Al amanecer, fui a ducharme me vestí con ropa deportiva para salir a correr un rato.
Cuando baje a la sala y el pase por la cocina no había nadie, tal vez era muy temprano para que Beatriz estuviese despierta.
Salí al campo que quedaba al frente de la casa, bueno ese campo era propiedad de la gran casa. Era muy simple, solo lleno de los comunes árboles y más allá se veían los carros, los edificios y la autopista.
Mi vivienda era muy retirada de los edificios y la autopista, era una casa muy grande y bonita pero encerrada de manera que nadie se podía dar cuenta de que existiera, ni se podía llegar con una simple dirección.
Cuando llegue al campo estire y comencé a correr por todo el campo, pasaron como veinticinco minutos y pare. Regresando a la casa estaba Beatriz esperándome con un vaso de agua natural.
Que linda nana la que me gasto.
—Mi deportista favorita. —Me decía Beatriz con una sonrisa de oreja a oreja.
—Sí, claro sobre todo yo.
Nuestras risas fueron cortas, esos momentos que disfrutaba con ella. Eran muy bonitos para mí.
—Ve a bañarte y a desayunar mi niña, tu padre quiere verte en el Vidriero.
Vidriero, así se llama el estudio de mi papá . Es donde atiende sus llamadas y se dedica a los negocios. Es un estudio muy grande cn diferentes tipos de puertas pero todo su alrededor es de vidrios, su paredes, sus ventanas, los pequeños adornos. Hasta donde se guardan las cosas que solo el tiene derecho a tocar.
Me imagine que su tema de conversación hacia mi seria eso "Tan importante" que quería platicarme. No quería llevarme ninguna sorpresa negativa. Ya iba con mi mente positiva.
Subí a mi habitación, cerré todas las puertas. Fui a la puerta de mi armario y escogí lo que usaría ese día. Ya que por lo visto se vendría muy, muy largo la plática con mi papá, las clases de armamento con Choe y las clases educativas con mi profesor Ignacio era un señor casca rabias, pero solo faltaba un mes para terminar mi año y dos meses para tener dieciocho años.
Luego de mi ducha quise arreglarme en el espejo de mi armario, mi cabello liso y ondulado lo veía hoy más bonito, mi color de piel el cual es un moreno claro se veía más brillante. Mis ojos color café hoy eran más grandes. Me sentía bonita, me sentía diferente. Tal vez era bueno hacer ejercicio después de levantarme, me reanimaba.
Baje al Vidriero, toque la puerta y escuche a mi papá enseguida.
—Adelante. —Pase enseguida, y me senté en el mueble que estaba en la esquina de su silla.
—Hola papá, ¿cómo te fue en el viaje?.
—Muy bien, Maya...De eso quería hablarte, te tengo un negocio y quiero que te quede bien en claro que no me importa tu mínima opinión sobre el, ¿Entendido? —Su confesión tan rápida y la manera como me lo estaba diciendo me molestaba.
—¡No!, no pienso tener que ensuciarme las manos llenas de porquería por ti, ni por los demás. Y si no te importa mi opinión mucho menos a mi me importa tus órdenes y tu opinión. —Nunca me había expresado asi ante el, ni mucho menos sobre eso. Es que ni le di tiempo de hablar sobre de que se trataba, pero no quería escucharlo hablar sobre sus temas me daban temor.
— ¡Maya Alina Rosales Escalona! No me hables de ese modo nunca, mas. Y no te estoy hablando como tu padre, te hablo como alguien que necesita del único apoyo que cree que lo puede ayudar. Yo soy tu único padre y tú eres mi única hija si algo te pasa velo por ti, lo que espero tú también pienses así. —Su voz se había suavizado, su mirada era sincera. Pero a mí no me interesaba eso, no quería hacer nada que no me gustara. Deje que me contara todo lo que ocurría y el que tenía que hacer.
La cara de mi padre era de un simple y frio "Alerta" mientras me contaba todo lo sucedido, en cambio yo estaba nerviosa y confusa. Lo que me estaba enterando no era nada de lo que quería escuchar.
El viaje que mi padre hacia mientras estaba en la casa, no era de un simple negocio hubieron muertos, pero fueron muertos muy peligrosos. Mi padre por primera vez creo que se preocupó por mí, me decía que el muerto fue un Ministro del país que tenía que marcharme, no quería que lo vieran conmigo. Pero no solo era marcharme, tenía que ir a Colombia a verme con unos colegas de mi padre a una reunión sobre su último ataque, decía que este sería su último ataque que yo sabría en ese último me iría, ya no sabría más sobre él ni de Beatriz, Choe todo fuera por mi bienestar. Un bienestar que cierta parte de mí, dudaba.
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Mi historia con el Narcotrafico
ActionNo escogí este tipo de vida ni mucho menos la familia que tengo. Soy Maya Alina Rosales Escalona. El nombre de Maya está presente en varias culturas y el Alina , según mi nana significa "Amiga Noble". Soy hija de Jose Antonio Rosales, uno de los na...