2. Septiembre 29, 2015.

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Septiembre 29, 2015.


Por alguna razón, el agua de los grifos sigue corriendo. No la utilizo salvo para ciertas tareas. La provisión de agua embotellada todavía me puede durar dos o tres meses más, si la administró bien; lo mismo con la comida enlatada. No me gusta pensar en estas cosas, pero cuando lo hago me distraigo un poco.

     El plan fue el siguiente: para evitar incidentes (o sea, que murieran todos de una sola vez en caso de que se les presentara una situación peligrosa) decidieron tomar rutas separadas. Mamá se llevó a TK y papá a Jonathan. Yo bien podría haberme ido con uno de ellos, creo que estoy lo suficientemente grandecita para defenderme sola, A.K.A., correr como loca; pero mis padres se negaron. Es por tu seguridad, me dijeron, y me convencieron.

     Yo sigo pensando que teníamos que haber huido todos juntos, en caso de un ataque, siempre quedaría alguien para cuidarnos, tendrían que atacarnos en varias ocasiones para matarnos a todos, o eso creo. Da igual ahora. Yo estoy aquí y ellos a saber dónde. Yo estoy viva y ellos...

     De tanto en tanto también se restablece la electricidad. Es algo loco. No fue sino hasta la semana pasada que se me ocurrió apagar casi todas las luces. Solo dejé encendida la de mi habitación. De todas formas, la fuerza de la corriente es tan inestable que ya ha quemado varios focos y la refrigeradora, incluso antes de que se me ocurriera que tendría que aprovechar esos levantones de energía. Pero así también dañé mi reproductor mp3 y mi laptop. Queda mi celular y la tablet, pero sé que es cuestión de tiempo antes de que mueran. No sé cómo soportaré el tedio una vez me quede sin nada.

    Algo me dice que iré perdiendo las uñas mordisco a mordisco.


JJ

El diario de Josephine JonesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora