~ 𝒫𝒶𝓇𝓉𝑒 𝟣 ~

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𝒩𝒶𝓇𝓇𝒶  𝒱𝒾𝓇𝑔𝑜

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𝒩𝒶𝓇𝓇𝒶  𝒱𝒾𝓇𝑔𝑜

Sigo pensando que encontraré el cuarto libro de mi saga favorita.

Llevo cuatro días buscando el maldito libro en más de cinco librerías. Definitivamente, esta búsqueda me esta haciendo perder los nervios. Si no lo encuentro tendré que esperar a ver si lo anuncian en algún otro sitio, y eso supondrá perder más tiempo esperando.

No quiero dejar de lado a mis preciosos personajes. Y espero -lo ansío mucho-, que la autora no mate a ninguno de mis personajes favoritos. Porque si es así verá una detallada hoja de reclamación en donde expondré todos mis motivos por los cuales no tendría que haber matado a ese personaje.

"Que crueles son los escritores." pienso frunciendo levemente el ceño.

Entro en la sexta librería mientras que elevo las gafas de sol hasta posicionarlas en mi cabeza. Mis azulados ojos se fijan en todas las personas, de casi todas las edades, que caminan de un lado a otro en busca de algún que otro libro o articulo.

"Que agobio." pienso de nuevo poniendo una mueca de fastidio.

Me obligo a mi misma a tener la mirada puesta en todas las esquinas posibles, con la única intención de busca ese libro y al mismo tiempo, de esquivar a todos los presentes.

Le echo un primer vistazo a las grandes estanterías, leyendo los carteles que marcan la temática.

Vuelvo a poner otra mueca al no encontrar mi sección.

Al girarme para mirar otra estantería, el dorso de un libro me hace mirar fugazmente hacia arriba, llamando mi atención por su brillante color. Ahí está; el cuatro libro de la saga, en la sección de "acción".

Con una amplia sonrisa intento elevar la mano para poder cogerlo, pero soy demasiado pequeña para alcanzarlo. Intento saltar aun con el brazo extendido y es el mismo resultado. Bajo el brazo y lo coloco en mi cadera, ideando un plan para poder llegar hasta el libro.

Miro por todos lados en busca de algo a lo que subirme y encuentro una pequeña escalera. La alcanzo y la posiciono delante de la estantería. Me subo y por fin agarro el preciado libro.

Sonrió victoriosa ante mi logro.

Me doy la vuelta para bajar, pero una mala posición de mi pie hace que caiga hacia el otro lado, cayendo encima de alguien. Me muevo rápidamente al percatarme de que acabo de aplastar a alguien de forma inesperada.

- Lo siento.- suelto velozmente mientras que me levanto con el mismo ímpetu.

- No pasa nada.- responde una voz grave, también levantándose del suelo.

Observo a la persona que acabo de aplastar, pero desvío la mirada cuando descubro que una sensación de sorpresa me delata. 

Es un chico bastante alto y de hombros anchos, y me mira con una mirada profunda que me invita a seguir observándolo.

Aparto la mirada sonrojada. Parece que después de todo ha sido más grave de lo que creía.

Me alejo de él, incómoda por cómo me mira, y me acerco al mostrador a pagar el libro. 

Poco después salgo de la tienda como alma que lleva el diablo, y una ráfaga helada me saluda en cuanto pongo un pie fuera del local.

"No he pasado ni 10 minutos en la librería y ya parece que va a llover a mares." pienso soltando un suspiro. Aferro el libro contra mi pecho y subo la capucha de la chaqueta todo lo que puedo.

Salgo a la calle notando como el frío me hiela la sangre y como mi anatomía se arrepiente de no haber traído un paraguas. Acelero el paso causando que mi respiración aumente y que la lluvia me golpee con más fuerza en la cara. 

La capucha no está sirviendo de mucho.

Luego de unos minutos descanso en un portal, bajando la capucha y revisando como está la bolsa donde llevo el libro. Está igual de empapada que mis pantalones y mi chaqueta.

Intento respirar con normalidad, pero aun me cuesta.

En el momento en que elevo la mirada, me fijo en como la lluvia cambia por puro granizo y todo se vuelve más frío. Mi mandíbula empieza a temblar y me hago más pequeña dentro de la chaqueta. Cierro los ojos momentáneamente, como si así desapareciese el frío.

Pasan los minutos lentamente y aun sigo esperando a que pare algo de granizar, pero no cede. Vuelvo a suspirar calentando las manos, que no parecen mías por lo heladas que están.

Vuelvo la mirada hacia delante cuando escucho unos pasos apresurados acercarse. Observo de reojo a una figura alta envuelta en un grueso abrigo oscuro. Pasan unos instantes hasta que me fijo bien y caigo en la cuenta de que es el chico con el que me he tropezado, o mejor dicho, en el que me caí.

Desvío la mirada intentando ocultarme; es demasiado incomodo. Escucho el sonido de unas llaves y miro de reojo de forma inconsciente, encontrándome con sus ojos posados en mi.

Al momento se arrepiente y mira hacia otro lado. Algo lo mismo. 

Me intimida.

Un "click" procedente de la puerta hace que relaje los hombros. "Pronto se irá y dejará de ser incómodo." pienso, pero no escucho el cierre de la puerta y eso me hace desconfiar.

- Si quieres puedes esperar dentro hasta que pare de llover.- dice en un tono calmado.

- No hace falta.- respondo rápidamente.

- Te vas a congelar.- insiste.

Me incorporo, estirando la espalda y lo miro, topándome nuevamente con su mirada profunda.

- Pronto escampara.- afirmo desviando la mirada.

Escucho una pequeña risa antes de volver a oír el "click" de la puerta cerrarse. Suspiro profundamente, como si me hubiera librado de una gran carga. Pero en vez de sentirme liberada, mi cuerpo vuelve a tensarse cuando siento su presencia a mi lado. 

Le dedico una mirada extrañada, la cual se cruza con sus ojos observando la nada.

"¿Pero qué hace?" me pregunto.

- Si es como tu dices, entonces quiero verlo.- comenta mientras que rebusca en su abrigo y saca una caja de cigarrillos.

Saca un cigarro, lo enciende y le da una primera calada con entusiasmo.

- No deberías fumar.- suelto de forma inconsciente, como si mi opinión pudiese importarle.

- No deberías estar congelándote.- responde antes de darle otra calada.

Frunzo el ceño a modo de respuesta, provocando que él me devuelva una sonrisa ladeada.

"Me pone de los nervios." pienso mientras que me cruzo de brazos con la bolsa en medio. Miro hacia delante, a la espera de que la lluvia ceda y así poder irme de una vez.

Virgo y CapricornioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora