F I V E

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Jungkook la observó de arriba abajo, sin siquiera notar lo incómoda que ella se puso al recibir tal atención y aunque él no lo hacía con esa banal intención, Na Bong no podía saberlo y simplemente se limitó a sentirse incómoda. Aún así no dejó de mirarlo, aguantándose las ganas por dentro de salir corriendo para ocultar las mejillas rojas. Jungkook por su parte, no dijo ni hizo nada, estaba un poco en shock de verla allí en su lugar de estudio.

— Eres la chica del motel ¿Cierto? — Frunció su ceño al escuchar aquella pregunta tan directa, aunque pensándolo bien, Na Bong lo sintió más como una afirmación. Aún así decidió asentir e ignorar el hecho de que todos sabían la historia.

Jungkook abrío la boca sorprendido ante su respuesta tan calmada, ya esperaba que por culpa de la gran bocota que tenía y por la de sus amigos idiotas ella terminase sobre él queriendo quitarle la vida, pero no fue así. Era hasta cómico, ya que cualquier chica se hubiese enojado al escuchar que Jungkook había abierto la boca, pero a Na Bong parecía ni afectarle.

 — No sabía que estudiabas aquí...— Murmuró ella mirándolo a los ojos.

— Estos idiotas creían que lo estabas siguiendo — Comentó riendo Jimin, el menor quiso propinarle un golpe, pero se detuvo al escuchar la risa de ella que lo dejó estático en su lugar.

— ¿Siguiendo a Jungkook? ¡Por favor!—Siguió riéndose, contagiando más tarde a sus amigos. Bueno, no a todos, ya que Yoongi la seguía mirando intrigado y como si la estuviese analizando. — Definitivamente no estaba siguiéndote.

—En-entonces ¿Qué haces aquí?—Le preguntó Jungkook, intentando sonar seguro de alguna manera, pero fallando desde el principio. Ella dejó de reír y lo miró, al parecer, enojada. 

— Eso es bastante obvio ¿No crees genio? Si te hubiese querido acosar o algo mínimo me escondo.— Respondió rodando los ojos. Jimin y Taehyung no pudieron aguantar la risa y se burlaron del menor, haciéndolo enojar.— Tengo que irme, mi clase va a comenzar así que...nos vemos por ahí supongo.— Les mostró una pequeña reverencia que todos respondieron a excepción de Jungkook que aún seguía en shock.

Les dio una última mirada y se marchó.

Los chicos no dijeron nada por un momento. Aquello había sido gracioso y totalmente humillador para el pequeño Jeon. Los siete, sin poder decir nada, optaron o por reír o, en el caso de Jungkook, por observar el caminar de Na Bong. Fue ahí, mientras ella se marchaba que quiso correr detrás para aclararle todo y decirle que él no había pensado nada, que él no era el culpable de tacharla como acosadora y que él ni siquiera había abierto la boca con lo del motel, pero Jimin fue más rápido y lo detuvo jalándolo del brazo, devolviéndolo a su punto de partida.

— Ni se te ocurra, Kookie— Habló Jimin con la mirada fija en la espalda de aquella mujer.— Es peligrosa...

— Si , Jimin por primera vez tiene razón. Ella tiene carácter y es cien veces más inteligente tú Jungkoook.— Agregó Seokjin asintiendo, mientras miraba en la misma dirección.— Lamentablemente Jeon, chicas como ellas son letales para chicos como nosotros...

— ¿De que hablan? No es como que voy a salir con ella después de esto...— Contraatacó el menor.

— Todos dicen eso...y después se casan con mujeres así— Murmuró despreocupado Taehyung.

— Yah, tenemos clases, hay que irnos.— Dijo Yoongi tomando su mochila y bebiendo un refresco. 

🍃🍃🍃🍃🍃

Na Bong salió de la casa dando un portazo. Estaba tan enojada que ni siquiera se giró cuando escuchó la voz de Jiho detrás de ella. Estaba harta de él y de sus mentiras, de que le coqueteara a cualquiera que se le pasara por al frente aun teniéndola a ella al lado, su novia.

Había sido un error haber venido a Seúl con él. Se sentía tan tonta por haberle creído que yendo juntos a la capital todos sus problemas se solucionarían, que alejándose de sus familias las cosas mejorarían, pero obviamente todo seguía igual. 

Quería regresar a su casa, con sus padres y sus hermanos, pero también sabía que no iba a ser bienvenida, por lo menos no hasta que su mamá la perdonase por irse de esa forma tan precipitada y prácticamente sin escuchar a nadie.

Se secó las lágrimas con las manos, odiaba llorar y más aún mostrarse débil delante de Jiho.

— Cariño...— La agarró del brazo haciéndola girar.— No te vayas así.

Na Bong no dijo nada. Optó por bajar la cabeza y aguantarse las lágrimas que amenazaban con salir y demostrarle a Jiho que lo que él hacía a ella le afectaba, cosa que ella no quería . Odiaba discutir con él, la hacía sentir tonta e inmadura, como si fuese una niña pequeña y él debiera explicarle todo con peras y manzanas, cuando no era así. Na Bong era adulta, tenía 20 años y sabía muy bien como era la vida por culpa de él.  

—No quiero seguir hablando Jiho, déjame traquila... — Se soltó del agarre de su novio.

—Na Bong, vamos, no seas terca cariño...—Agarró sus mejillas para mirarla a los ojos.— Sabes que no puedes dejarme.

Y por un momento, pensó que algo romántico iba a salir de sus labios. 

Pero no fue así.

— No tienes a nadie aquí en Seúl , prácticamente dependes de mi. —Habló con una sonrisa en los labios.

Na Bong se alejó, lo observó unos segundos y se maldijo internamente por haber creído que algo lindo y romántico saldría de su boca cuando hace un rato solamente salían groserías y malas palabras, además de a poco se estaba arrepintiendo de haber aceptado ser su novia hace dos años ¿Cómo es que alguien puede cambiar tanto? 

  — Vete a la mierda Jiho, en serio— Habló casi escupiendo odio. 

Se dio media vuelta y siguió caminando, alejándose lo más rápido y lejos posible de aquel imbécil que tenía por novio.

— ¡Yah!..¡Park Na Bong! — Siguió caminando sin darle importancia mientras seguía aguantando las lagrimas — Vas a volver conmigo ¿Escuchaste? 

Cruzó la calle totalmente desganada y cuando supo que él ya no podía verla soltó todo el llanto, rabia, rencor o lo que fuese, todo lo que tenía acumulado en su pecho. La gente que pasaba por su lado la miraba extraño, quizá por su aspecto o por el ruido que hacía al llorar. No le importaba mucho, aunque si la miraban como una loca por como iba vestida no los culpaba, ya que hasta ella se sentía una tonta por no tener nada encima que la abrigase.

Después de unas horas caminando sin rumbo alguno y cuando se cansó de llorar se dio cuenta que era bastante tarde, además de que se estaba congelando del frío. Fue entonces que se le pasó por la cabeza entrar a un local para entrar en calor. 

Y sí, entrar en calor bebiendo. Pidió una botella de soju y tiritando se llevó el diminuto vaso hacia su boca.

Había pasado casi seis días desde que bebió hasta más no poder y esa vez fue porque encontró mensajes en el celular de Jiho con la vecina. Siempre que peleaban Na Bong terminaba bebiendo y aunque sabía que no era bueno, no podía evitarlo. Sentía que aquella era la única manera en la que podía olvidar todo.

Tomó un trago nuevamente , luego otro y otro, intentando que las palabras y el rostro de su novio desaparecieran por un segundo. Y siguió bebiendo hasta dos botellas más, tanto que no se dio ni cuenta cuando ya se encontraba totalmente borracha. 

Intentó buscar dinero para pagar, pero recordó que el dinero lo había dejado en cada y que con suerte había sacado su celular. 

Maldición, ¿qué haré ahora? 

Cerro los ojos pensando en una solución.

Pero nada.

Solamente le quedaba llamar a Jiho, lamentablemente él era la única solución segura. Pero no quería hacerlo, ya que tendría que admitir que él tenía razón y que ella dependía de él. 

Así que activó aquel sexto sentido que tienen los borrachos y como pudo buscó el nombre de la única persona que conocía en Seúl y quien podría ayudarla en un momento tan complicado como este.

Jungkook.



🍃🍃🍃🍃🍃🍃
las quiero
jeny💕

Motel room » j.jungkookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora