Décimo Sexto Capitulo

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Perspectiva de Christian Grey

Mi mujer es tan irritante, no entiendo porque tiene que seguir trabajando si con todo el maldito dinero que gano podemos vivir tranquilos para toda la vida pero supongo que no me puedo poner en su contra en lo que respecta a eso de querer trabajar y esas mierdas. Si quiere seguir trabajando no puedo y no debo hacer nada contra eso, es su decisión y como esposo aunque no sea de mi completo agrado tendré que respetarla. Desde que me case con ella sabía lo independiente que es, que no le gusta que la controlen en nada, me case con ella conociendo y amando perfectamente esas partes –aún las amo-, desde que éramos jóvenes creo que supe cada faceta de ella así que no puedo pedir que ahora cambie porque tenemos más hijos. Más hijos, soy el jodido hombre más feliz del planeta. Mis hijos, mi adoración. Simplemente los amo y duele mucho despedirse de ellos pero yo también tengo que trabajar para cada vez dejarles un futuro a ellos mejor labrado. Todo es para ellos.

La música me rodea, una música que no combate el sonido del tráfico que se ha formado siendo las casi ocho de la mañana. Un tráfico de carros en las carreteras y por la acerca un tráfico de personas de traje muy distinto, así es un lunes normal en Seattle, la ciudad donde vivo, la ciudad que me ha visto convertir en el hombre que soy. En el empresario más exitosos de este jodido mundo. Todo por las sabias decisiones que tome y claro también porque trabajo con el mejor equipo. Lo mejor de lo mejor para mí.

Cierro por unos segundos mi parpados, recostando mi cabeza en el asiento de atrás de cuero sintiendo como el cinturón de seguridad se ajusta a mi abdomen, me duelen un poco los músculos y eso que aún no tengo mi sesión con mi entrenador personal que me ayuda también a mantener un cuerpo perfecto aparte de correr en las mañanas, saliendo de ahí definitivamente quedaré por completo destruido, seguramente ya ni mis huevos sentiré aunque ahora tampoco es que lo sienta en este ajustado bóxer. O estoy erecto o de pronto mis huevos han crecido. Una leve sonrisa curva mis labios antes tales pensamientos.

—Taylor, ¿Cómo está Sophie? —pregunto únicamente para no tener un silencio en el auto y hacer así una conversación, pregunto únicamente para evitar escuchar las maldiciones de los conductores que si son tan poco soportables no deberían conducir. Sé perfectamente cómo está su hija pero siempre es bueno escucharlo a él. El carro vuelve todo esto más insoportable al las ventanas estar cerradas, por un momento pienso en deshacerme de la corbata pero descarto esa idea de manera rápida, me ha costado mucho hacerla, exactamente tres veces me lo tuve que hacer ya que a mi pequeña Phoebe le dio la manía el día de hoy de desajustarla a cada rato mientras le daba un poco de comer; así que mejor lo dejo tal como está, asfixiándome la garganta, aunque no sé si me asfixio por eso o por la presión de manos invisibles en mi cuello ante la angustia de no saber cómo están mis pequeños. Oh joder soy un maldito obsesivo con la seguridad de mis hijos, no puedo negar ello. —¿Y bien? —vuelvo a preguntar al no haber escuchado una respuesta de su parte.

—Pues, supongo que bien, señor. —me responde de un modo muy concentrado, sin prestarme mucha atención, viendo seguro únicamente la carretera, estoy demasiado cansado como para abrir los parpados así que en silencio, midiendo mi respiración espero que continúe hablando pues sé que lo harpa, sé que no ha terminado de hacerlo, lo conozco perfectamente. —Ya sabe los problemas típicos de adolescentes, pero ya con los días se le pasará. —lo entiendo. Gabriela está exactamente igual, fuera de control, espero que ahora que tendrá que cuidar a Ted y Phoebe, ayudar mejor dicho, pueda controlarle un poco más de esa manera mientras busco un buen colegio para que estudie, si la matriculo en el mismo de Sophie y Tom definitivamente no irían para nada bien las cosas creo. Ya habrá tiempo para todo eso, ahora solo quiero descansar por unos momentos.

Las Sombras de Grey IIIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora