El Gato y El Demonio. BillDip.

Capítulo 4.

Narra Bill:

No podía creer lo que había oído, Pino había vuelto a Gravity Falls, y era para quedarse a vivir permanentemente.

El problema es que ya no sentía odio por el, ya no me importaba que me hubiera ganado en a mente de ese tal Stan. Hace poco tiempo que me dí cuenta que lo que sentía era cariño.

Yo creía que era odio, hasta que noté que lo que recordaba sus ojos, su sonrisa.

Ya se me había ocurrido una forma de impresionarlo, tome una forma humana. Tenía la nuca con el cabello de color negro, el flequillo era rubio claro, casi dorado, piel pálida, en mi ojo derecho llevaba un parche y el otro de color dorado. Llevaba unos pantalones negros al igual que las zapatillas, y un sweatter dorado con una camisa de color blanco debajo.

Fuí hasta la Cabaña del Misterio para ver si habitan llegado, y si, estaban ahí, Pino y su hermana, Estrella Fugaz. Lo que noté extraño fue como comía Pino, parecía que no hubiera comido en días, pero le resté importancia; fui hasta el bosque para pensar como verlo, pero esa oportunidad se presento sola, cuando lo vi caminar hacia el bosque solo, lo seguí hasta una parte muy profunda del bosque y se trepó a un Pino con gran agilidad, me quedé muy sorprendido, ya que si se lo miraba, parecía un chico sin fuerza. ¿Podrá ser?, no.

Seguí viéndolo un tiempo leer hasta que me animé a hablarle.

-Pino!!!, has vuelto.-

-¿Qué quieres?.- Preguntó de forma agresiva mostrando levemente los dientes, eso afirmaba mas mi sospecha anterior.

Narra Dipper:

-Pino!!!, has vuelto.-

Yo ya no lo odiaba, pero estaba pensando en como mantener a nuestros padres alejados de nosotros, recordaba todos los malos momentos.

No odiaba a Bill, pero tampoco podía decir que lo quería.

-¿Qué quieres?.- Dije de forma agresiva, advirtiéndole que no se acercara, sin darme cuenta mostraba levemente mis dientes. Pero cuando levante la mirada, lo que vi fue a un joven de diecisiete años con piel pálida y una blanca sonrisa como la nieve, me sonroje... ¿Qué?.

-Calma Pino, solo pasaba por aquí, te vi y quise hablarte, nada más. No me digas que me sigues odiando después de tanto tiempo.-

-Mira, sinceramente no.- Vi como se sentaba en una rama al lado mío.- Pero es que... no importa, solo estaba enojado.-

-Y...¿Por qué volvieron?, me enteré que se quedaran a vivir aquí.-

-E-Es que...- No sabia que contestarle, no quera contarle sobre nuestros padres.- Emm, nos abandonaron, dijeron que ya no podían cuidarnos.-

-Aja, voy a hacer que te creí.-

-Oye es real o que te dije.-

-Si, y yo soy... ¿Qué es esa cicatriz?.- Dijo apuntando a mi muñeca.

-Yo emm... nada solo que... ya me tengo que ir, fue bueno encontrarte- ¡¡¡Pero que dije!!!.

Baje del árbol a saltos que hasta a mi me sorprendieron y salí corriendo, pero una mano sujeto mi muñeca izquierda y me detuvo. Me giré y vi a Bill Viendo esa estúpida cicatriz, me miro a los ojo y me sonrió.

-Espera, ¿enserio piensas que fue bueno encontrarme?.-

-Emm...- ''Si'', pensé.

- Para mi también.-

-No leas mi mente!!!.-

-Eso significa que ya no me odias, yo tampoco.-

-Emm... - Me sonroje, ¡¡¡¿Por qué me sonroje?!!!.-No se por que, pero algo me dice que confíe en ti.- No se, era como un presentimiento, tenía que confiar en el.- Y-Ya me tengo que ir.-

-Por lo menos dime que mañana también volverás al bosque y te podré seguir hablando.- Me sonroje como una manzana y un tomate juntos.

-No te preocupes por eso, casi no duermo de noche, así que me vas a ver seguido.- ¿Porqué le dije eso?.

Narra Bill:

Okey, eso casi afirma mis sospechas, pero necesito más pruebas.

-Okey..., Pero, ¿porqué?.-

No pude terminar de hablar y el ya estaba corriendo, es más rápido de lo que llegue a creer alguna vez.