Capítulo 1

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Guardo lo que queda de mi cosas en la última caja de cartón y la pongo sobre la cama.

Kate me mira desde el marco de la puerta con una sonrisa en sus labios.

-¿Quién diría que te independizarías antes que yo?

La miro con una leve sonrisa. Sí, voy a mudarme a vivir con Walter.

-Quién lo diría, sí... -suspiro.-

Walter entra junto a papá a mi habitación. Ambos se llevan demasiado bien, tiene muchas cosas en común como que los Lakers es su equipo favorito de baloncesto.

-¿Está todo listo? -me pregunta con esa sonrisa que hace que mi corazón lata más rápido de lo usual.-

-Todo listo. -asiento.-

Estoy enamorada de Walter, y quizás por eso no me importa que apenas llevemos un mes saliendo para irme a vivir con él.

-Entonces voy a ir metiendo las cosas en el coche. -Dice cogiendo dos cajas para después volver a salir por la puerta.-

-¿Estás segura de esto? -me pregunta papá.-

No sé cuantas veces me lo ha preguntado, pero si tuviese que decir un número sería diez.

-Sí papá, hace dos horas lo estaba, ayer también, y aún sigo estándolo.

Sonríe.

-Él es la clase de persona que mereces. -dice entonces.-

Sé que hace una comparación con Jared, últimamente lo hace mucho. Me dice que Walter es la clase de persona que siempre he merecido, y estoy de acuerdo.

No es que haya olvidado a Jared por completo, nunca lo haré por mucho que quiera.  Pero tampoco quiero estar tirada en la cama pensando en él, como hice aquella vez que lo encarcelaron.

Lo encarcelaron. Todo era una jodida locura con él. Todo era como una película de delincuentes. Sin embargo, con Walter todo parece ser la típica película de adolescentes enamorados, y me encanta. Me encanta no tener que preocuparme por lo que pueda pasarle a la persona que quiero.

Dos horas después ya estamos en la casa de Walter, situada a unos pocos minutos del instituto.

En cuanto al instituto, todo allí es una grandísima mierda. Ashley estudia ya su último año, pero sigo teniendo que verla por los pasillos. En cuanto llegué, el entrenador me ofreció volver a ser la capitana del equipo de animadoras, y no dudé en aceptar, por lo que vuelvo a estar en la lista negra de las barbies.

-No es demasiado grande, pero es acojedora para dos. -dice dejando algunas cajas sobre la mesa del salón.-

Dejo yo otras también y le miro.

-Es perfecta. -digo sonriendo.-

Walter sonríe de lado y se acerca a mí para cogerme de la cintura y apretarme contra su cuerpo. Junto mis labios con los suyos y nos fundimos en un cálido beso que se que acabará con nuestras prendas en el suelo.

Walter no es ni la mitad de bueno en la cama que Jared, pero el sexo no es lo más importante, ¿no?

Sus manos suben la tela de mi camisa por mi espalda y justo entonces suena el timbre. Walter gruñe y, va a regañadientes a abrir la puerta.

Suelto una bocanada de aire y me dejo caer sobre el sofá.

-Tienes que pintar las paredes. -escucho su voz femenina y pongo los ojos en blancos.- Hola, cuñada.

Sí, la peor parte de todas es que ahora Elsa es mi cuñada. Para mi suerte no hace las bromas de mal gusto que imaginaba que haría.

-Hola, Elsa. -le saludo.-

DROPPED 3 - AGAINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora