Capítulo 2

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            Jaelle corrió por las calles sin rumbo, ella no podía ser lo que le decía su madre. ¡Imposible! ¿Cómo iba a ser ella un licántropo? ¿Una bestia que se comunicaba mentalmente con los de su especie? ¡No! No es posible.

            Siguió corriendo para intentar escapar de aquella locura. Ella no podía ser ese tipo de bestia.

            Se le ocurrió ir a casa de Christopher pero seguro que no estaba allí, a esa hora estaría trabajando. No sabía qué hacer y las horas iban pasando sin casi darse cuenta.

            -Jaelle no ha vuelto- dijo Libby cada vez más preocupada a su marido- hay que ir a buscarla.

            Arthur miró su reloj también preocupado. Había aparentado tranquilidad pero a medida que pasaban las horas se iba poniendo más nervioso.

            -Avisemos a tu madre- dijo él- pondrá a toda la manada a buscarla. Saldremos todos y antes las encontraremos.

            Libby asintió y se concentró.

            “Mamá, ayúdanos”

            “¿Qué sucede, Libby?”

            “Jaelle. Le conté lo que era y salió huyendo hace varias horas, estamos preocupados, nos gustaría que nos ayudaseis a buscarla”

            “Por supuesto, pondré a mis lobos a buscarla, estaremos comunicados”

            “Gracias”

            Tras esto, se cortó la comunicación y la pareja salió en busca de su hija.

            El coche iba despacio por la mayoría de las calles en busca de la joven que sería la jefa de la manada. Dentro del coche, un joven de pelo corto castaño y ojos verdes observaba fijamente a cada una de las chicas que veía sin reconocer a ninguna.

            Finalmente, cuando ya daba todo por perdido, atisbó a alguien sentado en un banco del parque. Paró el coche y se bajó. Al instante la reconoció y se acercó lentamente. La joven tenía la mirada perdida y estaba totalmente encogida.

            Cuando estuvo frente a ella se agachó:

            -¿Jaelle?

            La joven no contestó al instante. Fijó la mirada en el chico. ¿Cómo sabía él su nombre si ella no lo había visto en su vida? Sólo podía conocerla de una forma.

            -¿Eres… uno de ellos?- preguntó Jaelle en apenas un susurro.

            El joven asintió levemente.

            -Tus padres estaba preocupados y avisaron a la actual jefa de la manada…

            La chica soltó una carcajada nerviosa.

            -Esto es una locura… claro, me he vuelto loca.

            -No estás loca, Jaelle, anda acompáñame, voy a llevarte a tu casa- dijo él incorporándose y tendiéndole la mano a la chica. Ella volvió a mirarlo hasta que tomó la mano de él y se levantó.

            Ambos se dirigieron al coche de él y se metieron dentro.

            -Aunque hubiese querido volver a mi casa, tampoco sabía cómo porque no sé dónde estoy…- murmuró ella.

Amor a medianocheDonde viven las historias. Descúbrelo ahora