Los días y las noches pasaban y Lucas no tuvo ganas de seguir contándolos, pero tenía el presentimiento de que cada día era más largo que el anterior y eso hacía aumentar su agonía. Se preguntaba si habría alguien buscándolo. No sabía dónde estaban Emily, su madre y su padre, el cual llevaba semanas desaparecido.
Sin embargo, había otras cosas que le rondaban por la mente, por ejemplo el hecho de que los vampiros existen, cosa que todavía se negaba a creer. Aquel hombre no tuvo pinta de mentirle cuando le contó la verdad, y eso le llevó a recordar que Scarlet estaba casada con ese ser que irradiaba muerte por cada poro de su piel. Si ellos dos estaban casados seguramente Scarlet era como él. Un vampiro. Solo con pensar en esa palabra le entraban escalofríos y en esa celda ya hacía bastante frío, ni siquiera se dignaron en devolverle su camiseta y rara vez le daban de comer. Si querían mantenerlo prisionero así no iba a durar mucho más.
Una risa burlona sonó de repente.
"Creeme, durarás más que la mayoría".
En la celda no había nadie excepto él. Ya se estaba volviendo loco.
"No estas loco". Volvió a escuchar esa misma voz y era extrañamente idéntica a la de él.
-¡Déjame en paz!- le gritó a nadie en concreto.
"No me grites, idiota". Le empezó a doler la cabeza como mil infiernos y se le escapó un grito que más se pareció a un gemido de dolor. "Vuelve a levantarme la voz y lo siguiente no será un dolor de cabeza".
-¿Quién eres?- preguntó a ese "fantasma".
"Digamos que soy tu conciencia".
-¿Por qué no puedo verte? ¿Dónde estás?
"Estoy en tu mente, genio, como todas las conciencias del mundo". Era su voz pero su tono parecía cómico y burlón.
Lucas se apoyó en la fría y húmeda pared con aspecto cansado y encogió las piernas como cual niño pequeño, pero era así como se sentía allí, pequeño.
-Esto ya es demasiado. Los vampiros existen, mi mente de burla de mí, ¿qué va a ser lo siguiente?
"James también es un vampiro".
Lucas dejó escapar una risa sarcástica.
-Muy gracioso.
"¿Acaso he empezado una broma?"
Con esa frase se lo aclaró todo. El secuestro de James y Ashley, el extraño comportamiento de Scarlet, la demostración de fuerza y velocidad de Dylan y Jack en el campo de fútbol, el gruñido que le dedicó Amy en la cafetería, todos se comportaban extrañamente excepto Blaine, el cual no daba razones para sospechar, pero ya no se podía fiar de nadie, ni siquiera de aquella chica a la que le confesó sus sentimientos aquella noche en aquella playa y eso le llevó a pensar que si Scarlet le había estado ocultando cosas y mintiendo todo el tiempo posiblemente tampoco estaba enamorada de él. Eso lo destrozó. Quería estar enfadado con ella, de verdad que quería, pero le resultaba imposible. Scarlet se había clavado en su corazón como un cuchillo.
"No quiero ser aguafiestas, pero no creo que sea el momento para los problemas del corazón".
-No estas ayudando- le dijo a "él" sin perder los nervios.
"Te lo digo porque alguien se acerca"
-En serio, ¿quién eres?
"Ya te lo he dicho".
La puerta de la celda se abrió y entró una figura negra pero más menuda que la de aquel hombre, esta parecía ser la de una mujer. La capucha cayó hacia atrás y dejó ver una mata de rizos rojos y unos ojos verdes muy conocidos, pero también era la mujer que no quería ver nunca más.
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Peligroso Reencuentro (Eternidad Solitaria #2)
Vampir"Antes de embarcarte en un viaje de venganza cava dos tumbas" - Confucio.