~ 𝒫𝒶𝓇𝓉𝑒 𝟤𝟣 ~

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𝓝𝓪𝓻𝓻𝓪  𝓒𝓪𝓹𝓻𝓲𝓬𝓸𝓻𝓷𝓲𝓸

Esperaba un grito, una mueca de horror o que me golpease, pero en vez de eso ocurrió algo diferente. Me ha sorprendido. Siempre ha sido fría conmigo y en ningún momento ha cambiado esa actitud.

Pensaba que le había leído la mente, pero estaba equivocado.

-Responde a esto.- levantó la mirada.

Contuve la respiración cuando sus ojos se clavaron en los míos. Estaba triste, podía notarlo a leguas de distancia y sin que pronunciase palabras. 

Sus ojos no me mentían, nunca lo habían hecho, pero sí sus labios.

No era la primera vez que se ocultaba con mentiras, que disfrazaba sus miedos con una sonrisa, o que esquivaba mis preguntas con los ojos. Tuve miedo, porque sus siguientes palabras debían estar retorciéndose en su cabeza, como un trozo de cristal a alta temperatura.

Virgo no quiere decirme eso que está pensando, lo sé por cómo rehúsa a mirarme y por cómo sus labios se tuercen en una mueca, conteniéndose. "¿Tan raro es lo que va a preguntarme? Lo está pensando demasiado." reflexiono frunciendo el ceño.

Esta situación también me afecta, no sólo como un simple observador, sino cómo alguien que ha hecho daño y que ahora, pretende cuidarla como lo más preciado que tiene en el mundo.

Trago con dificultad al mismo tiempo que desvío la mirada. "Mis propios resentimientos me están jodiendo, si me dejo llevar por estos pensamientos nos volveremos a encerrar cada uno en su caparazón." me regaño.

Hago de tripas corazón y alzo ambas manos para agarrarle de los hombros. La obligo a mirarme, a mantener el mínimo contacto visual y a que suelte eso que está pensando.

-Virgo...

-Calla...quiero decirlo, pero...me cuesta.- baja la voz a medida que habla.

-Vale, pero tampoco tienes que forzarte.- respondo con una sonrisa cerrada.

-Ya, pero quiero. Sólo necesito un momento.

Deshago el agarre y me giro para darle la espalda.

-¿Qué haces?- pregunta en tono inquisitivo.

-Ayudarte. Si estoy así no me ves.

Hay un silencio que parece durar una vida.

- Sé completamente sincero conmigo,- pronuncia lentamente.- por qué no voy a estar sufriendo por alguien que luego se irá.

El nuevo silencio me corta el aliento. "¿Está sufriendo por eso? Entonces es que siente algo por mi, ¿no?" mi propio pensamiento me aturulla la cabeza.

- ¿Vas a aceptar la beca si o no? Es muy simple.- finaliza.

Mis pensamientos se centran en la pregunta. 

He pensado en ello durante mucho tiempo y lo tenía completamente claro cuando le escribí aquel mensaje que luego borré. Pero, a veces pienso en sí eso es lo que realmente quiero. Es decir, abandonar una gran oportunidad por alguien que seguramente no estará conmigo toda la vida.

Parece estúpido.

Por un lado, no quiero aceptarla. Quiero seguir conociéndola y estar a su lado, aunque eso suponga un rumbo diferente en mi trayectoria de vida. Pero, a su vez, pienso en que debería aceptarla. 

Seguiría hablando con ella y podría alcanzar mi sueño de ser un artista lejos de lo que me imponen.

Tiene su lado malo y bueno.

Bajo la cabeza con una pequeña punzada en la boca del estómago, sintiendo como el dolor se acumula dentro poco a poco.

"No puedo mentirle, ya le hice suficiente daño." me conciencio.

-Voy a aceptarla.- suelto de un golpe.

Ambos no decimos nada durante esos instantes. 

Huele a pintura, si fuera cualquier otra situación eso me relajaría. Me haría pensar que estoy en un sitio seguro, pero ahora no es el caso.

Lo he dicho. He aceptado el siguiente paso, ya no hay vuelta atrás. Virgo sabe lo que realmente quiero, y yo soy consciente de que esa decisión la estaba torturando.

Hago fuerza en la mandíbula, estrujo el silencio entre mis puños.

Si yo he decidido irme entonces eso significa que volveremos a la casilla de salida. Y eso duele.

- Haces bien, Capricornio.- me llama con un tono dulce.

Me doy la vuelta lentamente, captando una sonrisa que se escapa de sus labios lentamente, relajándome por un instante. Aun así, siento la inquietud, el miedo en sus palabras y visualizo la frialdad con la que ahora nos trataremos.

- Aunque así,- tomo aire.-quiero seguir conociéndote como lo estábamos haciendo hasta ahora.- termino girándome completamente.- No me gustaría perder esto que tenemos por una beca.

Empiezo a sentir cómo duele. 

Mis pulmones me piden aire renovado, están saturados. Desvío la mirada, no tengo fuerzas para seguir hablando. Es mi decisión el irme y la suya seguir conociéndonos o no. Aun así, quiero que esto quede hablado y que no haya nada más de lo que dudar.

Virgo me esquiva la mirada. Se sumerge otra vez en un silencio incómodo.

-No veo problema en eso.- comenta volviendo la mirada.

Al oír su voz, relajo las manos y la mandíbula con una pequeña sonrisa. Tomo una gran bocanada de aire y el pecho deja de dolerme.

Ella me devuelve el gesto con una pizca de timidez y tristeza en sus labios. 

Si ahora tuviera que describirla con un color, diría que es un tono morado azulado. Su sonrisa me tranquiliza, pero ambos sabemos que esto es el comienzo de un proceso doloroso.

Virgo y CapricornioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora