~ 𝒫𝒶𝓇𝓉𝑒 𝟣𝟪 ~

1.3K 128 67
                                    

𝑪𝒂𝒑𝒓𝒊𝒄𝒐𝒓𝒏𝒊𝒐: Oye, he estado pensando en la oportunidad para estudiar fuera, y pues, he llegado a la conclusión de que no quiero irme

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

𝑪𝒂𝒑𝒓𝒊𝒄𝒐𝒓𝒏𝒊𝒐: Oye, he estado pensando en la oportunidad para estudiar fuera, y pues, he llegado a la conclusión de que no quiero irme. Ya sé que te parecerá una estupidez por mi parte, pero no quiero dejar atrás a la única persona en este mundo que me importa de verdad. Y no me refiero a la figura de Superman que tengo en casa, porque ambos sabemos que he hecho bromas con eso. Sino que, no quiero dejarte atrás. Sabes, desde el primer momento que caíste encima mía sabía que íbamos a crear grandes cosas juntos, y no quiero seguir creándolas sin ti. Me gusta pasar tiempo contigo y me gusta provocarte. Pero, lo que más me gusta de ti es que me entiendes y me haces ver, de entre tanta mierda, que hay algo bueno. No te lo he dicho, pero tengo un cuadro esperando por ti en mi habitación, porque mi inspiración has sido tú y todo eso...joder, suena muy cursi. Bueno, pues eso, que no quiero irme y que me gustaría seguir en tu cama cuando esté enfermo y que tú estés allí conmigo.

Capricornio parpadea por el leve picor en los ojos. Es la 1 de la madrugada, su inconsciente ha salido a relucir con pensamientos que le haría sentirse avergonzado si los pronunciase a la luz del sol. 

Por un momento piensa en darle al botón de enviar, pero detiene sus impulsos a tiempo. No sabe lo que piensa Virgo, mandarle este mensaje sería como lanzar una flecha directamente a su corazón; acorralándola.

Borra el mensaje. 

Con su suspiro deja el móvil en la mesita y cierra los ojos sin esfuerzo. En su vasto imaginario, Virgo surge de entre el mar vestida de vivos colores. El azul marino pinta su ropa, su piel es pálida, lo que le recuerda a las perlas, y su pelo es más largo de lo habitual, pintado en tonos violetas que brillan con la luz del sol.

Da la impresión de que tiene una enredadera de violetas. Se arremolinan entre los mechones de pelo, acarician su piel con la delicadeza de mil mariposas y se sueltan, alzando el vuelo lejos de ella.

Una epifanía. 

Su corazón sabe que no es real, pero late con la fuerza de un cincel en mármol al observarle; al pintarla como cree que es.

Virgo se gira lentamente, sus labios le sonríen bajo una mirada brillante que mantiene su color natural. Pronuncia unas palabras, pero no alcanza a escucharlas.

Capricornio se pierde en sus ilusiones, hipnotizado por una mirada que lo arrastra al fondo del mar y de la cual quiere beber hasta quedar sin aliento.

Virgo y CapricornioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora