Sombras de Grey III
FanfictionCortas historias donde Anastasia, Christian, su familia y amigos son los protagonistas. Continuación de Las Sombras de Grey I y II.