6.

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*Capítulo con escenas sexuales*

De vuelta a la habitación, abrumada por los acontecimientos con ese hombre, Blake no estaba, así que bajé a la sala despacio, alerta en todo momento de si Ian estaba por aquí.

Era obvio y normal que estuviera puesto que estaba en su casa, pero no quería tropezarme con él y tener otro momento incómodo que rondara mi cabeza. Bastante tenía con los dos pasados y no sabía si quería un tercero.

¿Qué? No, no, no, por supuesto que no. No quería un tercer encuentro con él porque no sabía de qué era capaz este hombre.

¿No respetaba que era la novia de su hijo y que él estaba casado? Por dios, ¿en qué pensaba? Y, ¿en qué pensaba yo que no lo paraba?

Me paralizaba verle. Me intimidaba, me ponía tan nerviosa que no podía pensar coherentemente y a penas salían palabras de mi boca cuando una de esas situaciones pasaba.

Si ya de por si me costaba mirarlo y hablar con él en una situación normal con Blake y Alice delante, comoen  la cena de anoche, después de esos dos momentos no sabía cómo iba a hacerlo.

Al llegar al piso de abajo, Blake estaba en la cocina junto a él. Mi novio estaba sentado en la mesa bebiendo una taza de algo desconocido hasta que el olor a café me llegó de golpe, junto a otra taza a su lado.

–Amor, ven. Papá ha hecho café. –Palmeó una silla a su lado y me senté.

–Gracias, señor Collins. –Le dije y él asintió.

–De nada, Katie. –Él estaba apoyado en la encimera frente a la mesa de la cocina mirándonos.

El silencio no tardó en hacerse presente después de que Blake me dijera que su madre había salido a visitar a la abuela y de que Néstor había ido a hacer turismo.

Sentía la mirada de Ian sobre mí todo el tiempo, atravesándome y ahora que sabía sus intenciones, desnudándome, haciendo que mis manos comenzaran a temblar ligeramente y, de reojo, le vi reír un poco.

Sabía lo que comenzaba a producir en mí y eso no era bueno, así que miré a mi lado, donde Blake tenía el teléfono en las manos y respondía unos mensajes con sus amigos, los cuales también se iban esta tarde.

–Tengo que salir un momento, ¿te importaría quedarte con mi padre? –Me dijo mirándome y yo miré a Ian quien, con una sonrisa, se dio la vuelta a lavar su taza de desayuno.

–No, claro que no. –Respondí para que no sospechara que algo pasaba. –De todos modos, tampoco tardaré en irme. –Asintió.

–Papá –le llamó e Ian se dio la vuelta–, si yo no he llegado, ¿te importaría llevar a Katie a su casa después? –Negó.

–En absoluto, lo haría encantado. –Sonrió de lado.

–Gracias. –Blake se levantó y le imité. –Puedes usar la piscina del sótano antes de irte. Es climatizada y créeme que te reducirá el estrés, mi amor. Lo necesitas. –Agarró mis mejillas y besó mis labios, pero me agarré de su camisa para que no se fuera. –Tranquila, nos veremos después antes de que me vaya. –Asentí mientras él se reía un poco sin saber el verdadero motivo por el que quería que se quedara, y se fue despidiéndose de Ian.

–¿Quieres ir a la piscina? –Preguntó Ian y yo solo me encogí de hombros.

–No quiero molestar. –Le dije mirándole un segundo y desviando la mirada a la mesa donde estaba mi taza de café.

–Blake te ha invitado a usarla y yo también. Si molestaras, no lo hubiéramos hecho. –Dijo quitándome la taza de las manos y poniéndola en el lavabo.

El padre de mi novio.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora