Mi historia con el Narcotrafico

Mi día, mi noche.

Mis días pasaban lentos y sin nadie con quien hablar, el tiempo se hacía cada vez más largo. Matías y Laura me estaban entrenando con las armas y como defenderme si pasaba algo, decían que era mejor prevenir que lamentar. Como si alguien se fuese a lamentar que me ocurriera algún incidente, Laura sabía muy bien cómo usar cualquier tipo de armas hasta la más pequeña hasta la más grande. Matías igual pero no recibía muchas clases con él, Laura era un monstruo de la buena manera, en el sentido como se defendía y lo que me enseñaba. Cada vez que me equivocaba lanzaba un tiro al aire, y yo me tensaba pero seguía en práctica. Hubo un entrenamiento de defensa personal ese día estaba toda adolorida y con moretones, Laura peleaba como una bestia y mi cuerpo no estaba acostumbrado a semejantes golpes ni moretones, en todas las practicas me hacía moretones y así concurrían los días, las semanas y el mes que faltaba para mis dieciocho años en ese mes no tuve contacto con mi padre, y fue mucho mejor. Laura y Matías me apoyaban lo más que podían me ayudaban con mis prácticas de defensa personal, y obtuve mi primera arma ya la sabia utilizar pero solo era si me sentía amenazada y estos entrenamientos eran para el asunto del Ministro y la modelo. Lo suponía. Llego finalmente llego el día de mi cumpleaños después de tanta espera, el día de ser mayor de edad oficialmente.

Me desperté súper temprano, no estaba súper contenta ya que no recibiría ese abrazo de Beatriz y Choe. Fui al baño y me vi más radiante ese día, decidí olvidar mis penas y mis complejos, decidí empezar de nuevo aunque todos los años decía lo mismo. Sentía que este año iba a ser diferente, sentí que debía planificar mi vida pero siendo realista debía poner límites en mi misma para después ponerle limite a lo demás y seguir la corriente parecer normal en todo momento, tal vez el estar súper agradecida con la vida y con los seres que me acompañaban en ese momento, Laura y Matías que a pesar de sus exigencias debes en cuando habían conversaciones un poco mutuas entre nosotros, bueno eso creía. Hoy quería celebrarlo muy sencillo solo una llamada de Beatriz seria mi regalo perfecto, pero según Matías eso no podía estar permitido lo cual no entendía. Ya me daba igual las respuestas que empezaran por un "NO" o algo negativo, era mi día a día.

Después de mi ducha, me arregle mi cabello con unas ondas en las puntas, quise maquillarme pero muy poco, sencilla. Me puse unos jeans ajustados y unos botines color piel con un camisón piel. No sé si estaba muy bien, pero quise vestirme como los outfit que vi en mi página de instagram hace mucho tiempo atrás. Me veía en el espejo y estaba simpática, comparado con otros días en este lugar. Luego fui a la cocina y me encontré con Laura y Matías.

—¡Buenos días, bella Maya. Feliz cumpleaños hermosura! —Se puso de pie Laura para darme un besote en la mejilla y dejarme su pinta labios color rojo.

— ¡Gracias!,! Gracias!

— Felicidades niña...Ahmm, no ya dejaste de ser una niña, eso creo. —Susurro Matías.

— Gracias igualmente.

Laura, me regalo un ponqué que estaba delicioso, no esperaba sinceramente nada de ellos. Solo llevábamos un mes conociéndonos y por motivos de diferentes negociables, por así decirlo

Nos quedamos un rato largo en el departamento platicando de cosas simples, Laura se reía mucho de lo que Matías decía. Al parecer tenían tiempo conociéndose pero era una linda amistad, una sana eso parecía. Comenzamos hablar de mi hasta que llegamos al tema de lo que he vivido, les conté la verdad lo que había pasado no sé si yo era anormal o que pero no le mostraron interés, mientras que yo vivía tipo traumada por mi vida. Pensaría que yo misma exageraba, no me importaba. Lo que yo sentía no era normal, estaba segura que lo que hacía y en el medio que me encontraba no era bueno y muy confuso.