T W E N T Y S E V E N

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Na Bong se sorprendió bastante, es que no podía asimilar que Jungkook, el tímido chico que también era su amigo, la estaba besando y estaba poniendo todo de sí en aquel beso.

No se dio ni cuenta cuando ella comenzó a corresponderle también, de una manera lenta y sin apuro, todavía confundida por lo que estaba sintiendo y porque el chico era quien llevaba las riendas de la situación. Pensó que quizá había sido el alcohol el culpable de la actitud tan valiente de Jungkook, pero era una excusa, una pobre excusa para tapar lo que sus ojos no querían ver. Su amigo no había bebido casi nada en toda la noche y su cabeza no quería reconocer que él había querido que sucediera.

Recuerdos de ella besándolo aquella vez en el motel le vinieron a la mente, con la diferencia de que Na Bong no estaba borracha en esta ocasión y que era él quien la había besado primero.

Sus manos se movieron por si solas por los anchos hombros de él y soltó un suspiro, cuando sus brazos la apegaron más a su cuerpo. Fue justo ahí que se dio cuenta que nadie la había besado así jamás, ni siquiera Jiho.

Se aferró a él como si hubiese querido hacerlo hace mucho tiempo.

Ella no sabía lo que ocurría con su cuerpo, respondía de una manera extraña ante las caricias de Jungkook, como si su corazón lo hubiese estado esperando hace mucho tiempo ya. 

Tal vez siempre fue así, pero no se dio cuenta.

Quizá le gustaba Jungkook, mas era tan tonta que ni siquiera había pensado en eso.

De la nada el ambiente se puso muy denso, caliente y extraño, ambos estaban dando todo en esta ocasión, ya que no había nadie que los detuviera o que los juzgara. Por primera vez, en la mente de ninguno estaba Jiho, él no existía esa noche. 

No entendía cómo Jungkook se había transformado de aquel chico callado a éste otro que besaba tan bien y era tan seguro al momento de tocarla.  Acariciaba su mejilla, su nuca y hasta su espalda, todo eso más el beso hacía un cúmulo de cosas que le hacían preguntarse ¿Dónde había estado él toda su vida?

Ella se separó un momento, puso sus manos en la mejilla de él y lo contempló unos segundos.

La culpa venía ahora.

Era su amigo y aquel beso complicaba un poco más las cosas.

¿Por qué la besó? 

No.

¿Por qué correspondió al beso?

No era que este Jungkook no le gustase, todo lo contrario, la verdad era que la hacía sentir única y eso le aterraba. No podía sentirse así, porque ella se iría dentro de poco, y si seguían siendo amigos serían aún más fáciles las cosas.

Pero a Na Bong decidió cerrar los ojos y sacudir aquellos pensamientos fuera de su cabeza, porque al final sí quería besarle la boca, si quería acariciarle el rostro y el cabello, o dormir con él. Ella quería sentirse querida por una maldita vez en la vida, sentir que era necesaria para alguien y no que debía estar con esa persona por obligación.

—  ¿Estás bien? —  Le preguntó él preocupado al verla así, como si quisiera llorar y se estuviera conteniendo — ¿Tan mal beso? Na Bong, mírame.— Le pidió al no obtener respuesta a su primera pregunta. 

La chica levantó la cabeza y bajó sus manos hasta el pecho del chico, se mordió el labio intentando controlarse, no tenía nada claro en eso momento solamente que aquel beso le había gustado, estaba convertida en un manojo de sentimientos y todo por Jungkook. 

— ¿Por qué me besaste? — Preguntó mirándolo a los ojos, el chico bajó la mirada evitando la suya.

Ahí estaba, el Jungkook que ella conocía.

— Porque por eso hemos venido hasta aquí...— Se excusó él haciendo que su corazón se encogiese.— Además quería hacerlo Bong, quería besarte.

¿Sería que él sentía cosas por ella?

No, eso no podía ser.

Ella se iría en tan solo unas horas, cuando amaneciese Na Bong tendría que volver con Jiho y dejar aquella casa y esos recuerdos que hicieron, que compartieron.

Él no podía sentir nada por ella, Na Bong encontraba absurdo algo así, porque se suponía que le gustaba otra chica, hasta se lo había dicho.

Así que descartó aquella posibilidad.

Puso sus manos sobre su rostro y se talló los ojos nerviosa.

Luego de unos segundos la chica decidió hablar.

 — Dime por favor que no te gusto., Jungkook...— Le pidió ella con los ojos puestos en él. 

Entonces la puerta se abrió, dejando ver a una de las chicas que había venido con alguno de los amigos de Jungkook, pero Na Bong no sabía si la había visto con Jimin o con Yoongi. 

  — Han pasado más de cinco minutos, el tiempo se ha acabado...— Les dijo sonriente .

Na Bong asintió y nerviosa se alejó de él, se arregló la camiseta que traía puesta y el cabello enmarañado porque las manos de Jungkook lo habían desordenado. 

Le dio una última mirada y salió disparada de allí.

Jungkook lanzó un suspiro, había estado a punto de decirle que no le gustaba simplemente, que no era sólo gustar lo que sentía por ella, sino que más bien la quería.

Y mucho.   

🌻🌻🌻🌻🌻🌻

amo este Jungkook porque desde aquí comienza a crecer y ya deja de ser el niño que le teme a las mujeres o al amor 😚😚😙

Con amor, jeny💘

Motel room » j.jungkookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora