40. "El último regalo".
Puse el disco en los parlantes de la sala, justo donde Kian me había dicho que los encontraría. Subí el volumen para llenar la casa de música navideña tranquila. Mia atenuó las luces de la sala y el pasillo para dejar que eso junto con el árbol alumbrando el lugar. Le sonreí desde mi lugar.
Me dirigí al sillón en donde había puesto una bolsa grande con una caja relativamente pequeña en su interior. La saqué y la puse debajo del árbol, el cual estaba lleno de regalos y aún faltaban varios por parte de mis padres.
-Tus padres llegarán en cualquier momento. –Llegó Mia, poniendo sus manos en mi pecho, desabrochó un botón y sonrió-. Y ya te dije que es mejor así. ¿Es que siempre tendrás el problema de no saber cuántos dejar abrochados? –Asentí frenéticamente-.
-Eso está dentro de mí. –Dramaticé, a lo que rió-.
-Claro que sí. –Sonrió más ampliamente y tomó mi cuello. Nos besamos, sin evitar juntar nuestros cuerpos por su crecido vientre. Luego de unos segundos sentí un tacto diferente proveniente de su vientre. Haciendo que nos separáramos un poco y ambos volviéramos a ver hacia el movimiento-. Ethan, pateó. –Mi sonrisa se extendió aún más al verla sonreír como una niña pequeña-. ¿Crees que no le guste que nos besemos? –Frunció el ceño pero aun sin poder borrar la sonrisa-.
-Si es así... no lo va a cambiar. –Fruncí el ceño-. ¿Cómo me resistiría a besarte? –Se mordió el labio el cual besé lentamente, para luego subir a su frente y dejar uno más largo allí-.
Escuchamos el timbre de la casa y ambos nos dirigimos a abrir la puerta a seguramente mis padres. Kian nos acompañó desde algún lado de la casa. Abrimos de prisa teniendo en cuenta que afuera nevaba un poco.
Mis padres entraron y saludaron. Un Nick bastante esponjoso seguía afuera, sentado en la nieve haciendo una bolita, con cara de felicidad absoluta. Lastimosamente el frío estaba entrando en la casa y no quería que Nick permaneciera allí fuera mucho tiempo, así que tuve que llamarlo.
-¡Nick! ¡Ven aquí!
-¡Pero mira la nieve, papi! –Alzó la bolita de nieve a la altura de su cabeza y con la otra mano cubierta por un guante, se sacudió un poco el pantalón. Me contagié de su sonrisa fácilmente-.
-Tienes que entrar. Mamá espera un "feliz navidad de tu parte". Y no quiero que llenes la casa de Kian con nieve. –Hizo un puchero mientras se levantaba. Lanzó la bolita a otro lado del patio delantero y se despidió con la mano de ella, lo cual provocó que yo riera. Se acercó corriendo y me abrazó por la pierna-. Mírate, estás todo blanco. –Fruncí el ceño y los labios-.
Lo sacudí un poco y cerré la puerta. Ahora le quité el gorro y sus guantes. Nick miró por detrás de mí. Luego se escapó de mis manos y salió corriendo en dirección al árbol.
-¡Regalos! –Mia se acercó a detenerlo antes de que causara algún desastre-.
-Todavía no, rojito. –Sonrió con delicadeza hacia él, quien al verla, la abrazó por la pierna-. Feliz navidad, pequeño.
-¡Feliz navidad, mami! –La soltó y la miró con una sonrisa muy amplia-.
Miré con una sonrisa –la cual sabía que no se me borraría en mucho tiempo- a mis padres asombrados mirando a Mia y mirándome a mí por tiempo. Nick se dio la vuelta y se sentó al lado de los regalos, sacudiendo y tocando los regalos pero aun así con cuidado. Mi madre seguía en un estado de shock temporal pero mi padre sonreía confundido. Asentí mientras me encogía de hombros.
ESTÁS LEYENDO
Papá de Repuesto.
Genç KurguHace tres años la mejor amiga de Ethan Heyer se da cuenta de que esta embarazada de su novio, quien huye al saberlo, culpando a Ethan de tal cosa. Ethan siente lástima y le ofrece ser el padre del niño. Tan solo tenían 19 años cuando esto sucede y...