Alarmada.

434 18 3
                                    


Baje a contarle a Beatriz mi nana, lo que me acaba de suceder.

Cuando estoy bajando las escaleras, veo a Choe uno de los trabajadores de confianza de mi padre. Su cara no era molesta pero parecía confuso, subió su mirada y me miro con furia.

— ¿Con quién estabas en tu habitación, Maya?- Su voz sonaba con intriga, desafiante.

—Con nadie Choe, estaba por bajar a la cocina a ver a Beatriz.

— ¡Mentiras! —Me quito del medio y termino de subir las escaleras hasta llegar a mi habitación.

Enseguida pude saber que algo malo estaba pasando en la casa, no veía a Beatriz por ninguna parte y Choe estaba furioso. Lo seguí a mi habitación, y sacó su pistola para ver si alguien estaba detrás de mi puerta, reviso todas las puertas y partes de mi habitación que pudo. Cuando pude percibir que ya estaba más calmado tuve la oportunidad de preguntarle.

—¿Qué paso ,Choe?.

—Las cámaras de seguridad captaron a un sujeto con capucha entrando a tu habitación Maya, te hemos dicho que cierres bien tus puertas nos pones en peligro. Tu padre no está en este momento y tú eres la victima de todo lo que ocurre, nos pones todo difícil.

Con todo lo dicho de Choe supe que lo que había percibido no fue una imaginación ni mucho menos cosas mías. Había sido real, alguien había tratado de subir a mi habitación a que sabe qué. No estaba nerviosa para nada, pero si alerta.

Desde los diez años por lo poco que recuerdo mi padre a estado alejado de mí, siempre estoy a cargo de Beatriz, mi nana y Choe que es el hijo menor de ella, somos como hermanos por así decirlo.

Soy hija de un hombre que se la pasa haciendo viajes y negocios, pero es el tipo de trabajo sucio. Estoy en un círculo familiar que puedo tener lo que quiero pero hasta un cierto límite, lo más que puedo desear no lo tengo. Mi libertad y felicidad.

Para mi papa soy solo una adolescente que simplemente hace diecisiete años apareció en su vida junto a mi madre, la cual nunca tuve el placer de conocerla. No que yo recuerde y créanme que no me interesa.

A quien le puede interesar una persona que por lo que escuchas estuvo con tu padre durante años y a la vez con su hermano, ósea mi tío paterno.

Si así fue, mi madre me tuvo a los veintitrés años y en ese momento hubo serios problemas con detalles de los negocios sucios y mi papa.

Mientras tanto me dejaron con Beatriz para que no me dieran a conocer o si pasaba algo malo, todo fuera por mi bienestar, según eso me hacen creer. Pero a mi mama no le fue igual, ella se quedó en la Casa Grande, donde vivíamos antes cuando era aún pequeña, en ese largo tiempo mi papa dejo a cargo a su hermano en el cual confiaba pero eso fue hasta que una noche mi papá regreso y entro a la casa, nadie sabía que ya había resuelto el problema, no me pregunten como pero siempre eran resueltos y si me entraban dudas siempre encontraba una respuesta como "De la mejor o la peor manera, pero ya se resolvió".

Mi papá fue al cuarto principal donde encontró a la mama de su hija, si yo, revolcándose con su hermano. Yo no me acuerdo de nada, pero según Beatriz me dijo que esa fue la peor noche para mi mama y para ella, mi padre se puso como loco, bueno...Mas loco de lo que es y les gritaba, maldecía.

Pero como siempre, los problemas para mi papa se arreglan a golpes o a balazos. Así, así mismo fueron arreglados esa noche.

Mi mama estaba irreconocibles de tantos golpes y mi tío, a él solo le pudieron dar cinco, cinco minutos para que abriera su boca y recibir el motivo de su muerte, una o más balas.

Esa noche hubo una muerte, por lo que me hace creer Choe y mi nana.

Siempre que les pregunto sobre mi madre, me dejan hasta ese punto nunca van más de allí, siempre me ha entrado esa duda si mi padre mato a mi madre. O solo fue a mi tío.

Me gustaría aclarar o saber ese punto, sé que con las clases de personas que vivo no es fácil de llevar. Choe es muy temperamental y vela por lo suyo, Beatriz, mi nana, es una dulzura desde que tengo uso de razón trabaja para mi papá.

—Maya, segura que no viste nada? Dime la verdad. — Choe aún seguía con el tema.

—Bueno, sí, cuando estaba en la ducha escuche que se abría la manilla de la puerta trasera. Pero pensé que solo fue imaginación, hasta que Salí y vi la puerta abierta. —Me quede un largo rato pensativa—Iba a contarle lo que sucedió a Beatriz, que por cierto ¿Dónde está?

—Eso me parece extraño, ¿tus armamentos? — Miro de reojo a mis gavetas— Tienes que estar alerta, mañana mismo retomamos tus clases. Beatriz está limpiando la terraza, no le comentes de nada se angustiara mucho más de lo normal.

—Está bien. —Murmuré.

Empezar de nuevo mis clases de armamentos, no era nada divertido.

La última vez le dispare a un obrero. Fue traumático, pero poco a poco te vas acostumbrando.

No creo tener la maldad que tiene mi padre, ni mucho menos los de mi alrededores. Siempre he querido ser diferente, y sé que lo voy hacer.

Mi padre no es famoso como narcotraficante en todo el mundo, pero si en el país. Y las personas con las cuales liga sus negocios si lo son.

Después de tener la charla con Choe, fui a llamar a mi padre. La conversación fue corta, solo para avisarme que iba a llegar mañana temprano. Lo que me causo intriga fue que quería hablar algo muy serio conmigo.

Hace un tiempo le pedí que quería ingresar en una academia de modelaje, inmediatamente me dijo que no, que era inaceptable. Me fui furiosa por motivo de que tendría que recibir clases privadas ya que a él le daba la gana. Ya este es mi último año en solo dos meses soy mayor de edad, lo primero que haré será irme de aquí y tener mi felicidad. No puedo decir que le tengo cariño extremo a mi padre ya que si digo eso sería una mentira, pero creo que si lo aprecio igual que a Cheo y Beatriz, no me gusta este medio este mundo de drogas, secretos y escondidas que vivo.

Quiero algo mejor, pero estoy cociente que para eso sería huir de aquí. Es lo que pienso, pero no me atrevo hacer.

Esa noche, me acosté a las siente en punto cosa rara en mí ya que siempre me acuesto tarde.

Abrí los ojos de repente, asustada, no sé por qué motivo pero lo estaba. Tal vez por el acontecimiento que había pasado.

Me baje de la cama, caminé hacia la gaveta y saque la pistola y la navaja me la escondí detrás del pantalón de pijama que usaba, me asegure que todo estuviera cerrado, al rato me pude calmar escuche el motor de un auto , me coloque en la ventana para ver y eran los escoltas de mi padre me extrañaba ya que aún era de noche , hasta que vi mi reloj y marcaba las cinco y media de la madrugada.

En seguida me volví acostar, no quería recibirlo tan temprano. Siempre que llega de sus viajes, llega molesto.




Mi   historia       con el NarcotraficoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora