Acabé por pasarme todo el día en su casa sin saber mi bien porqué. Hicimos un maratón de pelis pirateadas y en vez de emocionarnos (o lo que sea para lo que estuvieran hechas) nos dedicamos a imaginar finales alternativos bastante... Cómicos, como poco.
Liam era muy amable a pesar de su fachada burlona, y había acabado por darme cuenta de que sólo lo hacía por sacarme sonrisas. Y bien que le funcionaba. Era muy educado, también. Tanto, que no me había dicho que tenía el aspecto de una bruja tras una noche de borrachera en todo el día. Lo tuve que descubrir yo sola, cuando por fin pude mirarme en un espejo.
Y después de arreglarme y salir, tuve que tomar la decisión de hablarle de dónde se suponía que iba a dormir esta noche. Porque por mucho que me doliese, sabía que su casa era actualmente la única casa disponible para mí ahora mismo. Y por mucha confianza que hubiéramos cogido hoy, seguía presente que apenas lo conocía... Así que tendría que irme a un motel. No quería importunarlo demasiado.
-Tierra llamando a Chloe - sonrió, pero vió mi ceño fruncido y paró en seco -. ¿Qué te pasa?
-Um...
-Vamos, suéltalo.
-No sé, ¿Conoces moteles por aquí cerca?
-¿Y para qué querrías tu un mot...? - cayó en la cuenta - Ah, vale. No, la verdad es que ni idea. Si el problema es que tu casa está lejos, me ofrezco a llevarte, no te preocupes.
Liam se levantó y fue hacia la habitación. Lo seguí por el pasillo preguntándome cómo explicarle que ahora mismo lo que consideraba mi casa era el último lugar al que deseaba acudir esta noche. Abrió la puerta y sacó de su armario una camiseta negra y lisa y unos vaqueros un tanto ajustados. Empezó a quitarse la camiseta con toda la confianza del mundo, cuando lo interrumpí.
-Yo... No tengo casa.
Él se volvió a bajar la camiseta azul del otro día y me miró. En sus ojos vi confusión.
-No soy una indigente - aclaré -. Es sólo que... Digamos que vivía con cierta persona. Y esa persona y yo nos hemos peleado, y por ninguno de los motivos querría volver. Antes, dormiría en la calle.
Sonrió y se sentó en la cama con las piernas cruzadas, cual niña pija en una película de Barbie, así que no pude evitar echarme a reír. Liam puso una cara de angelito y me invitó a sentarme con él. Obedecí.
-Vamos, que tienes novio, os habéis cabreado, y no quieres ir.
Me daba un poco de morbo decir que sí, sobretodo por el hecho de que ayer estaba en una discoteca buscando presa fácil como una buena zorra sólo por eso, pero era la verdad, así que asentí con la cabeza.
-Sabía que lo de ayer era una mala idea, para los dos - sonrió -. Pero lo quieres, ¿No?
-No. Sí. Puede. No lo sé. Ahora mismo estoy muy confusa y no tengo nada claro, pero no me gustó nada lo que pasó y... No sé, no me veo capaz ni de hablarle ahora mismo - dije con sinceridad. Lo miré a los ojos a la espera de su respuesta.
-Oye, si quieres, sabes que estoy aquí para... Hablar.
-Me resultaría bastante reconfortante que escucharas mis problemas, supongo, pero la verdad que es una historia bastante larga de contar.
-Tenemos tiempo.
-Bueno, vale. Te lo resumo un poco. Él es un chico diez... Cuando quiere. Es decir, cuando lo conocí, era una persona maravillosa. El chico más atento y detallista que puedas imaginar. Íbamos todas las mañanas a desayunar en algún lugar y compartimos hasta clases en la facultad. Pero últimamente se volvió muy protector y muy celoso. Yo lo atribuía a que me quería y a veces hasta me hacía gracia, pero llegó a agobiarme y empezamos a tener muchas peleas.Pero después de éstas él siempre se disculpaba o me demostraba que me amaba con algún gesto romántico, así que, ¿Cómo no perdonarlo? Pero... Ayer... Ayer él me iba a invitar a cenar porque celebrábamos nuestro cuarto mes juntos. Y aunque todo parecía ir bien... - noté que me empezaba a temblar el labio inferior y que se me formaba un nudo en la garganta, pero apreté los puños y seguí. Liam estaba atento a mi relato - Él se comportó como un capullo. No habíamos llegado ni al restaurante cuando se cabreó porque llevaba la falda "muy subida", y lo que empezó como una broma acabó con el llamándome "perra egoísta" en mitad de la calle, aunque no había nadie. Me dolió, y traté de marcharme. Siempre me pongo a llorar y... No lo soporto, no quería que me viera así. Fue entonces cuando me cogió de la muñeca y noté que algo en él había cambiado, que en sus ojos había tanta agresividad que asustaba. Quise huir pero él sujetaba mi muñeca con toda su fuerza y estaba aterrorizada. Me dijo que él no salía con putas baratas y cuando yo me indigné y le escupí en la cara...
Fue ahí cuando no pude más y me eché a llorar. Escondí mi cara entre las manos y traté de calmarme desesperadamente, pero por experiencia sabía que me sería difícil. Corrí al baño y Liam me siguió. Tocó la puerta y le dejé entrar. Se limitó a enrollar sus brazos alrededor de mí en un abrazo cálido y reconfortante, que a pesar de manchar su camiseta me ayudó a calmarme.
-Gracias. - musité.
Volvimos a la cama y noté que él me miraba preocupado. Le dediqué una sonrisa falsa que no se tragó y me di cuenta de que tenía que terminar la historia.
-Yo... No te pienses que me violó o me trató de asesinar - reí de mi mal chiste. A él no le hizo gracia, así que continué -. Él... Él me gritó a la cara y... Y me dió un bofetón.
Los ojos de Liam saltaron de sus órbitas, o casi, con lo cual deduje que estaba a punto de soltar todo lo que pensaba de golpe. En sus ojos reflejaba toda la indignación, coraje y rabia que había sentido yo en ese momento... Así que no pude más que volver a echarme a llorar.
Él me vió y su expresión cambió. Volvió a abrazarme y me hizo dejar de hipear como una tonta.
-Yo... Odio lo que él te hizo, no es peor matarte que eso, no puedes considerar que no es nada porque pasa mil veces la raya de lo inaceptable - al ver que me volvía a temblar el carrillo, se apresuró a añadir -. Pero hablar de esto es tóxico para ti y aunque apenas te conozco no quiero que estés así. Mejor lo dejamos para otro momento, ¿No crees? - dijo mirándome con una tierna sonrisa.
Agradecí a Dios haberlo puesto en mi camino, quizás de la forma equivocada, pero en mi camino. Era tan comprensivo y amable... Así que sólo le devolví la sonrisa y asentí.
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Changes [One Direction] [Fanfic en Español]
Fanfiction"Y de ahogarme con tu amor, de consumirme en tu fuego, aprendí que siempre hay una hermosa forma de morir" No me gustaba la poesía, hasta que lo conocí a él. De hecho, no me gustaban muchas cosas hasta conocerlo a él. Fue él quien expandió mi mundo...