Capítulo 11

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Multimedia: Emily

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Jack observaba como Alexei ponía su muñeca herida encima de lo boca entreabierta de su hermana, aunque ya no sabía si podía seguir llamándola así. De repente, la mujer que había echada en aquella cama más pálida de lo normal le parecía una completa extraña aunque se conocieran desde hace mucho tiempo. La mansión se empezaba a llenar de invitados que venían a celebrar el gran evento, todos ellos fieles a Dmitri y por tanto también enemigos. Tendrían que estar bien atentos si Katerina no llegaba a despertar justamente durante esos días, pero, sin embargo, si se decidía a abrir los ojos habría muchas posibilidades de escapar de esa mansión con vida, porque Katerina no permitiría que le pasara nada malo a Lucas. Ella sería capaz de sustituirle para cualquier cosa con tal de que saliera ileso.

Por una parte, eso ponía celoso a Jack. Saber que protegería primero a Lucas que a la familia que había tenido toda su vida era un motivo para que se enfureciera; pero, por otro lado, la entendía, pues él haría lo mismo por Amy.

Alexei se incorporó en ese momento y tocó la mejilla de su hija con un gesto tan paternal que le hacía recordar a su padre, cuando era pequeño y no podía dormir algunas noches a causa de las pesadillas. Pero cuando llegó Katerina era él quien dormía con su hermano cuando esta tenía miedo.

"Hay un monstruo fuera, Jack". Katerina se escondía debajo de las sábanas y temblaba.

"Los monstruos no existen, Carly". Hacía tiempo que no la llamaba así, pero claro según fueron creciendo ella empezó a odiar aquel mote, por lo que dejó de llamarla así. Por aquel entonces él fue hacia la ventana para encontrarse cara a con la rama del árbol que había detrás de la casa que golpeaba la ventana por el viento. "Solo son las ramas, Carly".

Ella emergió de las sábanas con los ojos húmedos y consiguió dormirse, pero eso sí, sin separarse ni un milímetro de quien para entonces creía que era su hermano. No querría estar en la piel del valiente que le contara toda la verdad a Katerina.

-Jack.- La voz de Alexei cubrió por encima sus pensamientos-. ¿Te quedarás con ella?

-No me separaré de su lado.

-Bien. Tengo una cosa importante que hacer.

Jack asintió y le detuvo cuando ya iba a marcharse.

-¿Sabes algo de la niña?

-Tengo una idea de donde puede estar.

-Hay que sacarla de aquí, y a la mujer también. El bebé que lleva...

-Ese bebé nacerá y tendrá la infancia que tono niño debe tener.

-Eso no es cierto y lo sabes. Puede que tenga que huir toda la vida si esto sale fatal.

-El niño es como ese joven y como mi hija. Si lo abandono será lo mismo que si la perdiera a ella- dijo mirando el cuerpo inerte de Katerina en la cama.

-Eso no va a pasar. Moriré... No, moriremos por ellos si hace falta.

Alexei miró al joven moreno frente a él y sonrió como si fuese un padre orgulloso.

-Puede que no fueras mi hijo, pero pasaste a serlo cuando mi hija te transformó.

A Jack le gustó mucho oír esas palabras. Con eso, Alexei se marchó y Jack protegería el cuerpo de esa mujer, ya fuera su hermana o no.



Alexei encontró a la niña justamente donde pensaba. En la biblioteca de la mansión, una de las estanterías se retiraba hacia un lado mostrando claramente una puerta de piedra que se abriría empujando con todas sus fuerzas... Cosa que para un vampiro de su edad no resultó tan difícil. Unas escaleras bajaban a la oscuridad como si se tratase de una puerta hacia el Averno. ¿Cómo se puede vivir cada día sabiendo que hay una niña de apenas diez años encerrada aquí?

Peligroso Reencuentro (Eternidad Solitaria #2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora