Jaelle luchaba incesantemente, no podía dejar que aquel hombre se saliese con la suya pero su cuerpo ya estaba bastante débil a causa de la gran pérdida de sangre que estaba sufriendo por una herida que le había causado en el muslo.
Oía la voz de Christopher en su cabeza diciéndole que lo dejara, pero ella se negaba rotundamente. Ese hombre merecía morir por haber retenido a su madre contra su voluntad y también por haber matado a los otros lobos e incluso a aquellos vampiros.
“¿No crees que es hora de que te rindas? No debiste haberme retado” le dijo Philiph girando alrededor de la joven que respiraba con cierta dificultad.
“Jamás me rendiré, mereces morir por lo que has hecho”
“¿Eso es lo que piensas? ¿Cómo piensas matarme si apenas te mantienes en pie? Mírate, estás herida y has perdido bastante sangre, no tienes nada que hacer contra mí. Soy más fuerte y poderoso”
“Pero no tienes la capacidad de mandato, no naciste con ella como nací yo…”
“Eso se aprende con el tiempo, tranquila. Ahora me gustaría acabar esta pequeña pelea para dedicarme a lo que realmente me interesa, ser el jefe de la manada”
Dicho esto, el lobo saltó sobre la loba dispuesto a atacarla de nuevo, pero ella se escabulló y Philiph cayó de bruces contra el suelo. Este se levantó rápidamente y miró a Jaelle con creciente odio.
Ella lo miró por igual y ambos giraron en un amplio círculo sin apartarse la mirada el uno del otro, esperando el momento oportuno para atacar a su contrincante.
“Jaelle, por favor, no sigas, estoy sintiendo tu dolor como si fuese el mío propio y sé que no estás bien, de un momento a otro te podría matar” le decía Christopher que poco más allá se retorcía de dolor.
La joven parpadeó ante su revelación, no sabía que los imprimados podían sentir el dolor del otro.
No se esperó para nada el ataque que le propinó Philiph. Las fauces del lobo se apoderaron de su cuello haciéndola aullar de dolor y notando el flujo de sangre escapar de su cuerpo.
-¡¡Jaelle!!
El grito del chico se oyó por todo el lugar y varios lobos y vampiros pararon de pelear.
Todos observaron horrorizados como Philiph intentaba matar a Jaelle moviendo a la chica con el cuello aún entre sus fauces.
La joven gemía y lloraba ante lo que posiblemente sería su muerte más inmediata y el miedo se apoderó de su corazón sobre todo al notar el sufrimiento de Christopher internándose en su cuerpo.
“Chris…” fue lo único que logró pensar.
Yandrack que estaba cerca, corrió y saltó sobre su padre haciendo que este soltara a la chica que cayó al suelo completamente inmóvil.
Christopher dejó a Belinda en el regazo de la hermana de Libby y se levantó tambaleándose para acercarse a su novia. Las lágrimas bañaban su rostro después de haber sentido el mordisco del lobo en el cuello de Jaelle. Cuando estuvo junto a ella, cayó de rodillas al suelo mirándola.
-Jaelle…- susurró para después gritar mirando al cielo- ¡¡Jaelle!!
Este grito partió el corazón de muchos y los lobos de la manada de la joven bajaron la cabeza apenados.
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Amor a medianoche
RomanceCuenta la leyenda que una joven nacida durante el crepúsculo en el mes más corto del año, con cabellos de fuego y los ojos color café, está destinada en su vigésimo cumpleaños a sufrir un cambio que marcará toda su vida, con una misión muy important...