6.- Un juguete

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Jamás pensó que le iba a pasar algo parecido.

¿Por qué el matón de la escuela lo había besado?

¿Por qué el más rebelde de la escuela lo había curado?

¿Por qué Kai quería estar cerca de Baekhyun?

El mundo se estaba volviendo loco, y Baek estaba en él.

Al llegar a su casa, totalmente aturdido por todo lo que había pasado, se preparó para ir a su trabajo de media jornada, no ganaba mucho, pero era lo suficiente para poder pagar los gastos comunes del departamento, algo que su madre no podía financiar. No trabajaba toda la semana, era solo los lunes, martes, viernes y sábado, pero aun así era bastante agotador.

Cuando estaba a punto de irse, su madre abrió la puerta, era extraño que llegara temprano.

-¿Mamá? –Baek se dirigió a la entrada.

-Hola Baek cariño, ¿Cómo has estado? –Se veía cansada, su ropa estaba un poco mojada por la repentina llovizna que caía por las calles.

-Bien, te hago algo, ven siéntate.

-No hijo, solo anda al trabajo, yo me encargo. –Le dio un beso en la mejilla a su hijo, palmoteo su espalda y se dirigió a la cama. Baek no sabía qué hacer, se sentía culpable por no poder estar con su madre como ella lo necesitaba, pero tenía que ayudarla monetariamente.

La espada y la pared.

Llevaba una bufanda roja arropada en su cuello, traía un Montgomery negro que combinaba con sus pantalones y una converse negras. En Bucheon, en su escuela, siempre salía como el mejor vestido, no era por el dinero, ya que tampoco tenían mucho en ese momento, si no que era la forma en que ocupaba la ropa, que Baek era completamente popular, la forma en caminar, la forma en como su actitud se mostraba, y la forma en como a todos lo contagiaba con su inocente y adorable ser. Oh si, Baek era el castaño más querido de Bucheon.

Las calles de Seúl, en ese pasaje, estaban completamente congeladas, se notaba que él invierno estaba llegando, aunque faltaban unos dos meses para eso, pero Corea era un país helado. Todos lo sabían. Traía un paragua, pero no lo abrió, ya que caían pequeñas gotas, pero nada parecido a la lluvia, era más bien, demasiada niebla y humedad.

Al llegar al café donde trabajaba, justo entonces comenzó la lluvia con todo, las gotas caían fuertes contra los vidrios, dando a conocer que el viento estaba también jugando.

-Baek, Baaaek. –Dijo Hyoyeon, era más grande en edad que él, y con una personalidad totalmente avasalladora. –Despierta, y atiende. –Baek salió de su trance y se dirigió a sus mesas, con un delantal verde en su cintura, y una camisa blanca, la misma del colegio, la misma de Kai, esta vez sin corbata.

No podía concentrase, Kai todavía estaba en su mente, sus labios y su lengua estaba ardientes en cada pensamiento de Baek, haciendo que este se ruborizara por el sensual pensamiento. Su mente estaba en el cielo, desde su íntimo acercamiento.

Se sintió extraño al pensar que el moreno a penas lo conocía, pero no llegaba a una sensación de incomodad por el simple hecho de que sentía la excitación llegar a él como algo mágico, cada vez que Kai lo miraba con esa visión de rayos X. Su mente era desbordada de sentimientos y pensamientos más allá del inocente rostro del joven, era la química entre estos dos jóvenes que hacían que se atrajeran con tanto ardor.

Eran las 10:30 y parecía que la lluvia y el viento no iban a parar. Cada vez se estaba poniendo peor.

-¿Qué pasa Baek? – Hyoyeon le preguntó –Jamás te había visto tan distraído, y eso que es bastante viniendo de ti, ya que tienes el cerebro de un pez. –el comentario de la rubia lo hiso sonreír, estaban sentados en una mesa, tomándose un café, ya que habían solo dos mesas ocupadas, ese día no se encontraba mucha gente afuera.

Bad Boy [KaiBaek]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora