Capítulo 24

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Katerina oyó a la sirvienta al otro lado de la puerta sin necesidad de que picara. Gracias a que los vampiros tenían el oído muy fino, los sirvientes de aquella casa sabían que no hacía falta llamar a sus puertas. Además, no quería que hiciera ruido. Lucas estaba boca abajo en la cama profundamente dormido. Estaba agotado tras el viaje y cayó nada más tocar la cama. Tuvo que quitarle ella misma la ropa para que estuviera más cómodo y tuvo que luchar para no obligarle a despertar tras verle completamente desnudo. Pero logró contenerse y meterse a su lado en la cama. Como le gustaba sentirlo a su lado durmiendo.

Se levantó con cuidado y cogió la bata de la silla del tocador que había en su habitación tapando así su desnudez. La sirvienta le hizo una reverencia en cuanto abrió la puerta y tras tan solo quince segundos de conversación desapareció por el pasillo. Volviendo a cerrarla se volvió para mirar otra vez al hombre que estaba en su cama. Ahora estaba de lado con uno de sus brazos moviéndose en el lugar donde ella había estado durmiendo. Le vio fruncir el ceño y Katerina supo que notaba su ausencia, así que rápidamente se desnudó otra vez y ocupó el lugar a su lado. Lucas no tardó en atraerla hacia él pasando el brazo por su cintura y besándola en la frente.

-¿Quién te ha hecho salir de la cama?- preguntó con voz soñolienta, pero no abrió los ojos. Le encantaba verlo así de despreocupado. Sonrió y le acarició la mejilla.

-Una sirvienta con noticias.

Abrió los ojos lentamente mostrando el tono de azul que más le gustaba.

-¿Algo de lo que debamos preocuparnos?

-No, solo quería informarme de que dos de mis hermanos están de camino aquí desde el aeropuerto- dijo con voz alegre e impaciente.

-Parece que les aprecias mucho.

-Por supuesto. Aunque tenía a Jack a y los demás, ellos eran los que me acompañaban cuando necesitaba desaparecer. Creían que estaba sola, pero siempre tenía a todos mis hermanos conmigo. Yo les quiero y ellos me quieren, siendo capaces de dejar todo lo que estarían haciendo para venir a ayudarme.

-Vlad no parecía muy dispuesto a venir.

-De nosotros siete, aparte de mí, era el que mejor se llevaba con Dmitri. Es el creador de todos nosotros y para Vlad, descubrir todo lo que hizo, ha sido un duro golpe para él. Mis otros cinco hermanos se distanciaron de él por diversas razones y yo no soy nadie para contarlas.

-Lo entiendo.- La besó en la frente otra vez-. Tengo ganas de conocerlos- ¿Quiénes son los que vienen?

-Nikos y Leo.

-Genial. El que juega con fuego es de los primeros en llegar.

Katerina se rio por el comentario y lo besó tiernamente en los labios mientras le obligaba a ponerse boca arriba para poder colocarse sobre él.

-Nikos es agradable y simpático, al menos cuando no le haces enfadar, y cuando le llegas a conocer te encariñas de él. Me paso a mí. Y Leo es el encanto en persona, pero no te dejes engañar por la fachada: se manchará las manos de sangre si tiene que hacerlo. Básicamente, todos mis hermanos no dudan en matar si se sienten obligados, pero jamás les verás derramar la sangre de un inocente.

-Pero casi reducen Londres a cenizas.

-Errar no es solo de humanos, Luke. Fueron impulsivos por un tema sin importancia y pagaron por ello, créeme.

Lucas asintió ligeramente y la atrajo hacia sus labios una vez más. Cuando se separaron, Lucas tenía una mueca pícara dibujada en la cara.

-¿Qué pasa?- preguntó ella sonriendo.

Peligroso Reencuentro (Eternidad Solitaria #2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora