Era Lunes por la mañana y me tocaba volver al instituto. Pensé que quizás al ser temprano por la mañana, Chris no estaría despierto. Pero me equivocaba. Cuando abrí la puerta de mi habitación para irme, allí estaba.
-Buenos días –me miró mientras se echaba café en una taza- ¿Quieres café? He preparado algunas tostadas también.
-No, llego tarde –respondí.
Acto seguido, me dirigí a la puerta pero entonces una voz me paró.
-Laura.
Me detuve, pero no me giré para verle.
-Ten cuidado.
Yo asentí y salí de la casa. Me puse los auriculares e hice camino al instituto mientras me distraía con los detalles más simples; una flor entre un jardín, los niños caminando junto a sus madres.
Eso me hizo pensar en mi madre. Ella solía llevarme al instituto antes de entrar al trabajo y cada mañana me repetía la misma frase; Un viaje de mil kilómetros empieza con un solo paso. Al principio, no comprendía el significado, pero a medida de reflexionar sobre eso lo acabé comprendiendo. Algo increíble que te propongas en tu vida, empieza con algo muy simple. Que podemos llegar muy lejos, pero siempre hay un comienzo.
Entonces pensé en que podía aplicarlo en mi relación con Chris. Él había dado su objetivo, quizás yo debía seguir sus pasos. Quizás acercarme a él, estaría bien. Quizás dejarle ser mi padre podría aportar algo positivo en mi vida.
Sin darme cuenta, ya había llegado al instituto. Propuse a entrar, pero mi mirada se distrajo cuando capté a un chico rubio cerca del instituto.
Llevaba una cazadora negra de cuero y una camiseta negra debajo. Aun así se podía ver como de los pectorales sobresalía algo que había visto antes, tatuajes. Empecé a extrañarme y pensé que quizás tenía algo que ver con mi padre o quizás era simple coincidencia.
Entonces subí a verle la cara. Tenía un aspecto atractivo. Una mandíbula bien formada, labios gruesos y sus ojos eran increíbles. Tenía un ojo azul y el otro ojo era azul y marrón. Me quedé parada mirándole y me di cuenta de que él también me miraba a mí.
Entonces oí el timbre del instituto y entré en el instituto intentando con todas mis fuerzas volver a mirarle porque si volvía a mirarle, sabía que no podría parar. Había algo en él que me hacía sentir atraída.
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-¿Laura? –oí una voz femenina llamar mi nombre, Serena.
-Si, dime.
-¿Estás bien? –me preguntó- Te has quedado como parada.
-Solo estaba pensando –era cierto, pero pensaba en el chico rubio de la cazadora negra. Nunca lo había visto antes, pero tenía la sensación que de alguna forma estaba conectada a él.
-¿En tu padre? –cogió una patata frita- ¿En Scott? ¿En el tío buenorro del centro comercial?
Era increíble esta mujer. Comía de todo y seguía en su peso ideal.
-¿Qué? –sonreí- No, no. Espera, ¿por qué iba a pensar en el tío buenorro o en Scott?
-¿Estás de broma? ¿De verdad no lo sabes?
-¿No sabe el qué? –preguntó Scott sentándose a mi lado en la mesa mientras desayunábamos.
Hubo silencio en la mesa. Yo porque no sabía que responder y Serena porque no quería, se limitaba a sonreír.
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City of Shadows [Jace Wayland y tu]
DiversosMe gustaría empezar citando una frase que cambió mi forma de ver y pensar; De todas las criaturas que viven y se reproducen en la Tierra, no existe ninguna más débil que el hombre. Creemos que somos fuertes, que somos la especie más desarrollada. Pe...