Te Mentí, Cierto.

Carta 35

"Te juro que yo no confiaba en nadie. Que era de las que al verte pasar por la acera, trataba de hacerse lo más pequeña posible, para que no pudieras verme, y pensar en lo patética que era. Sin embargo, tú siempre habías sido el típico chico al que le daba todo igual. Que pisabas fuerte, y no para que te miraran, sino para que no lo hicieran. Que siempre actuabas de manera opuesta a lo que se esperaba de ti. Por ejemplo, yo nunca me habría imaginado acabando contigo. Vale, siempre te quise, pero fue desde lejos. Suponía que serías un amor platónico más. De éstos que les murmuraría a mis nietos, cuando aún fueran pequeños, para demostrarles que su abuela también fue joven, y conoció el amor. Pero ya no podría hacer eso, ya que al hablar de ti, estaría hablando del amor de mi vida, no de una historia pasajera más. Quiero rozarte con la mirada,y saborearte con el pensamiento. Quiero que todos comprendan por qué caí por tus oscuros ojos, que ocultaban algo más que la verdad absoluta. Ocultaban tu amor hacia la vida. Todos creíamos que odiabas cada simple cosa que se cruzaba por tu camino, porque no observabas más allá de tus pies. Pero yo, que te conozco, sé que era porque creías que una persona "tan mediocre" como tú, no merecía poder ver semejante belleza. Llámame loca, pero yo creo que lo que hacía que todo fuera tan bonito, era tu sonrisa, en primavera. Tus orejas rojas, en invierno. Tus ojos brillantes, en verano. Y en otoño, tu manera de observar todo mucho más detalladamente...

P.D. Llamadme rara, por enamorarme; pero todos lo terminamos haciendo, queramos o no. No de la misma forma, pero sí con la misma profundidad..."