18. "Sue".

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18. "Sue".

Entramos en silencio a la habitación de partos y Kian giró la cabeza hacia nosotros. En la cama esta Chloe con una niña recién nacida en sus brazos. Sonreí, pero mi sonrisa se borró al tener un recuerdo del parto de Nick.

¡Joder! Aleja esas cosas de la cabeza, Ethan. –Pensé y me obligué a seguir sonriendo-.

Luego de abrazos, saludos y felicitaciones, a un Kian muy alegre se le ocurrió decir algo –y no, no nos decía aun el nombre de la niña-.

-Ethan... ¿Quieres cargarla? –La mayoría la había cargado, yo no-. Vamos... sé que sí quieres.

Ah... Está bien. –Me encogí de hombros sonriendo nervioso por la mirada de todos, Mia me sonreía-.

Kian me pasó a la niña. Era muy pequeña y bastante tierna aunque había estado seria desde que entramos. Frágil y delicada entre mis brazos, de nuevo un recuerdo de Sarah pasó por mi cabeza. Mi sonrisa se borró y aun todos me miraban. Sus ojos eran esmeralda como los de Chloe y el cabello castaño como el de Kian. Tenía ojos grandes y varias pecas. La verdad era muy linda.

En mi mente escuché los llantos de Nick al nacer y sentí el frío que tomó mi mano al momento de Sarah perder la vida por el esfuerzo que había hecho y lo que Nick había causado en su interior.

Nuevamente me obligué a sonreír. Toqué la suave cabeza de la niña y esta se rio. Se me iluminaron los ojos y los recuerdos se esfumaron. Había hecho sonreír a la niña. Miré a Kian con una sonrisa sincera. También sonreía, no había dejado de hacerlo desde que entramos.

-¿Y cómo se llama? ¿O no nos lo dirás hasta que cumpla el año? –Rio y vio a su esposa-.

-Suzanne. –Dijo Chloe con una sonrisa muy amplia-.

Asentí, Suzanne, era un muy lindo nombre y le quedaba bastante bonito.

-Sue. –Dijo Mia mirando a Suzanne. Todos la miramos-. Diminutivo, le diré Sue. –Su hermano rió-.

°

Arranqué le auto dejando atrás el hospital. Por más que intenté que mi ánimo siguiera igual a cuando Chloe nos reveló el nombre de su hija, no lo había logrado. No quería que Mia me viera así. Y el pecho me dolía por contener las ganas de golpear todo.

-Ethan. Baja la velocidad. –Claro casi nos matamos por mi culpa y no me di cuenta. Inmediatamente bajé la velocidad y sacudí la cabeza-. ¿Qué tienes? –Preguntó preocupada-.

Hablé y me arrepentí al momento.

-Nada. –Mi voz salió quebrada casi en un sollozo estúpido, porque no estaba llorando-.

-Ethan, hablo en serio. Contéstame. –Dijo preocupada. La vi de reojo y mojé mis labios-.

No contesté y aunque me sentí culpable por no hacerlo –ni siquiera mirarla-, aún tenía la excusa de estar manejando. Pero no le hablé porque me sentía débil. En un momento a otro mi mente colapsó y tan solo podía revivir momentos con Sarah y momentos en los que amaría que ella estuviera aquí, conmigo. Con Nick.

-¡Puja! Ya casi estás, vamos, tú puedes. –Le sonreí y ella me vió con terror. Pálida, débil y haciendo su mejor esfuerzo por hacerlo bien-. ¡Veo la cabeza! ¡Vamos, Sarah! ¡Lo haces muy bien!

Detecté que algo no estaba bien en ella, el contador de sus pulsaciones y latidos antes iba a una velocidad que también me aterrorizaba, pero ahora disminuía y ella iba soltando mi mano a diferencia de hace unos momentos cuando hacía en cambio, que doliera su agarre. El niño salió por fin pero no lo miré. Seguía atento a ella. Hizo un esfuerzo por decirme algo pero al momento su cabeza cayó hacia atrás y un pitido continuo se juntó con los llantos del niño. No sabía qué pasaba alrededor de mí y ella, estaba ausente y yo también me puse a llorar porque ese pitido significaba que no había latidos y por ende, que no tenía vida.

Papá de Repuesto.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora