Capítulo 5

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            Justo cuando los amigos se iban a ir, apareció Kyle de repente provocando los recelos de Christopher.

            Jaelle lo miró, sorprendida.

            -¿Kyle? ¿Qué haces aquí?

            -Creo recordar que teníamos una reunión hoy…- respondió Kyle.

            La joven los miró a ambos que se miraban fijamente notándose de lejos que no se llevarían bien en la vida.

            -¿No podríamos dejarlo para más tarde? Quería ir con Chris a dar una vuelta…- le dijo Jaelle al chico que estaba en una posición despreocupada con las manos en los bolsillos.

            -Sabes que no puede ser, Jaelle, tenemos que reunirnos o podría pasar lo que tú sabes.

            -Pero…

            -Mira, Jaelle, allá tú, haz lo que quieras. Tuya es la responsabilidad de lo que pase hoy si sales con él.

            Christopher se interpuso entre ambos mirándolo desafiante.

            -Ella puede hacer lo que le dé la gana.

            -Siempre y cuando sea lo conveniente- rebatió Kyle.

            -Es libre de hacer lo que le apetezca.

            -Ya le dije que puede hacer lo que quiera pero es su responsabilidad.

            Jaelle apartó un poco a Christopher y lo miró directamente a los ojos.

            -Basta, Chris, aunque me pese, él tiene razón. Hay algo que me impide ir a cualquier lado donde puede cambiarme el humor.

            -Entonces vas a hacerle caso a él…- aventuró su amigo.

            La joven asintió, apenada.

            -Lo siento, de verdad.

            El chico se apartó mirando a su amiga como si no la conociera, sintiéndose dolido. No podía creer lo que estaba sucediendo pero tras reponerse, su semblante se convirtió en una máscara difícil de descifrar.

            -Muy bien, os dejaré solos pero ¿sabes una cosa, Jaelle? Ya basta, no voy a rebajarme más para sacar adelante esta amistad. Ve con tus nuevos amigos y olvídame.

            Tras esto, Christopher se giró y se alejó a toda prisa.

            -¡Chris! ¡Espera! ¡No te vayas!- gritó ella queriendo ir tras él pero Kyle la detuvo.

            -No le sigas.

            Jaelle se soltó y volvió al jardín donde se sentó en el banco de piedra. Parecía a punto de llorar. Estaba temblando y si no se calmaba se transformaría sin poder evitarlo.

            -Lo estoy perdiendo…- se decía una y otra vez como una letanía inacabable.

            -Si no te calmas, te transformarás- le dijo el chico que la había seguido.

            -¡Me da igual!- gritó ella- ¡estoy perdiendo a mi mejor amigo! ¿Sabes cuánto hace que nos conocemos? ¡De toda la vida y por ser un licántropo voy a perderlo!

            Casi al instante de acabar la frase, la marca apareció en la frente junto con el halo de luz transformando rápidamente en loba a la joven, desgarrando la ropa.

Amor a medianocheDonde viven las historias. Descúbrelo ahora