F O U R

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Y llegó el maldito lunes, a pesar de que Na Bong no quería que aquello ocurriese. Era, para su mala suerte, su primer día en una nueva universidad y recién comenzaba el segundo semestre, por lo tanto, ella tenía claro que los grupos ya estaban hechos y que eso significaba que estaría sola por lo menos una semana. Además si le agregaba el nerviosismo que le producía conocer gente nueva y tener que adaptarse otra vez a un lugar, se le hacía aún más difícil tener emoción alguna al pensar en que era lunes. 

Na Bong se levantó totalmente desganada, con los ojos hinchados y el cabello más enredado que el cable de sus audífonos cuando los guardaba en sus bolsillos apurada. Se fue directo al baño, se miró al espejo y se arrepintió al instante al ver su aspecto. Ni siquiera podía entender porqué había despertado tan...mal. Así que refunfuñando se metió debajo de la ducha y se preguntó como por milésima vez si lo que estaba haciendo era lo correcto, no la acción de bañarse, sino dejar todo por vivir en Seúl con Jiho.

Si, debía serlo. Porque ellos se amaban y cuando dos personas se amaban debían permanecer juntas. Además ir a la capital era una gran oportunidad para Jiho en el trabajo y ella, como su novia, debía acompañarlo y apoyarlo.

Na Bong decidió salir de la ducha cuando se dio cuenta que iba a llegar tarde si seguía dándole vueltas al tema. Se vistió y corrió para llegar a la parada de buses, para su suerte pasó uno casi al instante en que piso el paradero y llegó de inmediato a su destino.

Menos mal que ya sabía su horario, la sala en la que le tocaba y que un chico bajito muy buena onda la ayudó a ubicarse en los pasillos, o sino no hubiese llegado nunca a la primera clase.

Para cuando estuvo dentro de la sala prefirió sentarse al medio, así no se daban cuenta de que en el curso había una alumna nueva.

A los minutos después de haber llegado entró el profesor y detrás de él tres chicos altos. Los quedó mirando igual que todas las mujeres allí, con la diferencia de que Na Bong no los observaba con devoción como sus ahora compañeras, sino como simples chicos guapos.

Entonces se dio cuenta que el último de los tres, era ese tal Jungkook. El chico que la había llevado al motel y quien se había quedado con su celular aquella madrugada que a penas recordaba. Intentó decir su nombre, pero las palabras no le salían y le entró el miedo de que todos la quedasen viendo como una loca, además el ni siquiera la miró al pasar, así que mejor guardó silencio y puso sus ojos en el profesor.

— Apaguen sus celulares por favor, si escucho alguno durante la clase será confiscado de inmediato. —Fue lo primero que dijo aquel profesor en vez de saludar , Na Bong le hizo caso a la advertencia y apagó el suyo.

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Jungkook se sentó con sus amigos en el césped, mientras los escuchaba hablar de estupideces y chicas, nada fuera de lo común. Siempre se sentaban en aquel lugar después de cualquier clase o examen, para hablar o comer tranquilos ya que en la cafetería ni siquiera se podía hablar en paz por el ruido ensordecedor que hacían todos los estudiantes al comer y al conversar.

Fue ahí, mientras se reía a medias de los malos chistes de Seokjin y comía de aquel kimbap añejo que le había comprado Jimin, cuando la vio. A tan solo unos pocos metros de distancia estaba esa chica, sentada en una de las mesas y completamente sola.

Se atoró con el maldito kimbap y casi lo escupió por la sorpresa de encontrársela allí. Sus amigos lo miraron como si estuviese loco y tuvo que disimular su nerviosismo con una tos.

— Jungkook ¿Estás bien? — Dijo Hoseok palmeando su espalda.

— Es por eso que debemos masticar ...— Habló Yoongi mientras le pasaba una botella con agua .

— Escóndanme.— Murmuró después de beber, los chicos lo miraron como si estuviese loco nuevamente.

— ¿Qué? ¿Por qué?— Preguntó Taehyung confundido.

Jungkook miró de reojo a la chica y se dio cuenta que lo estaba mirando. Se agachó de inmediato, haciendo que los chicos se mirasen entre ellos totalmente perdidos y sin entender nada sobre el porque de su actuar.

— Hey, cálmate ¿Qué te sucede ahora? — Fue Jin quien le preguntó ahora, quien además no podía aguantar la risa.

— Hyung, cúbreme con tu cuerpo — Agarró el brazo del mayor e hizo que lo tapara completamente.

— ¿Qué demonios Jungk— Preguntó Namjoon pero fue interrumpido por el chico.

— No digas mi nombre tan fuerte, esa chica...es la del motel.— Todos miraron hacia atrás coordinados. Y se encontraron con una chica revisando algo en su celular. 

— ¿La borracha? — El menor atinó a asentir.

— ¿Qué hace aquí?..—Era el turno de Taehyung de preguntar.

— No tengo ni idea...—Dijo mirándola nuevamente Jungkook.

—A lo mejor está siguiendo a nuestro kookie...— Dijo Hoseok haciendo que Jimin se riera.

— ¿Cómo una chica tan linda puede seguir a este idiota? —Respondió el más bajo de los siete soltando una risa. 

— Si, Jimin tiene razón ¿Para qué te seguiría? —Opinó Taehyung uniéndose a su pequeño amigo.

— Bueno, solo hay una forma de averiguarlo ...¡Oye tú! — Gritó Hoseok sin vergüenza alguna y haciendo que todos lo mirasen aterrados, sobre todo Jungkook que se puso de inmediato de algun color parecido al rojo.

Maldición...


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Holaaaaaaa chicas😌
Espero que el capítulo les haya gustado💕
Pásense por I found u, el fic Yoonmin que estoy recién subiendo🌚
Con amor, Jeny😚

Motel room » j.jungkookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora