-Si es una broma no tiene la menor gracia.
-¿Crees que es un tema para bromear? Hemos tenido pequeños desacuerdos, es verdad, pero nunca un enfrentamiento a tal escala. La población vampírica ha disminuido gracias a ti y a Dmitri, dos vampiros de mi propia sangre, y eso me entristece.
-¿Qué quieres que haga?, ¿quedarme sentada mientras Dmitri continúa derramando la sangre de inocentes?
-Siempre hay una manera de traer la paz de nuevo.
-Habrá paz cuando Dmitri esté muerto.
-¿Y si eres tú la que cae?
-Si yo caigo, las cifras de nuestra raza serán la menor de tus preocupaciones. Ahora si me disculpas tengo invitados que atender, abuelo.
-Eres igual de cabezota que tu madre.
Esa frase la detuvo antes de marchar, pero no le miró.
-Pasa una buena velada, abuelo.
Intentando tranquilizarse, se acercó a Dylan con toda la calma del mundo.
-No pierdas de vista a Lucas, dile a los demás que no bajen la guardia y avísame si Frederick deja el salón.
-Entendido.
Katerina no perdió el tiempo y frente al resto de invitados fingió con una sonrisa y suplicando que esa sensación que tenía desapareciera con el tiempo, al menos hasta que todos los invitados se marcharan.
Varios horas después, cuando había terminado de hablar con el último de los invitados, se permitió beber algo y relajar la mandíbula de tanto sonreír. Su abuelo no había hecho nada fuera de lo común y gracias a Dios no se había acercado a Lucas, pero sí que lo había observado de lejos con curiosidad. Por suerte, Dylan siempre andaba cerca de él y pudo tranquilizarse y mantener la compostura frente a los demás.
Pero la sensación no desaparecía ni con el alcohol.
-Puedo notar tu tensión desde la otra punta del salón- dijo Jack colocándose a su lado-. No va a pasar nada, Rina.
-Puede que no, pero algo me dice que tenemos que estar alerta.
-Si esto consigue tranquilizarte quiero que sepas que Leo se ha ido a hacerles compañía a Samantha y Emily.
Sí que la tranquilizó, pero no eran las únicas mortales de la casa. Dio el último trago a la copa y la dejó en una mesa.
-Voy a retirarme un momento.
Jack asintió y se perdió entre la multitud mientras ella salía de allí sin llamar la atención. Subió las escaleras y se dirigió al ala derecha de la casa. Dudó ante la puerta, pero después de sacudir la cabeza sus nudillos tocaron la madera. Una débil voz en el interior la invitó a pasar y Katerina se quedó en el umbral de la puerta observando al escena. Amara estaba metida en la cama con su bebé recién nacido en los brazos. Iba a levantarse para saludarla, pero ella se negó.
-No te levantes. Debes estar agotada.
Dudaba en si acercarse a la cama o no.
Vas a mirar a ese bebé a los ojos y luego me dirás si eres capaz de odiarlo.
No sabía que expresión tenía, pero la de Amara revelaba puro terror.
-¿Puedo verla?
Dudó un momento, pero Amara asintió y a apartó un poco la mantita que tapaba a la niña. Los pequeños ojos oscuros la miraron y Katerina supo que nunca podría odiarla.
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Peligroso Reencuentro (Eternidad Solitaria #2)
Vampir"Antes de embarcarte en un viaje de venganza cava dos tumbas" - Confucio.