Capítulo 17

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-¡No vas a morir!- gritó Katerina descontrolada, notando como sus ojos empezaban a humedecerse a causa de las lágrimas.

-Scarlet...

-¡Mi nombre es Katerina! ¡Es el nombre que me puso mi madre y así se va a quedar!

Alexei no supo cómo reaccionar ante aquello. Pensando que su propia hija le odiaría cuando se enterara de la verdad sobre su familia, no esperó aquellas lágrimas, lo que le hizo sentir esperanza, aunque solo sea un poco.

-Estoy de acuerdo en que tomes el nombre de tu abuela materna, pero si quieres matar a Dmitri para siempre, también tendré que morir yo.

-Tiene que haber otro modo. No puedo perderte cuando acabo de descubrir que eres mi padre, y no sé por qué no puedo odiarte por no decírmelo.

No supo que le impulsó a hacerlo, pero se encontró rodeando a su hija y abrazándola contra su pecho. Ya se habían abrazado antes, pero esa situación era diferente. Ya no eran solamente dos vampiros muy cercanos que se conocían desde hace siglos. Ahora les unía algo más que una amistad eterna: la sangre. Aunque en esa familia, no hacía falta que la sangre fuera la que los unía.

-Yo tuve que verte crecer desde la distancia, como llamabas "padre" a otro hombre, como te divertías con Jack, como te volvías una mujer y clavabas la mirada en el hombre equivocado.

Katerina se alejó unos pasos de su padre cuando oyó eso último.

-¿Acaso puedes culparme? Si hubiese sabido la verdad desde el principio, las cosas habrían sido diferentes. ¿Quién sabe? A lo mejor habría preferido morir en vez de dejar que me convirtieran.

-¿Dejarías morir a Lucas?

Katerina no se atrevió a mirarlo cuando hizo la pregunta, pero en realidad ni siquiera ella sabía la respuesta. Por una parte, quería pasar la eternidad a su lado si ganaban aquella guerra, pero por la otra la opinión de él también contaba. Si Lucas no quisiera convertirse, ella aceptaría su decisión, aunque eso llegara a destrozarla de todas las maneras que se pudieran. Fue cuando recordó aquel sueño que tuvo en el que Lucas estaba con ella en la cama y él le dejaba ver sus colmillos, listo para alimentarse en cualquier momento. Le encantaría que eso sucediese en cualquier momento. O simplemente estaba deseosa de volver a acostarse con él.

-Él puede hacer lo que quiera. Decida lo que decida lo respetaré.

-Aunque eso te rompa el corazón. Otra vez.

-Aun así.

-Eres la persona más valiente que he conocido, ¿te lo he dicho alguna vez?

-Me has halagado de muchas maneras, pero creo que nunca lo has hecho así. Y ahora qué sé quién eres, de alguna manera me alegro de que te sientas orgulloso de mí.

-Nunca he dejado de estarlo, a pesar de las muchas cosas, buenas o malas, que hayas hecho a lo largo de tu vida.

-No hay ni un solo día en el que no me arrepienta de haber matado a toda esa gente cuando en realidad habían hecho lo correcto. Y ahora el asesino de mamá es el hombre más poderoso de nuestra raza. ¿Qué voy a hacer? Soy una reina sin reino y he declarado la guerra cuando no tengo ejército.

-Piensa, Katerina. Dmitri odia a los dampiros y a cualquiera que vaya en contra de su reinado.

-¿Insinúas que me alíe con todos los dampiros?

-Que mejor líder para ellos que una reina que también lo fue.

-La diferencia es que yo no lo sabía.

Peligroso Reencuentro (Eternidad Solitaria #2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora