Anniversary

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Ese día me despertó el sol dándome en la cara... Era sábado.

Me giré en la cama y me senté de prisa en ella al no hallar a JongIn junto a mi; al mirar a la puerta un notorio sonrojo se apoderó de mis mejillas. Había un gran cartel lleno de corazones que decía "Feliz Aniversario, Kyung. Te amo".

Me reí apenado y me levanté. Ahí mismo junto al cartel había una pequeña nota: Salí con Yue a hacer compras para el desayuno, no tardaré. Te amo.

Más tranquilo, me estiré, me lavé la cara y salí de la habitación, tomé el teléfono en la sala y llamé a ese restaurante por el que pasaba todos los días y que JongIn siempre decía querer ir. Hice una reservación para nosotros esa noche...

Tenía pocos minutos de haber colgado, cuando oí ruidos en la puerta y vi a JongIn entrar en el departamento. Corrí hasta él, me colgué de su cuello y lo besé en los labios.

-Feliz aniversario, Nini-. Susurré y él sonrió mientras soltaba la cadena de Yue y me envolvía la cintura con ese brazo.

-Feliz aniversario, Kyung~

Volvimos a besarnos y luego nos separamos con risitas para encender la radio y cantar a toda voz mientras preparabamos el desayuno. Llenamos de croquetas el plato de Yue y limpiamos un poco para luego sentarnos a desayunar omelette de verduras, café con leche, pan dulce y jugo de naranja.

Sin duda el día había empezado de maravilla.

****

Llegamos al restaurante cerca de las diez de la noche. JongIn se veía guapísimo con su traje negro y la camisa blanca abierta hasta el tercer botón. Yo me veía realmente igual a como me veía en la oficina, pero JongIn me traía de la mano orgulloso.

El lugar estaba casi vacío, algo realmente extraño cuando se trataba de un sábado por la noche; pero por demás agradable para mi. La luz era tenue y los ventanales ofrecían una maravillosa vista de la anochecida Seúl con lo magnífico del Río Han justo en el centro. JongIn miraba maravillado a su alrededor y me apretaba la mano cada que algo le gustaba en particular.

Nuestra mesa estaba al fondo, pero cerca de la ventana, tal como yo había pedido. Había una vela con aroma a vainilla y nos esperaba ya una botella de vino y dos copas que nos dejaron llenar a solas.

-Por nosotros...-. Dije yo levantando un poco la copa e inclinandola hacia mi novio.

-Por este año tan maravilloso...-. Completó él antes de chocar nuestras copas y regalarme lo hermoso de su sonrisa antes de beber su vino. -Te amo, Kyung...- dijo luego, dejando su copa en la mesa y tomando mi mano por encima de ésta.

-Y yo te amo a ti, Nini-. Devolví y nos volvimos a sonreír como los idiotas enamorados que éramos.

Recuerdo lo delicioso de la cena, lo animada de nuestra plática, lo agradable del ambiente, lo romántica de la música, incluso lo amargo del vino; sin embargo, el camino de vuelta a casa es lo que más se grabó en mi mente.

Yo conducía aún sonriendo, estaba tan perdido en mi felicidad que tardé en notar la mirada perdida de JongIn a la ventanilla, pero cuando lo noté, se me formó una mueca de angustia.

-¿Qué sucede, JongIn?-. Pregunté y él dio un leve salto, sacudió la cabeza y se giró a verme fingiendo una sonrisa.

-No... No es nada, Kyung-. Trató de calmarme, pero yo percibí lo enrojecidos que estaban sus ojos, como si estuviera aguantando el llanto.

-Dime...- pedí y el bajó la cabeza, suspiró y luego volteó a verme con una sonrisa ligeramente más sincera, pero con un deje de nostalgia en ella.

-Kyung... Gracias.

-¿De qué hablas, Nini?-. Pregunté mientras detenía el auto frente a una luz roja.

-Por todo... Por lo perfecto de este año... Por haber aceptado mi invitación a salir, por pasar todos los días por mi, por ir a cuidarme cuando me resfrié, por el pastel en navidad, por aceptar vivir conmigo, por dejarme tener un perro, por perdonarme en San Valentin, por llevarme a ver los cerezos, a la playa y al bosque... Por esta noche... Kyung...

-Basta, JongIn...- casi supliqué mientras mis manos apretaban el volante y trataba de pasar saliva por mi anudada garganta. -No digas más, porque ya sé lo que sigue...

-Kyung... Perdóname... Pero...

-¡No me pidas otra promesa!-. Dije levantando la voz un poco y lo vi a él de reojo encogerse en su asiento. Sin embargo continuó.

-Perdón por no poder ser tu "para siempre"... Tienes que ser feliz después de mi, Kyung. Con alguien más...

-¡¡Cállate!!-. Grité y estacioné el auto en una esquina, me recosté en el volante y me solté a llorar. Pasaron algunos minutos antes de que sintiera la cálida mano de JongIn en mi espalda y escuchara su voz.

-Yo... Yo... No quiero hacerte llorar, cariño. En serio lo siento... Perdóname...- al escucharlo, me levanté y lo miré a esos preciosos ojos marrón de los que también salían lágrimas sin parar. Me lancé a sus brazos y sentí la humedad de sus lágrimas caer en mi cabello y sus manos aferrándose a mi saco.

-¡Ya no me digas esas cosas, JongIn!-. Supliqué mientras me escondía en su pecho y lo sentía asentir. -¡No me digas que vas a dejarme, que te irás! ¡No me hagas prometer que seré feliz porque eso será imposible! ¡No me hables de alguien más porque tú eres y serás siempre el único para mí!... No digas más...

-Perdóname, KyungSoo... Perdóname...- él apenas podía hablar entre su llanto y yo apenas podía escucharlo en medio del mío... Y perdimos la noción del tiempo. Pasamos mucho tiempo en esa esquina solitaria, teniéndonos sólo el uno al otro. Siendo el único consuelo del otro...

Recuerdo cuando llegamos a casa y apenas cerramos la puerta detrás de nosotros para empezar a besarnos con desesperación... Recuerdo que dejamos los trajes tirados por todo el departamento y que nos encerramos en nuestra pequeña habitación... Recuerdo cómo nos entregamos el uno al otro tan lenta como desesperadamente... Recuerdo la piel caliente, los besos tibios y las lágrimas frías... Recuerdo que nos acurrucamos el uno contra el otro al final y entrelazamos nuestros dedos con fuerza... Recuerdo perfecto lo último que escuché de él esa noche antes de quedarme dormido...

-Kyung... Feliz aniversario, feliz primer año de nuestra eternidad...- un beso en mi frente y luego nada.

****

Fragmento del diario de JongIn

05/11/14

Ayer fue nuestro aniversario. Desayunamos en casa, comimos fuera y cenamos en un hermoso restaurante en el que reservó KyungSoo... Lo hice llorar otra vez.

No sé qué es lo que me hace decirle ese tipo de cosas que terminan lastimándolo, pero creo que es algo así como un presentimiento... O bueno, quien sabe. Quizá solo estaba muy sentimental por la fecha que se acercaba y mi mente se pasó de imaginativa... Ojalá que sea eso, no quiero volver a hacer llorar a Kyung.

****

Siempre me he quejado de mi mala memoria, pero es curioso como uno recuerda algunas cosas tan claro y olvida totalmente algunas otras... Yo, por ejemplo, no recuerdo ni un poco a las personas que atiendo en la oficina durante el día, o el nombre de la mujer que me saluda todos los días en la recepción... Sin embargo recuerdo cada mínimo detalle de todos los días que pasé con JongIn...

Recuerdo el motivo de cada una de sus sonrisas y el de cada una de sus lágrimas... Recuerdo las películas que vimos, las cosas que comimos, los lugares a los que fuimos... Y lo recuerdo siempre pensando primero en mi, antes que en sí mismo.

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