~ 𝒫𝒶𝓇𝓉𝑒 29 ~

859 69 43
                                    

-Oye Capri, ¿cuánto tiempo dices que se va a quedar tu novia?- pregunta Libra asomando la cabeza por el marco de la puerta

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

-Oye Capri, ¿cuánto tiempo dices que se va a quedar tu novia?- pregunta Libra asomando la cabeza por el marco de la puerta.

-No me llames así, y se va a quedar el tiempo que quiera.- sentencia girando la cabeza hacia ella para regalarle una sonrisa coqueta.- No le hagas caso, es un peñazo con todos los que se quedan más de 10 minutos.- le aclara.

Virgo ladea la cabeza en dirección a su novio en un silencio que no esclarece para nada sus pensamientos. No rompen el contacto visual durante unos segundos, sumergidos en un silencio mitigado por las voces de una conversación lejana y por el leve murmullo de dos corazones latiendo al mismo ritmo.

En contraposición, Libra regresa por donde ha venido con una mueca de molestia ante la falta de atención.

Desde aquella tarde no hay momento que los tortolitos aprovechen, cuando nadie está presente, para entrelazar sus manos, dedicarse una fugaz mirada llena de grandes recuerdos y soltar alguna sonrisa pícara. Y ahora no es una excepción; sus manos están entrelazadas debajo de la manta que les cubre las piernas.

-Debe ser...diferente vivir lejos de casa de tus padres.- comenta Virgo repasando la habitación de Capricornio con los ojos.- ¿No te sientes solo?

-Solo no es la palabra que buscas, créeme.- responde al momento.- Libra es más interesado de lo que parece, así que siempre lo tengo encima mía pidiéndome favores.- un peculiar brillo en los ojos le delata.- El otro compañero, Leo, se queda buena parte del día en el apartamento, así que siempre hay alguien.

-Espero que no se quede normalmente en la habitación, porque entonces se la hemos robado en toda regla.- sonríe Virgo tirando de la manta hacia su lado.- Oye, no me robes la manta que tengo frío.- frunce el ceño volviendo a tirar.

Capricornio encuentra la oportunidad perfecta para picarla. Tira de su lado de la manta para crear un forcejeo que dura unos cuantos segundos. Virgo acaba perdiendo estrepitosamente, pero al menos gana un beso furtivo de su novio.

-No es la muerte de nadie si está en el salón unos días. Además, también es mi habitación.- responde alzando los hombros.

Una caricia tímida en la mejilla derecha por parte de Virgo pone en tensión a Capricornio. El delicado toque de su mano templada, la calidez de su mirada azulada y el color rojizo de sus mejillas le parecen hipnóticos. Por un instante, se olvida de que estaban hablando y se concentra en la persona que tiene delante y la creciente emoción que siente cada vez que están juntos.

Es un ciclo sin fin. 

Después de semanas sin verse, las videollamadas se quedan cortas y la necesidad de abrazarse, acariciarse y besarse se convierte, gradualmente, en una llama que sólo incrementa a medida que la distancia se acorta.

Cuando están a un palmo de distancia, toda esa necesidad se desborda hasta el final de su visita, la cual colma la montaña rusa de emociones con una caída en picado.

Virgo y CapricornioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora