Dejé la mochila sobre la cama, la abrí y comencé a sacar las cosas que tenía dentro y que me había llevado a la mejor semana de mi vida para colocar la ropa en el armario, la cámara sobre el escritorio o los zapatos en el otro armario.
Observé a Blake con la cámara en las manos y me acordé de todas las fotos que tenía ahí con Ian, tanto besándonos como algunas más picantes, de él en ropa interior cocinando o de ambos desnudos.
Se la arrebaté y me miró con extrañeza, pero solo me excusé diciendo que no tenía batería aunque realmente estaba llena, pero aún así la dejé sobre mi mesa de noche, más cerca de mí para que no intentara cogerla de nuevo.
-Amor... -Me abrazó desde atrás. -¿Por qué no...? -Besó mi cuello.
-Estoy cansada. -Me di la vuelta quedando frente a él.
-Solo un poco. Hace mucho que no nos vemos, que no estamos juntos... -Besó mi mejilla y la comisura de mis labios.
-Blake, no. No me apetece. -Le aparté y me di la vuelta para seguir colocando las cosas.
-¿Qué pasa? -Preguntó a mis espaldas.
-Nada. -Respondí.
-No puedes decirme que no pasa nada. -Suspiré.
-Blake, no quiero discutir. Estoy muy cansada. -Me di la vuelta.
Él estaba de brazos cruzados apoyado en el escritorio mirándome sin una pizca de sonrisa, muy serio, con una mirada que no había visto antes, nunca, en él.
-¿Por qué? Ibas a descansar, se supone que no debes estarlo. -Acusó.
-Porque tu padre me ha estado enseñando todos los alrededores de la cabaña. Hemos ido a caminar, de excursión, de acampada... -En parte, no era mentira.
-¿Hay alguien más, Katie? -Se acercó a mí y me miró a los ojos.
Había dicho mi nombre y pocas veces desde que nos conocíamos lo había hecho ya que siempre, desde la primera vez que nos vimos, comenzó a llamarme "amor" y era algo que me solía gustar, pero ahora me era indiferente.
-¿Qué? -Pregunté para ganar algo de tiempo.
-Que si hay alguien más. Si te ves con alguien, si sientes cosas por otro hombre, si me has sido infiel. -Metió las manos en los bolsillos de su vaquero.
-¿Qué tonterías dices, Blake? -Levanté una ceja.
-No me quieres. -Afirmó.
-Claro que te quiero. -Dije con obviedad.
Cierto era que le quería, pero...
-No como antes. -Sus ojos comenzaron a cristalizarse. -No sientes lo mismo cuando me ves. Tus ojos ya no brillan, me evitas, casi no me besas o me abrazas. No quieres hablar conmigo, no me deseas. -Su labio inferior comenzó a temblar.
-Eso no es cierto, Blake... -Me interrumpió.
-Ya no me llamas con apodos cariñosos. -Suspiró.
-No... No es verdad. Sí te quiero, hablamos cuando podemos ambos, los apodos no tienen nada que ver, muchas veces te llamo por tu nombre, y claro que te deseo. -Intenté que sonara convincente.
-Entonces, si me quieres y me deseas, ¿por qué no quieres acostarte conmigo ahora después de tanto tiempo? -Me agarró de la cintura.
-Porque ahora estoy cansada del viaje. -Solté su agarré y se alejó unos pasos hacia atrás.
-Me voy a casa, Katie. -Se acercó a la puerta con paso molesto. -Estoy seguro que hay otro hombre y no voy a descansar hasta averiguar quién es. -Abrió y se fue dejando abierto, dejándome oír la puerta de la entrada cerrándose.
Suspiré sentándome en la cama con la cabeza entre las manos y Brian, que oyó la puerta de casa, entró a ver si me había ido, pero entonces me vio así, a punto de llorar, y se arrodilló frente a mí.
-¿Qué pasa, princesa? -Preguntó.
No podía decirle qué me pasaba, así que tenía que evitar que me preguntara algo más y acabara confesando algo, así que solo evadí su pregunta.
-Brian, tú... ¿Tú tienes novia o algo así? -Su cara palideció un poco y negó.
-No, ¿por qué? -Me encogí de hombros.
-Porque entonces no puedes entenderme. -Negué yo.
Señalé la puerta de la habitación con un movimiento de cabeza, se levantó despacio sin dejar de mirarme extrañado y me levanté secundándole, cerrando yo cuando mi hermano salió.
Marqué el número de teléfono de Evan y atendió en seguida. Sintió la urgencia en mi voz y quedamos en diez minutos en el centro comercial donde ambos trabajábamos, en la misma cafetería en la que Ian y yo estuvimos juntos por primera vez.
Guardé la cámara en un cajón bajo llave para que nadie viera esas fotos hasta que las pasara al ordenador, llevé la mochila con mis cosas, mi casco y, mandándole un mensaje a Ian de lo que había pasado, me subí a la moto.
La preparé y aceleré poniendo rumbo al centro comercial, al cual llegué en menos de cinco minutos, aparqué en el parking subterráneo y subí por las escaleras hasta el piso de la cafetería, sentándome en una mesa vacía hasta que Evan llegó.
Se sentó frente a mí agarrándome las manos y le conté todo, siendo mi hermano quien me dijo que tenía que contarle la verdad aunque no le dijera la identidad de Ian, pero que no podía seguir jugando con él y engañándole.
Pedimos dos batidos y seguimos hablando del tema, aunque esta vez, me di el lujo de que algunas lágrimas salieran de mis ojos porque no sabía qué debía hacer hasta que un mensaje de Ian me sonó en el teléfono.
"Voy a hablar con Blake", decía en él.
"No. Déjame hacerlo a mí primero", le respondí yo.
Me respondió afirmativamente, dándome el permiso necesario para hablar primero yo, y le mandé otro mensaje a Blake donde le dije esas feas palabras que odiaba decir y que me dijeran.
"Tenemos que hablar".
ESTÁS LEYENDO
El padre de mi novio.
Чиклит[ESTA HISTORIA LA ESCRIBÍ HACE 6 AÑOS. NO REPRESENTA MI MANERA ACTUAL DE PENSAR NI MI MANERA DE ESCRIBIR.] Katie tiene una vida difícil, siempre la tuvo. Tiene una familia diferente y muchas deudas que pagar de cuando su madre los abandonó años atr...