~ 𝒫𝒶𝓇𝓉𝑒 31 ~

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𝒩𝒶𝓇𝓇𝒶   𝒞𝒶𝓅𝓇𝒾𝒸𝑜𝓇𝓃𝒾𝑜

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𝒩𝒶𝓇𝓇𝒶   𝒞𝒶𝓅𝓇𝒾𝒸𝑜𝓇𝓃𝒾𝑜

Los minutos pasan lentamente mientras que Virgo va a la cocina.

Apoyo el mentón en el escritorio y observo el ordenador con los ojos entrecerrados. Memorizo cada parte de su habitación: el color de sus muebles, la luz que entra por la ventana e ilumina un poco la cama deshecha, las motas de polvo que no se ven a simple vista, pero que sé que están presentes...

Cierro los ojos un momento imaginándome en esa habitación y a Virgo cerrando la puerta tras de sí. Su melena, ahora mucho más corta que cuando nos conocimos, fluye mecida por un brisa.

Al girarse me sonríe y formula algo, pero su voz no se proyecta.

Abro de nuevo los ojos, volviendo al presente.

"Ha pasado casi un mes desde la última vez que nos vimos." reflexiono. "Me gustaría estar ahí y abrazarla."

Cambio de posición con un largo suspiro. Algunos mechones me impiden ver más allá del escritorio, lo que me recuerda a que tendría que pasar por la peluquería un día de estos.

Escucho su voz a través de la pantalla y giro la cabeza en su dirección.

-¿Te has quedado pasmado?- pregunta cerrando la puerta.- No he tardado tanto.

-Estaba esperando.- respondo estirando la espalda en la silla.

-Ale, ¿por donde íbamos?- ignora mi respuesta mientras se acomoda en la silla.- ¿Quieres jugar a algo?

-Nah, sigamos hablando.- sugiero cambiando nuevamente de posición.

-Vale, ¿de qué?

-¿Vas a venir a la exposición?- la pregunta lleva varios días resonando en mi cabeza.

Aparta un vaso hacia un lado y me dedica una mirada breve.

-¿Ya tenéis fecha? Lo digo porque si coincide con clases no sé si podré escabullirme.

-No te coincide, es un sábado.- aseguro haciendo memoria.

A continuación, el recuerdo de una conversación hace que sonría fugazmente y me dejo llevar por él.

Parece algo insignificante, pero no lo fue para mi.

A principios de verano, tras los exámenes finales de Virgo, nos escabullimos para pasar el día en una playa fluvial. El viaje duró cerca de dos horas desde mi apartamento, por lo que Virgo estuvo más horas en el autobús de lo esperado.

Le había ofrecido quedarse a dormir la noche anterior, pero no quería. Creo recordar que había quedado con sus amigos para tomar algo el día después de los exámenes.

De todas maneras, el día que fuimos nos levantamos demasiado temprano para ser verano. Virgo venía con las pilas cargadas y con un libro en su bolsa, por sí se daba la ocasión.

Virgo y CapricornioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora