Capítulo 10

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Zayn vino. Estaba sólo con unos bóxers negros y se iba poniendo una camiseta granate por el camino. Fue por eso que no vio que no iba sola hasta que terminó de ponérsela, hacia el final del pasillo. Me había quedado paralizada y sabía que no debería, pero no podía decir nada, no era capaz de moverme, sólo turnaba mi mirada entre Liam y Zayn.

Éste último se fijó en que la mano del primero sujetaba la mía. Comenzó a sacar conclusiones apresuradas; lo veía en su cara. Se había quedado inmóvil, casi como para inspeccionar la situación. Fueron sólo un par de segundos, que parecieron horas, en las que vi reflejados en sus ojos de color miel un cambio constante de sorpresa, confusión, furia, celos, rabia, y, finalmente, agresividad. Miré fijamente a Liam, quería recordar sus bonitos rasgos antes de que se volviera un revoltijo de carne gracias a los puños de aquel hombre que estaba frente a nosotros.

Para mi sorpresa, se limitó a decir con una voz fría, helada, y sinceramente aterrorizadora:

-¿Quién es éste y qué hace en nuestro piso?

-Yo... Es un... Am...

-Soy Liam. - dijo él. No parecía asustado. Evaluaba de arriba a abajo a Zayn, y la tensión podía cortarse con un cuchillo.

Poco a poco, se fue acercando a mi mientras me miraba fijamente a los ojos. Me hizo recordar todos los buenos ratos que habíamos pasado; él y yo bailando, en fiestas, besándonos, incluso durmiendo juntos. En sus ojos no parecía haber el mínimo rastro de todo aquel cariño que me había mostrado, sólo una rabia, parecida a una granada sin anilla. Explotaría de un momento a otro. Se detuvo a medio paso de mí. Podía sentir su aliento en mi cara y, a diferencia de otras veces, no era agradable.

-Cómo... Cómo se te ocurre... Traerlo... A nuestro apartamento? - siseó. Se acercó un poco más a mí. Estaba muy intimidada, pero de pronto vi la mano de Liam moverse y apartarlo de mí. Quería gradecérselo, pero sabía que eso para Zayn era una confrontación directa.

-Ella sólo ha venido a recoger sus cos.. -el moreno, mi moreno en otros tiempos, no lo dejó terminar. Vi su puño impactar contra el pómulo de Liam y echarlo hacia atrás, hacia la puerta. Sonó un golpe sordo. Había sido muy fuerte y escuché un sonido alto, agudo y molesto.

Era yo misma, gritando. Tenía miedo.

Fue ahí cuando empezó la pelea. Liam no se iba a dejar. Se levantó y se miraron fijamente durante medio segundo. Después, le pegó un puñetazo en todo el abdomen que dejó a Zayn contra la pared, aunque seguía mirándolo desafiante. Me aparté. Quería separarlos, pero tenía miedo a acabar herida yo también. En el estrecho corredor, resonaban golpes en las paredes a medida que uno u otro atacaban a su enemigo. Vi a Zayn acorralar contra la pared a Liam y asestarle un puñetazo tan fuerte que le empezó a sangrar la nariz. Éste giró la cara violentamente pero embistió aún con más fuerza a su atacante y lo cogió del cuello ahogándolo contra la pared. Zayn manoteaba furioso y un hilillo rojo caía de su boca abierta a más no poder tratando de inspirar algo de aire.

Liam estaba fuera de sí, completamente, y yo sabía que como no parara lo iba a matar. Era Zayn quien había empezado, pero de verdad que no tenía ganas de convertirme en la causa de un homicidio. Quería gritar, apartarlo, pero no era capaz.

Miré los bonitos ojos miel que en otro momento había adorado y los vi aún rabiosos, sin embargo, también asustados. Parecían estar a punto de salir de sus órbitas, y fue ahí cuando finalmente pude recacionar.

-PARA! PARA, LIAM, PARA, LO VAS A MATAR! - él no parecía escucharme, tenía los ojos nublados por el momento, así que tiré de él, lo empujé, me metí en medio de todas las maneras posibles hasta que finalmente se dió cuenta de mi presencia, de la cual parecía haberse olvidado. Me miró y soltó a un jadeante y desesperado Zayn, que ya tenía la cara de un color poco saludable.

-Lo... Lo siento - dijo Liam. Más para mí que para él. Lo arrastré hasta la habitación, dejando a Zayn tirado en el suelo y recuperándose.

-No pasa nada, lo entiendo - dije. Estaba tremendamente nerviosa, así que me limité a coger mi maleta rosa del armario y empezar a meter las cosas sin orden alguno, algo de ropa, un par de libros, mi agenda, los libros y apuntes de la facultad...

-Oye, y... Y tu perro? - dijo él, cambiando de tema. También estaba incómodo. Se limpió de mala manera la lastimada nariz con una camiseta masculina y sucia que estaba por el suelo. Que lo lavara él.

Cerré la maleta, que estaba a rebosar, mientras me daba cuenta de que era cierto que no lo había visto u oído ladrar hasta ahora. Hice rodar mi equipaje por el corredor, donde ya no estaba él tumbado como un semi-cadáver, y lo dejé junto a la puerta. Liam me siguió y se quedó junto a mi equipaje mientras yo fui a buscar a Zayn para entregarle las llaves y preguntar sobre Mut.

Lo encontré tumbado en el sofá y tan relajado que parecía que apenas hubiese sucedido nada en estos minutos. Aunque su labio partido y los nudillos rojos lo delataban.

-Toma - le solté, tirándole mi llavero con todas las llaves del apartamento que compartíamos. Él las cogió al vuelo, como si nada -. Y Mute?

-Mute - se giró hacia mí y me dedicó una sonrisa cansada -. No me preguntes cómo estoy ni nada, eh.

-No te lo mereces. Empezaste tú.

-Casi me ahoga.

-Tu culpa. - encogí los hombros.

-¿No vas a volver? - le fulminé con la mirada y creo que entendió la respuesta. Su cara cambió rápidamente de la de un cachorrillo abandonado a la misma expresión de antes, cosa que no me gustó para nada -. Bueno, pues vete con ese gilipollas, a ver si a él si que te lo follas bien - eso me dolió, y noté un nudo en mi garganta -. Menuda zorra. No han pasado ni dos días.

-¡No sabes una mierda! - sollozo. Me había hecho sentir culpable por haber estado en esa discoteca. Sabía que de no ser por el sentido de responsabilidad de Liam sí que tendría sentido que él me llamara una zorra.

-Que te den. ¿Buscabas a tu perrito? No paraba de ladrar, vaya. Me recordaba a alguien - hijo de puta -. Lo dejé en el descampado de aquí al lado.

-¡¿QUE HICISTE QUÉ?!

-Anda, corre a buscarlo. - sonrió maliciosamente y me pregunté cómo coño había llegado a ser tan adorable en algún momento de mi vida para mí.

Salí corriendo de la habitación y me encuentré a un Liam preocupado que, sin mediar palabra, cogió mi maleta y a mi y nos sacó de ahí, probablemente porque no quería terminar de hacer lo que había comenzado. Y yo no se lo hubiera impedido esta vez. Pero teníamos que ir rápido.

Mut estaba sólo, hambriento, con frío. Me dolía el corazón sólo de imaginarlo así, por lo que apuré a Liam a pesar de lo mal que me sentía en ese momento como para andar en correrías y traté de contar hasta diez, o hasta cien, para relajarme. Me fijé en que tenía los nudillos con heridas abiertas y la nariz había vuelto a sangrarle, sólo que con menor intensidad.

No había sido una buena idea llevarlo.

Changes [One Direction] [Fanfic en Español]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora