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JongIn era una de esas personas con las que a veces resulta abrumador estar. Siempre estaba de buen humor, y para una persona amargada como lo era yo, resultaba algo... Pues sí, abrumador.

Después de esa cita del primer beso, hubieron más, y sin necesidad de declaraciones, JongIn y yo nos volvimos pareja y establecimos, sin darnos cuenta, una pequeña rutina: todos los días cuando yo salía del trabajo, caminaba hacia la cafetería, ordenaba mi café lanzándole miraditas esquivas y tímidas a JongIn y él me coqueteaba mientras registraba mi orden y luego él mismo la pagaba. Bebía mi café y lo esperaba, al final de su turno salíamos tomados de la mano y caminabamos juntos hasta mi departamento, me dejaba en la puerta y tomaba un taxi a casa.

Ahora me resulta simpático el recordar que todos los días mientras caminabamos él siempre me miraba y preguntaba sonríente "¿cómo te fue hoy?" yo apenas asentía y sonreía a medias para decirle "bien, todo normal, ¿y tú?" y JongIn me contaba TODO desde el momento que despertaba: si había escuchado el despertador o no, si había o no tenido tiempo de planchar su ropa, si había perdido el autobus o había llegado demasiado temprano, si había visto algo interesante en el autobús, quién estaba en la cafetería cuando él llegó, si sus amigos habían bromeado con él, si Sehun -su mejor amigo- le había llamado, si algún cliente había sido grosero, o muuuuy amable... Y siempre terminaba su relato diciendo: "estuve esperando todo el día porque llegaras a la cafetería"... Yo me sonrojaba, sonreía a medias y bajaba la mirada...

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Fragmento del diario de JongIn.

12/11/2013

Hoy estuvo particularmente aburrido el trabajo. No hubo mucha gente a pesar de que cada vez parece hacer más frío; sin embargo eso nos dio mucho tiempo a los chicos de la cafeteria para jugar y bromear. Baekhyun se pone particularmente parlanchín cuando está aburrido, haciéndonos reír con sus ocurrencias, pero también se vuelve berrinchudo cuando Luhan y Yixing bromean en chino y parece excluído... Aún así me la pasé mirando el reloj todo el día... "¡Avanza, avanza!", ese era mi único deseo...
A las 9:30 escuché la campanilla de la puerta y giré emocionado para poder ver por fin a mi KyungSoo. Se veía particularmente guapo con su traje azul naval y gabardina. Parece todo un hombrecito de negocios.
Pidió su café y mientras leía, me esperó al final de mi turno. Salimos tomados de la mano y le platique todo sobre mi día. Al final ha sonreído y sus mejillas se colorearon de rosa.
Siempre me ha parecido adorable ese lado reservado de él, sin embargo hoy... Hoy no me he sentido muy bien, supongo que son cosas en mi cabeza que se mueven de lugar.
Al llegar a su apartamento le he dado un beso en la mejilla y él apenas sonrió... "Buenas noches, JongIn"... Luego se metió a casa y yo me quedé esperando por un taxi. Durante el trayecto me ha dolido el pecho y sentí de pronto muchísimas dudas. Llegando a cuestionar si KyungSoo en verdad quería estar conmigo, es decir, siempre se muestra distante y callado, no es muy afectivo ni muy conversador. A veces me pregunto si escucha todo lo que yo le digo, puesto que muy rara vez opina algo... Quizá fue mi culpa por avanzar tan rápido con él... No lo sé.
Por otro lado, KyungSoo también me ha demostrado ser de la clase de personas que dicen lo que no les agrada en el momento, así que con esa idea he calmado a mi corazón y he llegado a la conclusión de que soy yo el que tiene la mente hecha un caos. Supongo que el tiempo nos acercará mucho más...

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JongIn siempre sonreía para mi y a pesar de mi. Siempre tenía palabras de aliento cuando mis días eran más grises de lo normal. Siempre me hacía sonreír con sus acciones tan espontaneas y me animaba sin saberlo... Pero yo la mayoría del tiempo no sabía como expresarme con él.
Imaginarlo lleno de miedo y dudas me hace querer volver en el tiempo y decirle que desde ese momento yo ya lo quería muchísimo y deseaba tenerlo para siempre... Pero mi historia me pesaba mucho en los hombros y me impedía demostrar amor de la manera en la que yo quería hacerlo... Pero como siempre, JongIn tenía razón, y fue el tiempo el que se encargó de volvernos más unidos y afortunadamente, no tardó mucho.

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