Disfruté de más o menos hora y media en aquella cafetería, en la cual solo intercambié un par de palabras con él. Parecía haber intensificado sus jueguecitos con Sophia y yo había pasado ya al punto de ignorarlo. Finalmente, Emma había dicho que ella y Harry tenían ya clase en la facultad, y todo aquel grupo se había marchado. No sin antes el numerito, nunca mejor dicho, de Liam escribiendo su teléfono en un trozo de servilleta y entregándoselo a su nueva conquista, por llamarla de alguna forma. Ella le había sonreído y aquello sólo había servido para cabrearme más. Me di cuenta de que yo no lo tenía, y aquella chica lo había conseguido en apenas unas horas.
Creo que me sentía dolida porque en verdad me importaba, quizás no tanto, ya que apenas lo conocía, o eso quería creer, pero si como para que me fastidiase que ella tuviera su número de teléfono y completa atención en cuestión de horas y yo... No. Puede que me equivocara, en lo de una bonita amistad.
Aquel grupo se dispersó, y yo me limité a pagar, cosa que esta vez él no me impidió, y salir por la puerta sin mediar palabra. Creo que él entendió mi cabreo, y de hecho parecía estar prácticamente igual, así que tampoco dijo nada y subió a su coche sin abrirme la puerta como de costumbre. Bueno, en realidad, no era costumbre; sólo lo habría hecho un par de veces, pero yo lo veía así, y fue otra cosa más a añadir al día redondo que llevábamos Liam y yo. Cogí a Mute en el regazo y me abroché el cinturón.
Esta vez no hubo radio ni cánticos desafinados, sólo un silencio que era casi más hiriente que el que sólo mirara y hablara con aquella fulana del tres al cuarto.
Llegamos a su piso y lo único que hizo por mi fue abrirme la puerta... De hecho, pensé para mis adentros que sólo lo hizo porque era necesaria la llave, su llave.
Estaba molesta, muy molesta, y sabía que en realidad no tenía razones para estarlo tanto. Pero no era algo que podría cambiar. Así que puse mi sudadera y vaqueros en un lavado rápido, de 30 minutos, y preparé mi pijama para tenerlo listo. Lo dejé sobre la encimera del baño y abrí el grifo. Poco a poco el agua se fue calentando y el vapor inundó la habitación. Me quité la ropa, me deshice la coleta y enfrié un poco el agua. Lo justo, para que estuviera tibia pero cálida a la vez.
Sabía que Liam estaría en el ordenador haciendo no sé que mierda de trabajo que tenía para mañana, así que me tomé mi tiempo en dejar que el agua recorriera mi cuerpo y relajara mis músculos. Al ser una ducha - bañera, incluso puse el tapón y esperé a que se llenara, echándole un poco de mi champú a forma de gel de espuma improvisado. Cerré el grifo cuando el agua estaba ya en su punto máximo y me tumbé, dejando que la espuma con olor a vainilla cubriera mi cuerpo.
Acabé por darme cuenta de que era una tontería, aunque eso ya lo sabía desde antes. Lo que de verdad salió de mi interior en aquel momento de relajación fueron unos deseos casi irrefrenables de reconciliarme con Liam. Y digo casi, porque obviamente mi orgullo podía más. No paraba de comerme la cabeza con la manera en que miraba a aquella chica y cada vez me parecía más repulsiva.
De manera que saqué el tapón y, sin esperar a que se vaciara la bañera, me envolví el pelo con una toalla y el cuerpo con otra. Saqué el seguro de la puerta del baño y me fijé bien en que Liam no estuviera presente en la habitación. Él era consciente de que estaba duchándome y sabía que no estaría, pero me gustaba ser precavida. Me senté en la cama, me sequé, y me eché una crema hidratante. En mi interior recordé que en realidad la había pagado Liam y me apunté mentalmente y a pesar de mi enfado planear cómo devolverle el dinero. Recogí mi pijama, también pagado por Liam, de la encimera y me lo puse, a pesar de que el tacto de éste con mi piel húmeda no era lo que se podría decir agradable.
Luego, me revolví un poco el pelo con la toalla para secarlo más y, a falta de secador, me lo peiné y me hice una trenza, consciente de que eso me equivaldría tener que usar la plancha que por suerte había traído de mi antigua vivienda mañana.
Salí de la habitación y oí un sonido como a fritura. Poco a poco el olor fue aumentando y me di cuenta de que Liam estaba friendo huevos para los dos. Sonreí ante el gesto, y me detuve en la puerta de la cocina a mirar cómo cuidaba de la sartén. Era casi cómico, pero muy tierno a la vez. Llevaba puesto un delantal de Batman. De pronto, se giró hacia mí y me dedicó una inesperada sonrisa.
Yo, sin saber muy bien porqué, quizás por haber sido pillada espiándolo, me ruboricé y entré a coger una cocacola y unos vasos para dejar la mesa lista por si Liam terminaba ya de "cocinar la cena".
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Changes [One Direction] [Fanfic en Español]
Fanfiction"Y de ahogarme con tu amor, de consumirme en tu fuego, aprendí que siempre hay una hermosa forma de morir" No me gustaba la poesía, hasta que lo conocí a él. De hecho, no me gustaban muchas cosas hasta conocerlo a él. Fue él quien expandió mi mundo...