Changes [One Direction] [Fanfic en Español]

Capítulo 11

No lo encontraba y estaba empezando a desesperarme. Liam y yo llevábamos casi media hora rebuscando por aquel inmenso lugar y no era capaz de encontrar a Mut.

Éste era el mayor vertedero de la ciudad. Estaba a un par de kilómetros de mi ex - piso, pero justo al lado de el edificio era donde empezaba la carretera hacia este enorme recinto repleto de niños buscando piezas reutilizables, hambrientos.

En circunstancias normales, y como siempre que iba ahí, que tampoco era muy a menudo, me hubiera fijado más en el sufrimiento humano e incluso les hubiera dado algo de dinero, a sabiendas de que significaba mucho más para ellos.

Pero hoy por hoy, sólo quería encontrar a mi pequeño perro entre tantas pilas de basura, y a pesar de lo mal que me sentía al respecto, no tenía cabeza para una cosa más. A todo esto se le sumaba que mi perro era mudo y que en ningún momento sucedería como en las películas, donde sólo hay que escuchar sus ladridos.

Y de pronto, oí unas risas.

-Ven, perrito, ven!

-Mute? - pregunté. Liam me hizo una seña pidiendo silencio y se dirigió al lugar del que salían los gritos. Tras una pila de desperdicios electrónicos, había una niña jugando con un pelo de color negro azabache. Lo había encontrado. Mute -. Oh, Mute, ven aquí.

Giró sus ojillos hacia mí y vino corriendo, sin emitir ruido alguno, como de costumbre. Me agaché y saltó a mi regazo, lamiéndome la cara. Por fin. Vi a Liam sonreír por el rabillo del ojo.

-Muchas gracias por cuidar de él. - le dije a la niña, que tenía una cara que daba pena. Supuse que no quería que me llevara a Mut -. ¿Te gusta, verdad? - asintió - Vaya, lo siento. A mi también. Te puedo dar esto... A cambio. Sé que no es mucho, pero te bastará para comprar unas chuches, supongo -dije, sacando toda la calderilla de mi billetera y entregándosela.

La niña se puso más contenta que unas castañuelas. Saltó de alegría y me abrazó, luego se fue corriendo y gritando para darme las gracias. Sonreí.

-Bueno, ahora que has encontrado a tu perro y has hecho tu acto de caridad del día, ¿Podríamos irnos? Aquí huele fatal - dijo Liam. Asentí, cogí a Mut en mi colo y caminé hacia el lugar donde habíamos aparcando el flamante Range Rover, que parecía ser de otro mundo entre montañas y montañas de chatarra.

Me subí y me puse el cinturón, atrapando a mi perro en él. En otra situación lo hubiera dejado vagar libremente por los asientos traseros, pero no era mi coche y a saber cuánto tiempo habría estado vagando por esos suelos sucios - me estremecí de pensarlo -. 

-Podemos... ¿Podemos ir al supermercado? - le pregunté tímidamente al conductor.

-¿Y eso? ¿Quieres comprar provisiones? ¿No te basta con las mías?

-A lo mejor compro cucharas, a ver que tal te sienta. - reí.

-Uy, que miedo.

-Ya veremos, ya.

-Eres peligrosa.

-No, en serio. Gira aquí para ir ya al Agent, es que necesito comprar comida para Mute... Debe de sestar hambriento, y necesito por mi propio bien que coma algo.

-Vaya, no lo había pensado, pero tienes razón.

-Además no me traje ni un juguete, ni su camita, por lo que también tendré que comprarlos.

-¿Para eso no sería mejor ir a una tienda de animales?

-Bueno, sí, pero también me apetece comprar algo de comida, para enseñarte lo que es una verdadera cocinera.

-Tengo miedo.

-Cállate, y sólo llévame al Agent.

Reímos los dos y al ritmo de Drake y su Hotline Bling empezamos a cantar y a mover los brazos de maneras extrañas. Bueno, él lo hacía de una manera extraña, al no poder despegarlos del volante. El trayecto de veinte minutos se me pasó literalmente volando, entre canción y canción. Además, me gustaba ese coche. Mucho. Recordé que en realidad ambos deberíamos estar en clases, pero decidí ignorar ese pensamiento de momento. Sería el primer día en todo el trimestre; no pasaba nada, podría recuperarlo.