Capítulo 14

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            Jaelle estaba en el jardín haciendo unos ejercicios de relajación cuando llegó Belinda que parecía preocupada. Hacía días que notaba a Yandrack bastante raro, exactamente desde el día en que llegó aquel tipo tan raro.

            Desde ese día, su novio parecía otro. Estaba más silencioso de lo normal y estaba distraído.

            Sólo esperaba que el regalo de aniversario que le tenía preparado lo animara un poco.

            Cuando estuvo junto a Jaelle, se sentó frente a ella y posó una mano en la rodilla de la joven haciéndola sobresaltar pero cuando vio quién era, se relajó visiblemente.

            -Siento asustarte- dijo Belinda.

            -Oh, no pasa nada, ¿estás bien?

            La joven sonrió con cierta tristeza a la vez que se encogía de hombros.

            -La verdad es que hace días que noto a Yandrack mal, tiene un comportamiento extraño.

            -Quizás esté preocupado por algo.

            -Puede ser pero ¿por qué no me lo cuenta?

            -No lo sé, ojalá pudiera ayudarte.

            Belinda sonrió.

            -Sé que si pudieras, lo harías, pero quería saber qué opinas de mi regalo de aniversario.

            La joven sacó de una bolsa una caja alargada de terciopelo azul y lo abrió para mostrárselo a Jaelle. Este contenía una cadena plateada con un colgante en forma de lágrima incrustada en una pequeña placa.

            -Oh, es precioso, Belinda, estoy segura de que le gustará- dijo cogiendo el collar para ver el colgante de cerca percatándose de que había una inscripción en el reverso- “Para que me recuerdes siempre. Belinda”- leyó la joven para luego mirar a su amiga, sonriendo.

            -¿Qué opinas?

            -Es hermoso, le va a encantar.

            -Eso espero.

            De repente, aparecieron ante ellas Marion y Henry agarrados de la mano. El joven cojeaba un poco pero parecía totalmente recuperado. Jaelle al verlos, se levantó y fue a recibirlos seguida de Belinda que guardó el collar.

            -Marion, Henry, me alegro mucho de veros- dijo Jaelle- ¿cómo te sientes?- preguntó mirando al joven.

            Henry se palpó la pierna que Dreck le había arreglado.

            -Mucho mejor, le debo una a ese vampiro.

            Jaelle sonrió y los invitó a pasar a la casa.

            -Me alegro de que estés mejor, de verdad, pero ¿puedo saber para qué habéis venido?

            -Quería hablarte sobre mi secuestro, quizás encontremos algo que nos pueda indicar quiénes son o dónde se esconden- dijo el chico mientras se sentaba en el sillón de la sala.

            -La verdad es que había pensado preguntarte pero no sabía si estabas preparado para contar nada…- dijo Jaelle- estoy segura de que fue una mala experiencia lo que viviste.

            -Sí, lo fue, pero si con esto puedo ayudar en algo, vale la pena contarlo.

            -Entonces puedes empezar cuando quieras.

Amor a medianocheDonde viven las historias. Descúbrelo ahora