Todos nos saludamos y subimos al auto. Todos me decían que actuaba distinto, y era verdad, después de todo lo que Mabel y yo hemos tenido que pasar habíamos cambiado, a Mabel no se le notaba, pero ahora era mucho más sensible hacia lo que le dijeran o hicieran. Y yo era más callado y apartado de los demás, siempre me perdía en mis pensamientos.
Al llegar a la Cabaña del Misterio nada había cambiado, solo unas atracciones turísticas nuevas.
-Bien chicos, vallan a su habitación, desempaquen todo y luego bajen a cenar. Mañana comenzarán a trabajar otra vez en la cabaña como antes.- Dijo el Tío Stan.
Nosotros entramos en la cabaña y subimos a la habitación. Al llegar todo seguía igual, las camas las estanterías, y Pato estaba en el medio de la habitación con un cartel en el cuello que decía: ''BIENVENIDOS CHICOS'', Mabel fue directamente a abrasarlo.
Mabel estaba muy feliz, se notaba a kilómetros, y yo por fin podía estar tranquilo sabiendo que nuestros padres estaban lejos.
Después de desempacar todo, Mabel se puso a jugar con Pato y yo me recosté para descansar después de esa tortura de viaje.
-Oye Mabel, ¿estás bien?.- Le pregunte.
-Si, ¿y tu?. Desde hace años que actúas raro, no duermes de noche, sino de día, y duermes una cantidad exagerada de horas, comes más, mucho más de lo que es normal y estas muy atento a los sonidos, como si tuvieras un super oido. Ademas desde lo que paso semanas atrás... Eres más agresivo y estas atento a todo o que pasa al rededor, te diría que eres mitad animal, pero eso seria casi imposible.-
Ella tenía razón, pero no lo podía evitar.
-Tienes razón, pero... -
No pude terminar de hablar. Después de haber pasado horas y horas sin comer estaba muerto de hambre.
Había sentido el olor de carne al horno. Me puse rápidamente en pie para poder ir a buscar algo de comer, no soportaba más el hambre.
Baje rápidamente las escaleras y llegue a la cocina donde estaba Stan.
-Tío Stan, ¿hay algo que pueda comer antes de la cena?.-
El pensó por un instante.
-Si, creo que hay algo, sandwiches de jamón, pero no comas demasiad o no cenaras.-
-Okey.- Respondí, pero lo que el no se dio cuenta fue que no tome uno, sino cinco sandwiches.
Al llegar a la habitación Mabel me miró sorprendida.
-¿Enserio comerás todo eso?.-
Yo la ignoré, me senté en mi cama y me puse a comer, en menos de veinte minutos ya no había nada, diez minutos después sentí como mi estomago rugía.
-Tengo hambre.- Dije quejándome.
- ¿Es enserio?.- Me pregunto sorprendida otra vez Mabel.
-¡¡¡CHICOS, LA CENA!!!.- Gritó nuestro tío Stan.
Yo salí corriendo hacia la cocina.
Mientras comía, Stan y Ford me miraban sorprendidos, Mabel les explico que yo actuaba raro desde hace un tiempo y por eso comía tanto. Pero no me inportaba, tenía hambre.
Cuando terminamos de cenar donde yo comí la mayoría de lo que había, Mabel y yo fuimos a nuestra habitación, nos preparamos para dormir y nos despedimos.
Mabel ya estaba completamente dormida, pero yo, como siempre no podía dormir, así que me cambié de ropa, me puse unas jeans, unas zapatillas negras, una camisa roja a cuadros de manga larga y mi distintiva gorra con un pino azul.
Salí al bosque y me lleve el diario número: 1 conmigo.
Al llegar a una parte bastante profunda del bosque, trepé con agilidad uno de los pinos que había y me senté en una de sus cuantas ramas, y me puse a leer. Todo era tranquilidad y paz, hasta que escuche una voz un tanto conocida.
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El Gato y El Demonio. BillDip.
FanfictionMabel y Dipper vuelven a Gravity Falls después de haber pasado por horribles traumas por culpa de sus padres, Dipper se reencuentra con Bill, pero ya no es odio lo que hay entre ellos dos. Al mismo tiempo, Dipper comenzará a actuar de manera extrañ...