Epílogo

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Ha pasado un mes desde lo sucedido en las vidas de Virgo y Capricornio. Allí, en aquella habitación tan corriente y conocida, habían sellado su amor de una vez por todas con un beso aparentemente eterno, entre caricias fogosas y miradas furtivas llenas de deseo y pasión. Y es que, aquel beso había sellado más que un amor, sino una amistad rota y otra en el hondo del mar, en la fina línea de entre las tinieblas y la oscuridad infinita.

Cuando ambos se unieron aquella mañana, Capricornio retomó sus clases casi una semana después, ya que se había quedado aquellos días en su antiguo hogar para hablar con Escorpio, quien con cabeza dura, recapacitó (tras dos horas de aclaraciones y sentimientos a flor de piel), y felicitó a su amigo por su gran logro. Al mismo tiempo, le pidió cuidarla. Sino él sería quien lo haría.

A Capricornio no le hizo mucha gracia ese comentario, pero aceptó su petición con mucha rapidez.

Ambos amantes habían decidido arreglar otros numerosos asuntos que los tenían en vela desde hace mucho tiempo: hablaron con Libra y llegaron en la neutralidad, ya que ella no aceptó del todo la situación. Por lo que, simplemente quedaron como conocidos.

A Virgo eso le molestó bastante, quería mucho a su amiga, pero también comprendía que no podía pedirle a la fuerza que lo entendiese, así que, la dejó marchar.

Aquella misma tarde ambos se quedaron muy tranquilos. Habían resuelto una buena parte del problema inicial, que también los hizo conocerse más a fondo, pero que molestaba al fin y al cabo tenerlo ahí como una espina clavándose en sus costados.

Pero, aun quedaba algo muy importante que ambos debían resolver si querían comenzar una nueva etapa juntos, sin nada molestándolos; debían hablar con sus padres del futuro que ambos iban a construir.

Aquí ya es un tema más complejo para ellos.

Lo intentaron durante los días siguientes muchas veces, hablaron con sus padres varias veces y de varias formas. Capricornio llegó a dejar claro que quería convertirse en artista profesional, que no quería ninguna carrera pesada y aburrida. No quería convertirse en ese tipo de personas que se sienten obligadas a estudiar y trabajar en algo, que realmente no les gusta ni les apasiona.

Él busca algo más que el bien material.

Sus padres llegaron a entenderlo parcialmente, ya que seguían resistiéndose un poco a la idea de que su niño no fuese un profesional o un ingeniero de algo. Aun así, siempre intentarán convencerlo de hacer alguna otra cosa si su plan A no funciona, porque, los padres son así, ¿no?

Por la parte de Virgo, no pareció costar mucho la cosa realmente. Cuando Virgo dijo con todas las letras posibles que deseaba estudiar Filología Castellana, y que su gran meta era conseguir publicar un libro de su puño y letra, a sus padres casi les da algo. La madre se entusiasmo mucho, ya que ella era una gran amante de los libros románticos y de misterio, mientras que al padre no le disgustaba la idea de que su niña pudiese ser una gran novelista.

Lo que sí les pareció muy repentino era el echo de que en cuanto ella terminase el bachiller, quería irse a vivir fuera, cerca de donde estaba Capricornio. Eso sí que les causó un gran dolor de cabeza a los padres de Virgo, ya que eso era asumir que su niña ya no estaría con ellos, además de hacerse independiente muy rápido. También veían muy precipitado irse a vivir con su novio cuando hace unos días se habían declarado su amor.

Virgo lo pensó la cabeza bien fría y le daba la razón a sus padres en ese caso. Sin embargo, luego pensó con el corazón en la mano, y este le decía que tenía que estar con él. Aun no sabía si era una intuición o si es que el amor que sentía hacía él provocaba este tipo de acciones.

Virgo y CapricornioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora