Capítulo 5

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Finalmente puse la leche a la nevera y me decidí por tomar sólo un paquete de galletitas que encontré por ahí. Él se volvió a disculpar, medio en broma, medio en serio, por su falta de cucharas, y yo sólo me reí. Fui al sofá a comérmelas y le hice un gesto con la mano para que él hiciera lo propio. Me caía bien. Muy bien. Encendió la tele.

-¿Qué quieres ver? - pregunta.

-No lo sé... Me da un poco igual.

-Pues como quieras. 

Empieza a hacer zapping hasta que pilla un episodio de Los Simpson que yo ya había visto como seis o siete veces, pero al que trato de prestar atención. Nos reímos a cada tontería y me doy cuenta de que me lo paso muy bien. Pero caigo en una cuestión bastante importante para nuestra incipiente relación.

-Oye...

-Para de decirme oye. Tengo nombre.

-Eso es justo de lo que quería hablar. Esto... ¿Cómo te llamas? - no sabía muy bien cómo formular la extraña pregunta, así que decidí ir a saco.

-Vaya, vaya. No sabes mi nombre. ¿Debería sentirme ofendido?

-Quizás sea yo la que debería sentirme ofendida por acabar en la casa de un tío sin cucharas en ella el cual no me habló ni de su nombre - dije. Me di cuenta de lo inapropiado que había sonado eso -. Vaya, pero... No sé porqué acabo de...

-No te preocupes - se ríe -. Ambos llevábamos un par de copas de más.

-¿Un par?

-Puede que demasiadas - saca una sonrisa de oreja a oreja que resulta más tierna de lo que hubiera podido imaginar, así que decido devolvérsela.

-En fin.

-En todo caso, estando sobrio jamás te hubiera elegido - se burla. Le gusta picarme.

-Te confundes, señor sin nombre. Sería yo la que jamás te hubiera elegido.

Se me hace raro que sea tan fácil hablar de haber estado a punto de acostarnos entre risas con un chaval desconocido como si éso hubiera sido hace años. Aunque la verdad, parece que hubiera sido hace años. Ése es el efecto que causa en mí. Y me gusta. También me alegra que tenga claro que sólo somos, eso, amigos. Aunque, ¿Amigos? Apenas lo conozco, pero ¿Por qué no?

-Bueno, sigo aquí, dispuesto a dejar que sepas el gran secreto de mi existencia, también denominado el cómo mi madre me bautizó al nacer.

-Déjame adivinar - paso mi mirada por su cara. Es muy guapo, todo hay que decirlo. Pero da una sensación de... Eso, el de un osito de peluche. Puedo asegurar que ayer por la noche transmitía cosas totalmente diferentes, aunque quizás fuera obra de mis chupitos -. ¿Aaron?

-Mal - ríe.

-¿Dallas?

-Fatal.

-¿Mark?

-Peor..

-¿Max?

-Dios.

-Lucas!

-Mmm, noup, pero empieza por L.

-¿Laurence?

-Vaya asco de pitonisa estás hecha.

-¿Louis?

-Pfff.

-LIAM!

-EXACTO! - vuelve a mostrarme aquella enorme sonrisa y me ofrece su mano abierta para que se la choque. Lo hago -. Vaya, te ha costado.

-Lo sé, lo sé. Pero lo adiviné. Me gusta, te pega mucho - lo miro. La verdad que es un nombre muy tierno y me parece que perfecto para él -. Te toca adivinar el mío.

-No, paso. Dímelo.

-Así no tiene gracia.

-No tengo ganas de adivinar, se me da aún peor que a ti, y no quiero pasarme aquí media tarde...

-Está bien... - miro para otro lado tratando de no reír.

-¿Y? Me gustaría saberlo hoy, si es posible.

-Que si, que si. Soy Chloe. Te diría que me llamaras por un diminutivo mono y afeminado, pero mi nombre además de feo es corto... Así que limítate a llamarme Chloe con todo el amor del mundo para que compenses la falta de léxico bonito.

-Vale, Chloe con todo el amor del mundo.

No pude evitar entornar los ojos y sonreír.

Changes [One Direction] [Fanfic en Español]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora