Kyle se acercó, pero ella retrocedió poco a poco hasta quedar pegada a la pared. El joven puso ambas manos a los lados de la cabeza de ella, acorralándola.
-Te deseo, te deseo tanto que me duele- dijo acercándose peligrosamente a sus labios.
La joven lo miró con cierto temor pero a la vez con anhelo y con la respiración entrecortada, como si él le impidiese respirar.
-¿Me deseas?- preguntó tontamente ella.
-Más de lo que esperaba… ¿tú me deseas a mí?
Realmente, él no sabía cuánto, tanto que muchas veces apenas podía dormir después de soñar con él y con su poderoso cuerpo ardiendo por ella. Kyle sonrió.
-Esto…- empezó ella pero no pudo acabar porque él le puso un dedo en los labios.
-He notado que me deseas, no hace falta que digas nada.
Su dedo descendió hasta la barbilla y rozó sus labios con los suyos deleitándose con su sabor. Ella se dejó llevar al principio sintiendo cómo le fallaban las piernas por lo que posó sus manos en los hombros desnudos de Kyle.
La mano que sostenía la barbilla de ella bajó en una lenta caricia por el cuello hasta llegar al valle entre los sensibles pechos, demorándose en el lugar donde estaba uno de los botones de su blusa oscura como la noche que contrastaba con su sedosa piel blanca. Lo desabrochó al igual que los otros y la mano rozó su vientre plano para pasar luego a sus costillas.
Allegra no sabía muy bien qué hacer con sus manos que le cosquilleaban de deseo por tocar a Kyle, tocar el resto de su piel como estaba haciendo con sus hombros así que decidió bajar sus manos lentamente para tocarle el torso desnudo. Él ardía bajo su tacto.
-Esto no está bien, no está nada bien- dijo ella intentando recuperar el aliento.
-Está muy bien… nos deseamos y no hay nadie aquí, solos tú y yo.
-Pero casi no nos conocemos.
-Llevamos un tiempo uno en la mente del otro y viceversa, conocemos muchas cosas, secretos que nadie conoce- dijo él mordiéndole el cuello.
Allegra jadeó en respuesta abriendo los ojos de par en par.
Él sonrió contra su cuello antes de lamer el lugar donde la había mordido haciéndola temblar. La cogió entre sus brazos y la llevó hasta el sofá donde la recostó para volver a besarla.
-Tienes dotes de vampiro…- logro decir ella riendo tontamente ya que él le provocaba cosquillas en las costillas.
Él siguió con aquella dulce exploración buscando el cierre del sujetador que le impedía tocar aquellos senos en su totalidad y lo abrió liberándolos de aquella opresión. La obligó a quitarse la camisa y el sujetador arrojándolos al suelo en un desesperado intento de abarcar con sus manos aquellos montículos coronados por una cima rosada muy apetecible.
Entonces los labios de Kyle bajaron por todo su cuello hasta llegar a los pechos donde tomó uno de los pezones entre sus labios succionándolo y haciéndole arrancar gemidos incontrolables a la vampiresa que se arqueaba deseando más y más.
Kyle no se hizo de rogar y procedió a atender de igual manera el otro pezón.
Allegra no podía pensar con claridad, su interior ardía a pesar de que su piel era tan fría como el hielo. Cada vez se sentía más humana y mucho más con las atenciones que Kyle prodigaba a su cuerpo. Con manos temblorosas buscó el cierre de los pantalones de él y cuando lo encontró, lo abrió para liberar al miembro erecto del joven.
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Amor a medianoche
RomanceCuenta la leyenda que una joven nacida durante el crepúsculo en el mes más corto del año, con cabellos de fuego y los ojos color café, está destinada en su vigésimo cumpleaños a sufrir un cambio que marcará toda su vida, con una misión muy important...