Peligroso Reencuentro (Eternidad Solitaria #2)

Capítulo 25

-Puede estar en cualquier parte- dijo Leo mientras revisaba una y otra vez un mapa de Europa sobre el escritorio que ahora le pertenecía a Katerina-. Nuestra búsqueda se puede haber reducido, pero sigue siendo demasiado territorio. Y se nos acaba el tiempo.

-Tranquilízate, Leo- intentó calmarlo Nikos.

-No me digas que me tranquilice cuando la vida de Dom está en juego, Nikos.

-Quiero encontrarlo tanto como tú.

-¿En serio? Porque lo único que haces es ir de un lado para otro de la habitación murmurando cosas por lo bajo.

-¿Vais a seguir buscando o preferís que intervenga en la conversación?

Las palabras de Katerina los hicieron callar y volvieron a trabajar. Llevaban ahí encerrados más de tres horas y no tenían ni idea de donde podría estar Dom. A Dmitri se le daba muy bien desaparecer, se lo había demostrado muy bien al ocultarle su regreso al mundo, pero esta vez moriría. Moriría de verdad.

La puerta del despacho se abrió con un estruendo que levantó a Katerina del asiento y la puso de peor humor.

-¿Qué pasa ahora? No me puedo concentrar si no dejáis de interrumpirme.

-Créeme, tienes que ver esto- dijo Vlad volviendo a desaparecer por el pasillo.

Katerina miró dubitativa a sus otros dos hermanos y los tres siguieron a Vlad hasta la puerta principal. Se congelaron al ver la escena. Alexei acababa de entrar con una mujer agarrada de su brazo, pero Katerina no le dio importancia a su aspecto al principio, sino que sus ojos no se apartaron del vientre abultado que llamaba la atención de todos los presentes.

-Por favor, que alguien me diga que esta no es la sorpresa de Karim- dijo Leo frotándose la frente como si tuviera dolor de cabeza.

La mujer se movió algo incómoda ante las palabras de Leo y se llevó la mano al vientre como queriendo protegerlo. Katerina alejó todo pensamiento negativo y se acercó a su padre.

-Has sido rápido.

-Esto no podía esperar. Amara no debió haber tomado el avión en tal avanzado estado.

Amara. Eterna, inmortal. Le pegaba mucho a Karim. Pero Katerina nunca pensó que él sería el que empezara una nueva vida con una sola mujer cuando a su hermano siempre le había gustado saltar de cama en cama.

Quería gritar al mundo que un bebé solo empeoraba la situación, pero sería injusto para aquella mujer cuando Samantha estaba en alguna parte de la casa en la misma condición, así que consiguió calmarse y estirar un brazo hacia Amara con una sonrisa.

-Katerina. Es un placer conocerte.

Amara dudo al principio, pero acabó aceptando el saludo con otra sonrisa.

-Amara. El placer es mío.

-Disculpa la mala educación de mis hermanos al no presentarse, pero no esperábamos que Karim nos enviara...

-¿A una humana?- terminó ella, pero no sonaba ofendida-. Por favor, no le guardéis rencor. Ha estado ocultándome al mundo desde que supo que estaba embarazada. Solo ha estado siendo muy protector.

-Karim puede ser muchas cosas...

-Un maldito bromista- dijo Leo.

-Un cabrón- dijo Vlad.

-Un hijo de puta- dijo Nikos.

Katerina miró a sus hermanos y los tres acabaron la racha de insultos cuando Vlad se encogió quejándose de dolor y Nikos y Leo se quedaron como estatuas por el miedo.