Epílogo

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*Y POR FIN ÚLTIMO CAPÍTULO, ESPERO QUE OS HAYA GUSTADO Y DE VERDAD QUE SIENTO SI HAY ALGÚN FALLO.

Meses después:

            Todos se habían reunido en la casa de Jaelle para hacer una pequeña celebración. En realidad nadie sabía exactamente qué se celebraba, sólo Libby y Arthur lo sabían y no habían dicho nada.

            -¿Se puede saber qué se celebra?- preguntó Jaelle a su madre que ya lucía un enorme vientre.

            -Dentro de poco lo sabrás- dijo Libby sonriendo.

            La mujer portaba una bandeja con unos aperitivos cuando un fuerte dolor la acució en el vientre. La bandeja cayó al suelo, alertando a todos que rápidamente miraron a la mujer.

            -¿Qué pasa, Libby?- preguntó Arthur que fue el primero en acercarse.

            La mujer se agarró con fuerza el vientre.

            -¡He roto aguas! ¡El bebé va a nacer!

            Arthur alarmado corrió a buscar el coche mientras Jaelle ayudaba a su madre.

            -Tranquilízate, mamá. Se supone que ya has pasado por esto. Respira…

            Libby sintió una contracción y se encogió. Luego se subió al coche con cierta dificultad y pusieron rumbo al hospital donde trabajaba una loba que era matrona.

            Allegra miró a Kyle por un momento para luego acercarse a Jaelle que parecía bastante preocupada.

            -Ven, vamos al hospital, seguro que quieres estar cerca de tu madre.

            Christopher se acercó a su novia.

            -Te acompaño.

            Jaelle asintió y todos se fueron al hospital. Una vez allí, entraron a una sala que había al lado del paritorio.

            Rose y Damien se acercaron a Arthur, que estaba muy nervioso puesto que Libby lo había echado gritando de dolor.

            Yandrack y Belinda estaban en un rincón abrazados, sonriendo ante la cara asustada que había puesto Allegra tras oír un grito proveniente de la sala de partos.

            La joven miró a Kyle con los ojos como platos y blanca como un papel. El joven sonrió levemente y le apretó la mano que le tenía cogida. La otra mano de ella estaba en su vientre.

            -Kyle, no me siento bien…- dijo Allegra con voz algo débil.

            El joven la miró, preocupado, parecía a punto de perder el conocimiento y se estremecía ante los gritos de Libby.

            -¿Quieres que avise a un médico?- preguntó él.

            Jaelle se acercó a ellos y se agachó delante de Allegra.

            -¿Pasa algo?

            -No me encuentro bien- dijo Allegra- tu madre… grita mucho…

            -El problema es que cree que le va a doler igual o más a ella dentro de unos meses.

            Jaelle sorprendida la miró.

            -¿Estás embarazada?- Allegra asintió- ¡muchas felicidades!

            -No creo que sea felicidad lo que siento ahora mismo- dijo ella.

Amor a medianocheDonde viven las historias. Descúbrelo ahora