~ 𝒫𝒶𝓇𝓉𝑒 𝟤 ~

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𝒩𝒶𝓇𝓇𝒶  𝒱𝒾𝓇𝑔𝑜

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𝒩𝒶𝓇𝓇𝒶  𝒱𝒾𝓇𝑔𝑜

Me levanto lentamente por culpa del cansancio. Entre que me quedé a leer hasta bien entrada la madrugada y que aun siento el resentimiento de hace unos días, por haberme quedado al frío en ese portal, mi cuerpo se queja con nada.

Me desperezo de camino a la cocina aun en pijama.

Al llegar me encuentro con mamá, quien prepara el desayuno con entusiasmo, mientras que papá está a su lado intentado hacer algo. No entiendo porque sigue insistiendo en ayudarla, mamá es demasiado reservada cuando se trata de cocinar y no deja que le ayuden. 

Piensa que ella misma se basta para hacerlo todo.

Me siento y me vuelvo a estirar antes de enterrar la cabeza en mis brazos cruzados. El descanso no dura mucho, porque siento un ligero golpe en la nuca que me sobresalta.

Una sonrisa burlona y un par de ojos verdosos me miran divertidos.

- Idiota, déjame dormir.- bramo con el ceño fruncido.

- No se duerme encima de la mesa, tonta.- me devuelve el insulto.

Ambos mantenemos, durante unos segundos, una de nuestras guerras de miradas. Las cuales suelen acaban conmigo por ganadora.

Él empieza a parpadear tras unos segundos y aparta la mirada de malhumor. Sonrío victoriosa.

- No se porque te empeñas en enfrentarte contra mi sabiendo que te ganaré.- digo incorporándome, manteniendo los brazos cruzados.

Escucho como chasquea la lengua y luego se deja caer en la silla. Un rebelde mechón de su cabello oscuro cae sobre sus ojos, lo que provoca que sople levemente para conseguir apartarlo. 

- ¡Cállate!- exclama.

Aprieta la mandíbula, lo que me confirma que se ha picado.

- Dejad de discutir.- protesta papá rápidamente.

Ambos lo miramos, haciendo que él nos mire con seriedad.

- Tengamos una mañana tranquila.- finaliza mamá sentándose en la silla continua a la de mi hermano.

Papá se acerca a la silla que está a mi lado izquierdo, y se sienta junto con su habitual periódico mañanero.

Los cuatro atacamos la comida con ansias. Somos una familia un tanto hambrienta, sobre todo mi hermano. En pocos minutos solo quedan unas tostadas y unas cuantas piezas de frutas solitarias. 

Deberíamos hacer más comida por la mañana.

- Por la tarde vendrá un amigo mío.- afirma mi hermano con la boca llena.

- Hijo, mastica y luego hablas.- le regaña mamá.

Río por lo bajo ante el reproche.

- ¿Quién?- pregunta papá bajando el periódico antes de darle un mordisco a su tostada con mermelada.- ¿Alguno de tus compañeros de clase?

Virgo y CapricornioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora