Capítulo 8

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Multimedia: Jack

Dylan guiaba a los demás por las alcantarillas húmedas y oscuras y se paró en seco. Miró a sus espaldas, hacia el agujero negro que estaban dejando atrás.

-Están en el túnel- dijo haciendo que los demás miraran también a sus espaldas.

-¿Cuánta distancia?- le preguntó Jack.

-No muy lejos pero esto es un laberinto, puede que les cueste encontrarnos aun pudiendo oírnos.

-El problema no es el sonido,- comentó Amy señalando a Lucas- sino su olor. Parece un buffet con patas. Si siguen el rastro de su sangre les será más fácil alcanzarnos.

-Muy bien, Amy. Entonces, ¿qué sugieres?- preguntó Dylan apoyado contra la pared con aire despreocupado.

Amy sonrió maliciosamente ante lo que iba a decir, pero también era la única opción.

-Que beba tu sangre.

Dylan y Lucas la fulminaron con la mirada.

-¡Ni hablar!- gritaron los dos a la vez.

-Además, ¿por qué yo?- dijo Dylan con un tono ofendido.

-Y yo no pienso tener nada de él dentro de mí- se negó el otro.

Jack se rió con ganas y Amy no puso disimular una sonrisa, pero pararon al ver la expresión de los otros dos.

-Ahora en serio, Lucas- continuó Amy-. Dylan es el más viejo de nosotros, su sangre hará que te recuperes más rápidamente.

Lucas dejó caer los hombros. Amy tenía razón después de todo.

-¿Es realmente necesario? A mí no me importa lo que le pase.- Todos miraron mal a Dylan y este se encogió de hombros-. ¿Qué? En parte estamos aquí por su culpa.

-Puede que tú no te preocupes por él, pero Scarlet si- dijo Amy con una mirada que decía que no pensaba dejar atrás a alguien que se había convertido en algo primordial en la vida de su mejor amiga. Dylan bajó la mirada, avergonzado por no pensar en eso-. Si no lo haces por el humano, hazlo por ella.

Dylan se llevó una de sus muñecas lentamente a la boca, dudando, pero la mordió al final y la estiró hacia Lucas sin mirarle. Este a su vez miró a Amy y a Jack como buscando respuestas y ellos asintieron haciéndole saber que tenía que hacerlo si no quería morir.

Aunque la idea de beber sangre no le agradaba demasiado, una parte de él quería hacer exactamente eso. Cogió la sangrante muñeca con indecisión y dejó que unas cuantas gotas mojaran sus labios. El sabor no era tan repugnante como pensaba, casi podría decir que el sabor le recordaba al zumo de naranja. Cerró la boca entorno a la herida y bebió. Sus heridas se cerraban y su cuerpo se fortalecía. Perdió la noción del tiempo y no sabía cuánto tiempo había pasado hasta que lo apartaron de aquel manjar.

Los tres vampiros que le acompañaban le miraban anonadados y luego amenazantes, tuvo que retroceder por instinto hasta chocar con la pared.

-Se supone que a los humanos no les gusta la sangre- comentó Amy, pero fue Jack el que le cogió del cuello y lo pegó a la pared.

-Que guardado te lo tenías, capullo.

Amy lo agarró del brazos para tranquilizarlo cuando vio sus ojos empezaban a coger un tono escarlata.

-Tranquilízate.

-¡¿Cómo quieres que me tranquilice?! ¡Es una abominación! ¡Nos matarán por intentar protegerle!

Amy hizo que soltara a Lucas y luego le besó los nudillos.

-Él no tiene la culpa.- Miró a Lucas que los observaba desconcertado-. Y apostaría lo que sea a que ni él sabe lo que es.

Peligroso Reencuentro (Eternidad Solitaria #2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora