Capítulo 15

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            Michelle había ido a visitar a su nieta para ver cómo le iba con la manada y para darle algún consejo en caso de que lo necesitara. Llegó al claro transformada en loba y se acercó a Jaelle. Le lamió el hocico cariñosamente.

            “¿Cómo estás?” le preguntó Michelle “¿Todo bien?”

            “Bien, bien, las cosas marchan. Henry nos contó lo que vivió durante su secuestro y tenemos algunas pistas”

            “Ya veo… ¿necesitas algo?

            “Por ahora no, todo va bien”

            “Mejor”

            Michelle miró alrededor observando a todos los lobos como si buscara a alguien en especial hasta que lo encontró.

            Yandrack estaba al otro lado y estaba tendido sobre su vientre. Meneaba la cola mientras observaba a los otros lobos jugar entre ellos.

            Le recordaba tanto a Rose. Tenía sus mismos ojos, incluso ese hoyuelo que se le formaba en la mejilla al sonreír. Pero no podía ser. Su hija había desaparecido hace mucho tiempo y para que él fuese hijo de Rose ella tendría que haber estado embarazada cuando se fue. Si al menos supiese si estaba viva.

            “¿Abuela?”

            Michelle salió de su ensimismamiento y reparó en Jaelle.

            “¿Sí?”

            “¿Estás bien? Pareces ida”

            “Oh, lo siento, es que tengo muchas cosas en la cabeza”

            “Bueno, la reunión casi ha acabado así que si quieres, puedes irte”

            La vieja loba asintió y se alejó del lugar, pensando en su hija perdida. Había intentado comunicarse con ella a lo largo de los años pero no había recibido respuesta alguna.

            Incluso la buscó, pero nada. Desistió al poco tiempo porque su marido se la había llevado para no volver y para no ser encontrados.

            A lo mejor estaba viendo cosas donde no las veía. Negó la cabeza y volvió a su casa.

            Jaelle volvió a su casa y se metió en su habitación aún convertida en loba. Cuando iba a volver a su forma humana se asustó al ver a Christopher sentado junto a la ventana.

            “¡Chris! ¿Qué… qué haces aquí?”

            -Quería verte… joder, me siento raro hablando contigo de esa forma.

            “Lo siento pero me da vergüenza transformarme delante de ti, te recuerdo que estoy completamente desnuda”

            -La primera vez que te transformaste delante de mí no te dio tanta vergüenza.

            “Ya lo sé pero…”

            -De acuerdo, ¿quieres que me gire o que salga de la habitación?

            ”Con que te des la vuelta es suficiente, yo te avisaré en cuanto esté vestida”

            -Entendido.

Amor a medianocheDonde viven las historias. Descúbrelo ahora