34.- Por la mañana

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Cuando Baek se despertó de su sueño maravilloso, con un moreno príncipe, salvándolo de un dragón, mientras veía todo desde la habitación más alta de la torre, abrió los ojos, con un poco de dolor por la luz entrándole fuerte en sus parpados, para darse cuenta que no había nadie a su lado, tocando la sábana blanca y pudiendo sentir ese olor entrándole por sus fosas nasales, ese aroma que lo hacía volver loco cada vez que lo sentía. Al pasar sus dedos por el lugar donde Kai debía estar, notó que estaba totalmente frío, lo que le hizo pensar al castaño que el moreno se había ido de ahí, hace harto tiempo, desde su cálida cama. Pero al recordar su noche, no hizo nada más que sonreír como idiota al pensar en todas esas miradas, besos y caricias que el moreno le había proporcionado a él y solo a él, le encantaba pensar que Kai fuera así, aunque sea por unas pequeñas horas, como se dejaba llevar por completo por el fuego de sus ardientes cuerpos. Con sus mejillas sonrosadas, y una sonrisa en su rostro, Baek tomó las prendas que el moreno siempre le prestaba después de esas noches de pasión. Con los sweatpants grises y una sweater de color oscuro.

Al pasar sus ojos marrones por toda la habitación del mayor, se dio cuenta de que esta tenía un marco, con una sola foto, al mirarla de cerca, vio esa sonrisa que tanto le encantaba al menor, con una muchacha a su lado, pero esta vez, Kai era un pequeño niño, con su cabello negro flotando en el aire junto con el de su hermana, mirando la cámara como buenos hijos, aunque sea una foto, para Baek no pasó desapercibido como el moreno había cambiado, y como ya, casi nunca, sonreía de esa forma, algo que entristeció un poco al menor.

Pero, el castaño pensó que antes el moreno era más frio, y ahora, este había dejado a Baek acurrucarse a él después de hacer el amor, y eso hizo que el corazón del castaño se revolcara por todos esos sentimientos de alegría y satisfacción que sentía en esos momentos, pensar que el moreno se estaba volviendo más cálido con respecto a su forma de interactuar con el castaño, hacía que el corazón de este palpitara un poco más rápido con el mero pensamiento.

¿Podía ser más feliz?

¿Cómo era posible que se conformara con tan poco?

Pero para él, no era poco, eran barreras que Baekhyun estaba destruyendo tiempo a tiempo, con Kai, haciendo que este se abriera cada vez más al menor.

Estaba feliz, más que feliz, estaba enamoradísimo, hasta los pies, y podía tirarse de ese mismo edificio si Kai se lo pedía. Lo amaba con todo su ser, y jamás pensó en su vida que pudiera existir un sentimiento tan extremadamente grande como el que sentía con Kai, Jongin, Jonggie... con su amor.

-Acá estas. –le dijo a Kai, que estaba mirando una comedia mientras comía de un plato de cereal.

-¿Qué acaso no duermes en la noches? –le preguntó el moreno algo inquieto -¿Cómo puedes dormir tanto?, fuiste el primero en dormir, y según mis cálculos, ya han pasado 12 horas desde que te quedaste dormido. –Le comentó el mayor, sin mirarlo, siguiendo comiéndose su cereal, y Baek notó como la mandíbula del moreno estaba algo tensa, no era un buen signo.

-¿Pasó algo? –le preguntó el menor, algo incrédulo por como Kai se estaba comportando.

-¿Qué? –le preguntó, con un falso tono de duda -¿Qué... por qué piensas eso? –le increpó el mayor, alto, fuerte y... torpe con las palabras.

-Nada, solo que, es raro verte tan.... Hablador en la mañana. –le comentó con una sonrisa angelical, notando como Kai lo miraba y tragaba con dificultad su comida. -generalmente siempre eres el que está dormido y solo... te despides con un ronquido mío.

-Lo primero es porque alguien no me dejó dormir muy bien con sus ronquidos. –le comentó, algo que solo hizo que Baek se riera y se sentara al lado del moreno. –y lo segundo, es porque me gusta dormir, pero no pude por la primera causa.

Bad Boy [KaiBaek]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora